Manuel Alejandro y la más noble de las ocupaciones

Manuel Alejandro Peláez Polanco, manzanillero consciente del valor humano y social de la enfermería // Foto Denia Fleitas

Aunque el blanco de su uniforme anuncia la profesión que ejerce, son las palabras del joven Manuel Alejandro Peláez Polanco las que revelan su verdadera identidad, tejida con hilos de compromiso y pasión por la enfermería, y embellecida con la dosis de sensibilidad que entraña la atención en salud al ser humano.

“Mi hermano y cuñada son enfermeros, de ahí nació la motivación, con ellos aprendí  el valor humano que tiene esta profesión donde nuestro objetivo fundamental es cumplir los principios básicos de incorporar los pacientes a la sociedad, después de recuperar su salud, protegerlos de lesiones y ayudarlos a recobrar su personalidad.”

Con 32 años este manzanillero sobresale entre los 162 técnicos en esta especialidad egresados de la Facultad de Ciencias Médicas Celia Sánchez Manduley de la ciudad del Golfo de Guacanayabo; se distingue por la integralidad manifiesta durante los tres años de preparación académica con miras a la excelencia en su ejercicio con los pacientes.

“Siento orgullo de este proceso formativo en la carrera, pues a cada paso me sentía satisfecho con mis logros, desde mi interés de crecer como profesional de un sector imprescindible en la sociedad”.

“Por supuesto, guiado por el estímulo de nuestros profesores que me incentivaron a superarme e incorporarme a eventos científicos porque me gusta la investigación, una de las cuatro funciones de la enfermería orientada a la documentación y adquisición de nuevos conocimientos para un mejor desempeño”.

Tras recibir de manos del profesor Carlos su título de graduado en Enfermería de la Enseñanza Técnico Profesional // Foto Denia Fleitas
Tras recibir de manos del profesor Carlos su título de graduado en Enfermería de la Enseñanza Técnico Profesional // Foto Denia Fleitas

Perteneciente a este plan de estudio especial, que dotó de saberes superiores a los asistentes de enfermería de las unidades médicas del territorio granmense, Manuel Alejandro culminó sus estudios con la máxima calificación.

En el período, desarrolló funciones asistenciales, administrativas, docentes e investigativas en instituciones y servicios de los tres niveles de atención de salud de Manzanillo, con demostraciones de profundo conocimiento.

“La práctica como proceso científico viene de la teoría, y contribuyó mucho a mi formación el complemento de ambos; para realizar un buen ejercicio debemos unirlos, compensarlos, nutrirnos de lo que aportan uno y otro”.

Manuel Alejandro recibe reconocimiento como egresado más integral de la promoción técnico profesional del curso 2017-2018 // Foto Denia Fleitas
Manuel Alejandro recibe reconocimiento como egresado más integral de la promoción técnico profesional del curso 2017-2018 // Foto Denia Fleitas

“El egreso como graduado integral es una victoria personal, pero también de mi familia, de mis padres que tanto me han apoyado. Me llena de orgullo porque, aunque somos importantes en la colectividad, fue algo que me propuse y he logrado, ser bueno, con mi sacrificio”.

“También el de mis profesores, los que me acogieron en el Hospital Celia Sánchez como asistente y me permitieron cursar la carrera, el colectivo de enfermería, la seño Yusmara, el profesor Carlos y todos los de la cátedra que han contribuido a este resultado”.

Desde el verdadero sentido de pertenencia hacia la enfermería, primero por estudiarla y segundo por la vocación humanista que desprende su decir, su hacer, acentúa que “la enfermería es global, para ejercerla se puede lo mismo ser mujer u hombre, no hay diferencia alguna, basta tener presente el valor humano y trabajar en base a cuidar la integridad del paciente para incorporarlo a la sociedad”.

En lo adelante… “tengo un desafío, me compromete a seguir superándome, a iniciar mi licenciatura y ser buena persona, mejor ser humano, demostrado en los cuidados a los pacientes que es razón de ser de la enfermería, de la medicina, del sistema nacional de salud, de esta Revolución creada por nuestro Comandante en Jefe, y que me inspira a sentirme orgulloso”.

Coincide con el Apóstol cubano en que es “la más noble de las ocupaciones, porque estamos cada día al lado del paciente, permanecemos 24 horas con él y vemos su necesidad. Es el enfermero quien le brinda amor, apoyo, estima y autoestima, no solamente velamos por lo biológico, la integridad física, sino que incidimos en lo psicológico que muchas veces da paso a la enfermedad”.

Como se lo ha propuesto tendrá “un futuro brillante en la enfermería, porque me gusta la profesión, y eso es importante, el amor que uno le ponga” para hacer valer que el bienestar del prójimo, resultado de esta tarea, hace de ella, también, la más grata de las profesiones.