Uno de los sectores más afectados en el mundo por la infección del nuevo coronavirus Sars-Cov-2, causante de la COVID-19, es la población población adulta. Son los abuelos los que mayores consecuencias han sufrido, entre ellas la muerte, en todo el planeta.
Las cifras lo han demostrado, hoy vemos como en países desarrollados no se han protegido muy bien a esas personas, sobre todo a las más pobres, a los cuáles sólo les queda resignarse con la más triste partida de este mundo.
Sin embargo en Cuba, felizmente, la realidad es otra. En esta pequeña isla antillana que sufre de notables carencias de medicamentos y equipos necesarios para enfrentar la COVID-19 debido al criminal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos durante casi seis décadas, se prioriza la atención y protección a esos seres que ya peinan sus orgullosas canas de vivir en un país como el nuestro donde el hombre es la esencia de todo, y no lo material.
Nuestro sistema de salud pública hoy tiene un importante aporte en el cuidado de nuestros ancianos, aún cuando puede ser perfectible en muchos aspectos, exhibe extraordinarios avances en la atención de los pacientes con la COVID-19, entre ellos los adultos mayores, que se encuentran dentro de los grupos más vulnerables.
Es digno destacar que mientras en otras latitudes los tratamientos y atenciones son muy caros, hoy en Cuba se hace de manera gratuita en cuanto a la garantía de la salud de nuestros viejitos, como por ejemplo, aquí se regala un frasco con las gotas homeopáticas PrevengHo Vir, para la prevención de la influenza, las enfermedades gripales, el dengue e infecciones virales emergentes, creado especialmente para el uso en condiciones de riesgo epidemiológico, como la que atravesamos en la actualidad. En otros países si no tienes el dinero ni se preocupan por llevártelo a la casa, como aquí se hace.
En un artículo publicado por la prensa nacional se demuestra como el Gobierno cubano y el Ministerio de Salud Pública (Minsap) ponen sus miradas preocupadas particularmente en los adultos mayores, pues, aunque el 35 % de los casos de la COVID-19 revelados en todo el archipiélago nacional comprende entre los 40 y los 59 años de edad, los pacientes en estado grave, críticos y fallecidos demuestran que los más sensibles a este virus son los ancianos. La mayor cantidad de las muertes han sido personas con más de 70 años de edad.
Por eso el llamado para su cuidado y protección es quedarse en casa, pero aquí no se les manda a cumplir con un distanciamiento social sin una prioridad ni atención esmerada. El tratamiento directo a los abuelos durante este período de reclutamiento domiciliario se hace cada vez más sólida y exigente en Cuba, con servicios alimentarios y farmacéuticos en muchas comunidades; así como la vigilia diaria de los médicos de la familia, en ocasiones con visitas hasta dos veces por día, en tanto se exhorta a mantener la higiene personal y doméstica.
Para este propósito en Manzanillo jóvenes trabajadores del deporte, y estudiantes universitarios que forman parte del contingente juvenil Victoria de Girón han sido protagonistas de la humana y solidaria acción de la atención directa a nuestros ancianos facilitándoles la compra de los medicamentos, artículos de primera necesidad y de las canastas básicas. Estos muchachos y muchachas subordinados a las direcciones de los consejos populares y del Consejo de Defensa Municipal (CDM) de Manzanillo, prestan especial atención a esta actividad.
Acá se ha priorizado especial atención a lo planteado por la dirección del departamento de Asistencia Social y Salud Mental del Ministerio de Salud Pública (Minsap) con lo relacionado con la pesquisa activa que se realiza y se concentra particularmente en este grupo, al que pertenecen más de dos millones de cubanos, de los cuales el 15 % viven solos.
Los trabajadores sociales que laboran en las 293 casas de abuelos existentes en todo el país se capacitaron para detectar cualquier sintomatología de infección respiratoria, y también aprovechan este espacio para informar sobre las medidas de prevención.
En nuestros hogares de ancianos se disponen de médicos y licenciados en enfermería, quienes examinan diariamente a los trabajadores para evitar que cualquier virus ingrese a las instalaciones.
La población cubana cada vez es más envejecida, por eso nosotros debemos priorizar el cuidado de nuestros adultos mayores. De acuerdo con el último Censo de Población y Vivienda, realizado en el año 2012, alrededor del 20 % de los cubanos tiene más de 60 años y se pronostica que en el 2025 este segmento represente un cuarto de la ciudadanía total. Entonces ahora nuestra especial dedicación es y siempre será su cuidado, para que nuestros abuelitos permanezcan por mucho tiempo a nuestro lado, en el regazo de nuestras viviendas y familias que ayudaron a crear y fortalecer.