Martí, presencia viva en Manzanillo

Marlen Moreno Sosa //Foto Eliexer Pelaez Pacheco

Manzanillo. Mayo 19.- La ciudad de Manzanillo sirvió de inspiración para que el Héroe Nacional de Cuba José Martí la tuviera en su mente, corazón y pluma, para mencionarla en más de una veintena de ocasiones en todo su legado documental, incluso momentos antes de su caída en combate en Dos Ríos al compartir con el manzanillero, general Bartolomé Masó, con quien estuvo largas horas a la luz de un candil en la noche del 18 de mayo de 1895.


Precisamente jornadas antes de su deceso, el nueve de mayo de 1895, mencionaría dos veces el mismo día a Manzanillo. Primero en un diario, y luego en una carta dirigida a Carmen Miyares y a sus hijos.


En esta última señalaba a la señora Miyares, uno de los soportes en los que Martí halló siempre abrigo y sostén, el texto donde plasmó «(…) A reserva de más larga carta, que pronto podré escribirles desde Manzanillo (…) «, y es que pensaba el Apóstol llegar a este territorio para entrevistarse con Masó, hecho que no ocurrió porque su deseo fue satisfecho cuando el General llegaba la noche del 18 de mayo de 1895, a su campamento con unos 300 jinetes.


Al otro día, ante la tropa formada, el Héroe Nacional de Cuba pronuncia su último discurso; y como dice el investigador Delio Orozco González en su libro Manzanillo en la pluma de José Martí, que «como presagiando el destino pronuncia una frase redentora: Sepan, que por Cuba, me dejo clavar en la cruz«.


Conocer todo esto sirve de acicate para conversar con la profesora de la Universidad de Granma y miembro de la Sociedad Cultural José Martí, Marlen Moreno Sosa, fiel y destacada seguidora de la obra del Maestro y su vínculo con Manzanillo.


-¿Por qué resulta impensable hablar de Martí sin evocar a Manzanillo?

-Porque indiscutiblemente José Martí es presencia viva en esta ciudad; vale para ello recordar las más 21 veces que el más grande de todos los cubanos a esta urbe la nombró. En este día que se cumple el aniversario 126 de su caída en combate, los manzanilleros no podemos olvidarlo nunca, y justamente en las páginas de Manzanillo estará presente José Martí.


El Apóstol la mencionó en cartas, en su diario personal, en epistolas enviadas a sus mejores amigos, y en publicaciones de diarios de la época, inclusive cuando se refiere a algunos líderes que preparaban la guerra y a la Revolución en el oriente de la isla como Miró Argenter, Antonio Maceo, Masó. Cada vez que el Apóstol hacía referencia a cada uno de estos próceres de la independencia de Cuba, mencionaba Martí a Manzanillo.


La última vez que escribiría de esta bella ciudad del Golfo fue precisamente la ya mencionada carta a Carmen Miyares donde apracen sus intenciones de llegar acá, que no fue posible porque Masó se le adelantó. De no haber sido así no caben dudas de que el Maestro hubiese estado en esta ciudad; y la otra ocasión en un diario de la época donde hace referencia a la lucha que ya se preparaba en este costero territorio para iniciar la guerra en Cuba.


Pero otros también son los vínculos que atan al Apóstol a esta ciudad. Por ejemplo podríamos decir que los cuatro primeros establecimientos públicos que existieron en Manzanillo llevaron el nombre de José Martí, así el 21 de diciembre de 1898 se cambiaba el nombre de la calle real, por calle Martí, hoy una de las principales arterias de la urbe que lleva el denotativo del autor de Patria, el padrazo de todos los cubanos.

Calle Martí de Manzanillo //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
Calle Martí de Manzanillo //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
Foto tomada de internet
Foto tomada de internet


Pero también se inauguraba una sala cinematográfica en 1923 en la calle Luz Caballero esquina a Cocal que tendría su nombre, el actual cine Martí. Otro establecimiento gastronómico situado igual en la misma calle que nombraría Martí y se inauguraría en el año de 1920.


