Bayamo, Granma.–Imponente y majestuosa, simbólica y patrimonial, se yergue en el «corazón» del centro histórico de esta urbe la casa natal de Carlos Manuel de Céspedes, devenida –hace hoy 55 años– en museo de obligada visita para quienes quieran ahondar en la espiritualidad de una nación, y conocer la cuna de uno de sus más preclaros hijos: el Padre de la Patria.
Inaugurada como institución museística el 30 de septiembre de 1968 –a pocos días del centenario del inicio de la primera guerra por la libertad en Cuba– abrió desde entonces sus puertas no solo al público, sino también a la historia, a la cultura y a los valores patrios.
Allí, entre pinturas al óleo, documentos y objetos personales que pertenecieron a Céspedes, unido al encanto especial de caminar por donde él lo hizo, se atesoran más de 800 piezas relacionadas con la historia nacional, además de otros elementos y muebles de la época colonial, que se exponen en 11 salones y dos cocinas.
Ana Regla Mola Rodríguez, única museóloga fundadora en activo de la institución, dijo a este diario que, al conmemorarse el bicentenario del natalicio de Carlos Manuel de Céspedes, en 2019, se realizaron modificaciones en la planta baja del inmueble con el propósito de que, «más que un museo, fuera la recreación de la casa donde nació el Padre de la Patria, para lo cual se bajó el piano y se incluyeron portarretratos de los hermanos de Céspedes».
A esa composición se suma el documento original que confirma su nacimiento en ese hogar, y una gran imagen de quien también fuera el primer Presidente de la República en Armas, junto a algunos de sus objetos personales.
Declarada Monumento Nacional en 1978, y merecedora en 2014 del Premio Nacional de Conservación que otorga el Consejo Nacional de Patrimonio, la Casa Natal de Céspedes –ubicada en las inmediaciones de la Plaza de la Revolución bayamesa– es un símbolo de resistencia, pues fue uno de los pocos inmuebles que sobrevivió a la heroica quema de la ciudad, el 12 de enero de 1869.
Sus pasillos interiores han sido recorridos por personalidades de la política y la cultura del ámbito nacional e internacional, incluida la visita del Comandante en Jefe Fidel Castro, en diciembre de 1986, quien le habló al pueblo desde el balcón, y dejó escrito en el libro de visitantes: «Lleno de infinitas emociones, inolvidables impresiones, me marcho de esta histórica y gloriosa casa que dio cuna al Padre de la Patria».