Necesario caballero es Don Dinero

Foto Cubadebate

Cambiar clavos y herraduras por reses y tierras no fue tan buen negocio como parecía, no para Arlay González. Este trabajador por cuenta propia de Bahía Honda dejó su oficio de productor de tales hierros y se fue a sembrar y a cebar toros, pero luego de entregar 1 200 quintales de frutabomba y más de 20 toneladas de carne… el pago no llegaba.

Lejos, donde dicen que el diablo dio tres voces y nadie lo escuchó, más allá del distante poblado de Blanca Arena, Arlay y Fernando González se fajaron con los troncos y espinas del marabú reinante en aquellas tierras ociosas. Ahora no hay maleza en esos lares, sino yuca, boniato, calabaza, papaya, melón y ganado vacuno.

“Mucho esfuerzo costó”, enfatiza el guajiro. Usualmente se trata de esfuerzo físico, agotamiento, arañazos, el sol inclemente, las manos llenas de callos, el dinero invertido y los amaneceres lejos de la comodidad de la cama; allí también se trata del enjambre de mosquitos que no permite siquiera guataquear tranquilo.

Sin embargo, lo peor es entregar el fruto de tanto sacrificio y no recibir nada a cambio, ni con el paso de los meses. “Me deben 100 000 pesos”, se quejaba con desesperación este campesino.

Un problema mayor

Bastaría su justo reclamo para visitar la finca El Carabalí, tan remota e intrincada; no obstante, el problema atañe a toda la cooperativa (la Genaro Arzola), a la Empresa Agropecuaria de Bahía Honda, al Grupo Empresarial Agropecuario y Forestal de Artemisa, e incluso al país.

Said Sánchez, el presidente de la CCS bahiahondense, fija el monto del débito con sus más de cien asociados en una cantidad superior a 583 000 pesos. “Y hay otras cooperativas con una deuda similar.

“De la Empresa nos dicen que el crédito aprobado para la comercialización ya lo habían consumido en septiembre de 2019”, sostuvo durante una conversación en mayo reciente.

“El Banco duda en aprobar un nuevo crédito porque la situación de la Empresa es desfavorable, con otros préstamos vencidos. Lo último que nos dijeron fue que el Ministerio de Finanzas y Precios aprobó 5,2 millones para saldar esa deuda, pero no disponía de tal cantidad en ese momento; debíamos esperar que se lo otorgaran al Banco, y este le realizara el préstamo a la Agropecuaria.

“A otras unidades la Empresa les ha hecho pequeños pagos con el dinero que les ha ido entrando, aunque no tienen solvencia económica para liquidarle a cada una”, señala.

“Con la pandemia, se autorizó a los productores a vender directamente en las bodegas y placitas de su consejo popular, una buena alternativa para la alimentación del pueblo; a la vez, les depara a ellos algún ingreso. Pero la mayor parte ya había comercializado todo, y ahora están en etapa de fomento de nuevos cultivos.

“Tampoco vas a conseguir que te compren 120 quintales de frutabomba en la placita; quizás 10, no más. Por eso la venta se realiza a la Comercializadora.

“Y el problema de la deuda es, principalmente, con cultivos varios y frutales; en la ganadería, ocurre solo con la carne, pues la leche se comercializa mediante Lácteos y Comercio, no a través de la Empresa Agropecuaria”.

¿Cómo lidiar con el aprieto?

Elio Martínez, director general de la Empresa Agropecuaria, valora la situación como muy compleja. Revela que el origen se remonta a 2016, cuando dispusieron de un crédito ascendente a 31.4 millones de pesos, e ingresaron apenas 14,8. A partir de entonces, se sucedió un año tras otro sin poder equiparar ingresos, préstamos y adeudos.

“Sin embargo, se aprecia una base más sólida que seis o siete meses atrás. La reorganización de las estructuras de la Empresa y la consiguiente reducción del aparato administrativo al 40%, permitirá disminuir gastos y generar riquezas”, declara con optimismo.

Por supuesto, generar riquezas es el camino más recto hacia el horizonte anhelado por campesinos y deudores.

“Confiamos en el despertar de la minindustria La Pureza; las ventas del centro de elaboración; el funcionamiento pleno del Mercado Agropecuario y la notable contribución esperada de las exportaciones de carbón, en moneda dura.

“Estamos produciendo y beneficiando de 40 a 50 toneladas mensuales de carbón (tres contenedores), que antes lo vendían otros; ahora lo vamos a comercializar nosotros directamente con las entidades exportadoras del país, y eso nos va a deparar Moneda Libremente Convertible (MLC).

“Resulta promisorio, porque disponemos de la materia prima. Además, Bahía Honda no se inicia en este rubro; tenemos grandes productores, con conocimiento y habilidades. Y, encima, eso ayuda a limpiar áreas ociosas que integran el patrimonio de la Empresa.

“Nos urge generar dinero, para el desarrollo de la propia Empresa y pagarle a los productores. Esos son sus ingresos. Es bochornoso no tener respuesta a lo que tanto sudor costó, porque ellos son serios en las entregas”.

Y ¡al fin! el pago

Tras el rastro del dinero esquivo, acudimos a Tomás Rodríguez López, director general del Grupo Empresarial Agropecuario y Forestal de Artemisa, quien nos sorprendió con una grata noticia: la deuda de 24 millones con los productores de la provincia debía de quedar saldada entre finales de septiembre y los primeros días de octubre.

Miguel Abi-Rashed Ríos, subdirector provincial del Banco de Crédito y Comercio (Bandec), aportó la primera confirmación.

“El Banco renegoció la deuda de las diversas empresas agropecuarias: se estableció un procedimiento para su pago en un período de tiempo específico cada una. Y les otorgó nuevos préstamos (más flexibles) para la comercialización, lo que ha influido directamente en el pago a los productores. No debe volver a repetirse lo ocurrido, al menos en lo que corresponde a Bandec”.

En medio de un panorama tan complicado, entre la pandemia y los gastos adicionales que provoca, la reducción de ingresos debido a la propia COVID-19 y su impacto en la disminución de importaciones necesarias, además de la persecución a los barcos que vienen hacia Cuba, el Estado ha pedido a los campesinos producir más alimentos.

Justo en ese contexto, de menos insumos para quienes labran la tierra y más exigencia de incrementar las producciones, resultaba imprescindible pagar cuanto se debía.

Ya lo había advertido José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central, durante la Asamblea de balance de la ANAP en la provincia: “¿Con qué autoridad vamos a pedirles más si no les pagamos?”

Por eso satisface escuchar otros detalles a Elio Martínez, director general de la Empresa Agropecuaria de Bahía Honda: no solo liquidaron la añeja deuda, sino también comenzaron a pagar semanalmente las nuevas entregas de los campesinos.

“Debe ser así, y no tardarnos ni siquiera 15 días, para que nos sigan vendiendo a nosotros”, recalca. “Pagar de inmediato nos garantiza confiabilidad ante los productores”, acentúa Tomás Rodríguez López.

El escritor español del siglo XVII Francisco de Quevedo aludía satíricamente al poder del dinero, que humilla, financia guerras, corrompe y compra decoro, títulos y hasta sexo. En cambio, si se le emplea acertadamente, cabría parodiarlo y decir que… necesario caballero es Don Dinero.

Así pues, la nueva llamada a Arlay no devolvió desespero, sino un júbilo bien perceptible. Ahora ya tiene las tierras preparadas para sumar tomate y frijoles a sus campos. Incluso planea hacer realidad el sueño de que allá, donde el diablo dio tres voces, se escuche su nombre asociado al de hermosos frutales.