Y la primera escuela pública que hubo aquí se llamaría Hogar José Martí. Estos locales honraron el nombre del Apóstol. Pero hay otras razones que vinculan al más universal de los cubanos con Manzanillo, y es la creación, por ejemplo, de la editorial Martí, casa fundada por el mecenas de la cultura manzanillera Juan Francisco Sariol que duró 12 años y que llevó a cabo un gran empeño, la publicación de libros no sólo a Martí, sino a autores de la región y el país.

Pero en 1908 saldría a la luz igualmente en Manzanillo la revista literaria Alma Joven que dedicó innumerables artículos a la figura del Apóstol.


Orto también fue otra de las revistas que, sin dudas referencian la figura de Martí con esta tierra. Fundada por Sariol en 1912 dedicó extensas páginas a la labor del Maestro, y por último valdría la pena mencionar dos sucesos acaecidos en esta ciudad que sin dudas referencian nuevamente los vínculos y las razones inevitables que atan a Martí con Manzanillo, son la edición de la novela Ramona traducida por el Maestro, que fue bastante lograda y publicada por Manzanillo, y que entre los méritos que tuvo es que fue una de las más importantes nacidas en el país.

El otro, fue que el hecho del 19 de mayo de 1918 el Ayuntamiento de Manzanillo celebrara en una sesión solemne un homenaje al Apóstol.


Creo que todas estas son razones que justifican y avalan las relaciones de Martí con esta tierra, sus vínculos con todos los manzanilleros, como manzanillero fue también el hombre que lo vió caer en Dos Ríos Ángel de la Guardia, el ángel que no pudo sostener el cadáver del Maestro en aquella fatídica fecha, él lo sostuvo pero no pudo levantarlo y fue a avisar para que recuperaran el cadáver del Apóstol.

El manzanillero Ángel de la Guardia sostuvo el cadáver de Martí al caer en Dos Ríos //Foto tomada de internet
El manzanillero Ángel de la Guardia sostuvo el cadáver de Martí al caer en Dos Ríos //Foto tomada de internet


Pero en Manzanillo también vivió el médico que le hiciera la autopsia a Martí, creo que son razones suficientes para decir que Manzanillo fue durante el siglo XIX presencia viva en el actuar, en el pensar del Apóstol y en la vida de todos los manzanilleros.


-¿Cómo valoras la recepción del pensamiento martiano por la comunidad de intelectuales manzanilleros del siglo XIX?

– Considero que fue extraordinaria, ingente labor la de los manzanilleros de aquella época de recepcionar lo mejor del pensamiento martiano, de adentrarlo, aprenderlo, de hacerlo suyo y llevarlo al máximo esplendor en esta ciudad.

Extraordinaria fue cuando se celebraron las Cenas Martianas, o Noches Buenas Martinianas fundadas por Juan Francisco Sariol, y la primera que tuvo ocasión en la cafetería Crisol ubicada en la calle Martí en el año 1926, con ella se iniciarán los homenajes a aquel que por Cuba estuvo dispuesto a clavarse en la cruz.


Pero también fue icárico casi el intento que hicieron los manzanilleros con tan pocos recursos para colocar en la calle Maceo un busto dedicado a José Martí, justo en lo más alto de la loma para que por siempre perdurara en la memoria de los los locales la imagen del Apóstol.

Busto de José Martí ubicado en la parte alta de la calle Maceo //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
Busto de José Martí ubicado en la parte alta de la calle Maceo //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
Tarja del busto de José Martí ubicado en la parte alta de la calle Maceo //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
Tarja del busto de José Martí ubicado en la parte alta de la calle Maceo //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


La recepción del pensamiento martiano se llevó a cabo no sólo por los intelectuales de la época, sino también en las logias manzanilleras que comenzaron a celebrar los homenajes y las vigilias al Maestro, en las publicaciones de Orto, revista que se hizo universal y traspasó las fronteras de Manzanillo para llevar lo más luminoso del pensamiento del Apóstol a todos los parajes del mundo.


