De acuerdo con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), muchos de esos niños tienen heridas de gravedad, las cuales pueden dejarles secuelas de por vida, incluidas amputaciones.
Esa agencia de Naciones Unidas también destacó que ‘la intensificación de la violencia ha empeorado la difícil situación de los niños, cuyas vidas son terriblemente complicadas desde hace años’.
Unicef distribuye en Gaza la carga de dos camiones con suministros médicos para unas 70 mil personas, y ese material incluye antibióticos, jeringuillas y solución salina para tratar a los heridos.
El coordinador humanitario de la ONU, Jamie McGoldrick, visitó algunos hospitales en Gaza y pudo constatar que llegaban muchas mujeres y niñas, y si bien los sistemas estaban en marcha, se vieron desbordados muy rápido ante la afluencia de tantos lesionados.
La víspera, el coordinador especial para el proceso de paz en el Medio Oriente, Nickolay Mladenov, alertó sobre la violencia desproporcionada que usa Israel contra los manifestantes palestinos, lo cual ha provocado la muerte de 61 personas, entre ellas varios niños, en las últimos días.
Quienes viven en Gaza padecen una pobreza abyecta y viven en condiciones similares a las del encarcelamiento, en sus protestas ellos piden un mejor futuro, recordó.
Necesitamos escuchar al pueblo palestino, ellos conocen en carne propia conflictos devastadores y su vida está marcada por la angustia de perder su territorio, subrayó Mladenov.
Según dijo, el lunes de esta semana fue el día más sangriento en Gaza y con el mayor número de muertos y heridos desde 2014.
Precisamente el lunes, Estados Unidos inauguraba su nueva embajada en Jerusalén, tras reconocer a esa ciudad como la capital de Israel, hecho que ha disparado las tensiones en la zona.
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