Merecido homenaje a la música “más fina” cubana

Órgano Flor de amor
Órgano Flor de amor

Casi todos bailamos con él aunque sea por un momento cuando escuchamos su contagioso sonido. Los que se rehúsan a tirar algún pasillo, detienen sin embargo el paso para contemplar como mágicamente salen de sus piezas milagrosas notas que nos llena de asombro.

El órgano oriental se ha ganado por décadas el asombro de quienes lo hemos visto presente en la mayoría de las celebraciones culturales más importantes de esta tierra.

Merecido homenaje tuvo lugar en la pasada edición de la Fiesta de la cubanía cuando la música de este instrumento fue declarada Patrimonio Inmaterial de la nación.

Los manzanilleros celebramos este honor porque fuimos nosotros, con la impronta de las familias Fornaris y Borbolla los responsables de que el órgano llegara a Cuba y se quedara impregnado en nuestra cultura.

Los bailes de la loma fueron premiados con su música la que le dio una expresión popular sin igual. Los carnavales manzanilleros le dieron primacía y no hubo desde su intromisión en las fiestas locales un momento en que no estuviera presente.

Todavía existen seguidores fieles de sus bailes, otros con sus envidiables canas recuerdan aquellos momentos esplendores donde disfrutaron de su música y felizmente quedan algunos que se encargan de transmitir la herencia musical a las nuevas generaciones.

Me asombra ver a los pequeños de varios municipios granmenses desarrollarse entre los instrumentos del órgano musical y cómo disfrutan deleitar al público con su música. Bienaventurados somos los que todavía podemos disfrutar de la presencia del órgano en nuestras localidades.

Sin embargo me preocupa que en Manzanillo ya no se le ofrece el verdadero respeto que merece,  pues en ocasiones en nuestras fiestas populares este instrumento tiene que competir con estrepitosa música grabada que empaña la sensualidad de su sonido. ¿Será que en la ciudad del Golfo del Guacanayabo ya no queremos, ni respetamos al órgano oriental?

Creo que no es así porque todavía lo seguimos, admiramos y tenemos la responsabilidad de preservar, porque fuimos nosotros los que le dimos su preponderancia en nuestro país.

Los manzanilleros agradecemos a quienes decidieron declarar la melodía del órgano oriental como Patrimonio Inmaterial de la nación, una nueva oportunidad que tenemos para que se difunda más su armonía en todo este caribeño país, porque como se dice popularmente no hay música “más fina” que la del órgano, ya que es la única música molida.