Fuera de la plataforma donde suele crecerse con sus ejecuciones que han hecho vibrar de emoción a todo un país, Marcia Videaux se muestra tal y como es: una jovencita de sonrisa ancha, menuda y muy afable quien, a sus 21 años, prestigia la gimnasia artística cubana.
Campeona panamericana en el caballo de salto, dos veces oro en Juegos Centroamericanos y del Caribe, y medallista mundial, la estelar atleta manzanillera dialogó con Granma acerca del deporte que la apasiona desde los cuatro años, y sobre su principal meta: conquistar una medalla olímpica.
«Llevo más de 15 años ligada a la gimnasia y he tenido que crecer lejos de mis padres, entre aparatos y ejercicios, sufrir lesiones y hasta infiltrarme en la columna, pero todo ha valido la pena, pues a pesar de los sacrificios, hay resultados, y este deporte es mi vida».
–Siempre está muy seria y enfocada en las competencias.
–Me gusta concentrarme, me separo del grupo, y pienso en lo que tengo que hacer, repaso mentalmente los elementos, la ejecución que voy a realizar, y esa técnica me ha funcionado.
–¿Es en el caballo de salto donde se siente más cómoda?
–Inicialmente no fue así, lo que más me gustaba eran las barras asimétricas, pero le cogí miedo a un elemento, porque me daba golpes en las preparaciones, y el entrenador Yosvani Santos vio que tenía potencialidades para el caballo de salto, en el que he puesto mayor énfasis. Es mi aparato fuerte, aunque es preciso trabajar en los cuatro eventos.
–De los restantes aparatos, ¿cuál le exige más?
–Las manos libres, aunque me gusta, es complicado y agotador, porque demanda un gran esfuerzo físico el estar un minuto y medio bailando y haciendo acrobacias. Por otro lado, la viga es la que más nerviosa me pone en las competencias, y hasta me he caído.
–La gimnástica es un deporte en el que la subjetividad influye en la calificación de los jueces.
–A pesar de que la gimnasia artística depende de la apreciación, un cubano, dondequiera que se pare, debe proponerse brillar. Yo siempre voy a darlo todo para que los jueces no tengan dudas a la hora de calificarme.
–Ya tiene el boleto a los Juegos Olímpicos de Tokio, ¿cómo ha enfrentado la parada por la COVID-19?
–Estar en la casa me limitó en los entrenamientos, porque solo hacía la preparación física con estiramiento, flexibilidad y el trabajo con los planos musculares, pero no todo es malo, también me ha permitido recuperarme de las lesiones luego de una etapa intensa.
–¿A qué aspira en su segunda cita olímpica?
–Mi sueño es tener una medalla olímpica, por eso en Tokio solo participaré en el caballo de salto, que es mi mejor aparato y donde tengo las mayores posibilidades, al presentar ejecuciones complejas.