Más de 300 mil inmigrantes en EEUU podrían ser deportados

Manifestación frente a la Casa Blanca. Foto: AFP.
Manifestación frente a la Casa Blanca. Foto: AFP.

Más de 300 mil inmigrantes viven hoy en Estados Unidos bajo la amenaza de deportación, tras la orden del presidente Donald Trump de poner fin al denominado Estatus de Protección Temporal.

El TPS (por sus siglas en inglés) había sobrevivido bajo varias administraciones republicanas y demócratas, que principalmente utilizaban el programa como una válvula de escape a los emigrados de América Central y el Caribe, pues les permitía, sin ser ciudadanos estadounidenses, residir y trabajar aquí.

Pero el Gobierno de Trump asegura que se ha abusado del beneficio al facilitar que los acogidos con el TPS permanezcan aquí mucho después de que las condiciones de crisis hayan terminado en sus países de origen, señaló un artículo del periódico digital The Hill.

Al concluir el TPS, la administración de Trump ha dado tiempo a los inmigrantes para que abandonen Estados Unidos. Los períodos para que “empaquen maletas” variaron de un año a 18 meses para las personas de El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, Nepal y Sudán, cuyo estatus ya terminó.

La inmigración es una diana en manos de Trump. Foto: La Prensa.

La publicación destacó que, por ejemplo, con el cierre del TPS para 56 mil hondureños a principios de este mes, el plan de inmigración de casi 30 años de duración “está esencialmente muerto”.

Cerca de 200 mil personas de El Salvador protegidos por TPS pudieron permanecer en Estados Unidos desde al menos 2001, después de que dos terremotos devastaran la nación centroamericana.

Ahora tienen hasta septiembre de 2019 para solicitar un estado migratorio diferente -una orden difícil, pues el TPS no crea un camino hacia la residencia permanente o la ciudadanía- o, simplemente, deberán salir del país.

La medida ha dejado en el limbo a cientos de miles de receptores del TPS y muchos buscan una manera de continuar en Estados Unidos con sus familias, subrayó el artículo.

Esta semana el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, intentó frenar la rebelión entre legisladores de su partido, decididos a llevar al pleno del Congreso una ley de inmigración.

Ryan dijo a los periodistas que ‘le gustaría’ someter a voto la iniciativa legislativa en algún momento de este año, en su intento por calmar los ánimos de sus correligionarios.

Muchos de los congresistas enfrentan campañas de reelección potencialmente reñidas en noviembre en distritos con grandes cantidades de electores hispanos, suburbanos o de la industria agrícola con posturas a favor de los inmigrantes.

Los planes de una reforma migratoria incluirían una solución permanente para los llamados dreamers (soñadores), los jóvenes indocumentados que arribaron a Estados Unidos siendo niños.

El tema migratorio es una olla de presión en Estados Unidos. El demócrata Barack Obama salió de la oficina oval sin lograr materializar durante sus mandatos una reforma integral y permanente a las leyes de inmigración.

(Con información de Prensa Latina)