En las vigilias, en Alma Joven, ahí está la presencia viva del Maestro y la labor extraordinaria de aquellos intelectuales. No sólo estos, también las amas de casas, porque no debemos olvidar nunca que el Grupo Literario de Manzanillo no sólo aglutinó a intelectuales, también a esas amas de casa.


Dentro de los eruditos de las diferentes esferas, habían hombres y mujeres haciendo por el Apóstol, recepcionando la obra, el pensamiento y el actuar de Martí como periodistas, abogados, escritoras como Elvira Fornaris, Ana Luisa Hidalgo, Lolo de la Torriente; pero además la obra de Manuel Navarro Luna, que le cantó tantas veces a la obra del Apóstol de Cuba, y que quedó para la posteridad por los valores incalculables, no sólo los martianos, sino de un poeta que inició las vanguardias en Manzanillo y que llevó al colofón más alto la obra de Martí.


Los versos dedicados al Héroe Nacional de Cuba de escritores como Sariol, en la narrativa de Luis Felipe Rodríguez, pero también creo que la recepción fue enorme cuando escritores como el propio Luis Felipe Rodríguez, Ángel Cañete, fundaron empresas editoriales como la imprenta de la bilioteca Martí de la cual hacíamos referencia, y en los artículos que firmaron para abogar por la independencia no sólo de Cuba, sino además de Puerto Rico para hacer homenaje a la idea, a la concepción de Martí cuando dijo que: «Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas».


Pero además en las diferentes publicaciones de la época como diarios, magacines, sueltos, souvenirs, todos lo que hicieron el Grupo Literario de Manzanillo, todas las publicaciones de diarios como La Tribuna, El Machete, todas los periódicos de la época recepcionaron el pensamiento martiano, por tanto fue amplia la labor de la intelectualidad manzanillera de todo el siglo XIX en Manzanillo para que no escapara la presencia del más grande y universal de todos los cubanos.


Es más, creo que ese esfuerzo continúa presente cuando apenas a unos metros del parque central de la ciudad se erige como monumento el Centro Cultural José Martí, único de su tipo en el país que lleva las medidas exactas de la casita de José Martí, ubicada en la calle Paula de La Habana, y que es única de su tipo, y que se encarga de promover lo mejor y más brillante del pensamiento martiano.

Centro Cultural José Martí en Manzanillo //Foto de archivo tomada por Eliexer Pelaez Pacheco
Centro Cultural José Martí en Manzanillo //Foto de archivo tomada por Eliexer Pelaez Pacheco


-¿Cuál sería el mejor homenaje que hoy los manzanilleros debemos dedicar a Martí?

– Para los manzanilleros de hoy creo que la mejor manera de llevar a cabo el pensamiento del Apóstol y de rendir homenaje a José Martí es llevándolo a la práctica, a través de sus valores, siendo cada día mejores seres humanos, luchando por una sociedad más justa y humanista, no perdiendo la fe en el mejoramiento humano, en la vida futura y en la utilidad de la virtud, como lo tuvo el autor de Ismaelillo. Siendo mejores personas y luchando cada vez más por una isla entera que soñó Martí, más libre, soberana, independiente.


Los manzanilleros de hoy rendimos el mejor homenaje al Maestro cuando nos proyectamos con nuestras voces en contra de los ultrajes que se le hacen a Martí, a él no se le puede mancillar porque Martí no es sólo un nombre, no sólo fue un prócer, no sólo es una isla, no sólo es un continente, Martí no sólo es Cuba, es el mundo también y lo mejor del planeta.

Foto tomada de Internet
Foto tomada de Internet