El año 2021 comienza con múltiples desafíos en medio de un complejo escenario internacional, enmarcado en la pandemia de COVID-19, que azota también a nuestro país desde el mes de marzo de 2020.
La epidemia ocasionada por el coronavirus SARS-Cov2, ha tenido en tensión al país y a todo el Sistema Nacional de Salud, que no ha colapsado, sino que ha integrado en tres componentes el modelo cubano de gestión sanitaria para su enfrentamiento. La gestión epidemiológica, la organización de los servicios de salud y la ciencia, han sido los baluartes claves que han permitido acumular importantes experiencias en la prevención, la asistencia y la rehabilitación de los convalecientes; así como, en el control de la trasmisión, la evolución y la letalidad de esta enfermedad, conducido por la máxima dirección del Partido y el Gobierno, además de una amplia participación intersectorial y comunitaria.
Para este año se mantienen importantes retos a resolver en este sentido, donde, sin dudas, el fortalecimiento de la epidemiología, la atención primaria de salud, con énfasis en el desempeño de la medicina familiar, constituyen aspectos claves que contribuirán a mejorar la situación sanitaria en que se encuentra el país.
En el 2021, el Sistema Nacional de Salud mantendrá el trabajo para mejorar los indicadores del estado de salud de la población, incrementar la calidad y satisfacción del pueblo con los servicios que se le prestan, hacer eficiente y sostenible el sistema, y garantizar su desarrollo.
Es voluntad política y específicamente en el sector de la salud, incorporar a los procesos sustantivos el vertiginoso avance de la ciencia, la tecnología, la información y las comunicaciones, así como su generalización, para un mejor control y desarrollo de los servicios que se brindan. Ajustar este proceso a la nueva normalidad que asume el país permitirá responder a las demandas con mayor eficacia, eficiencia y calidad en las acciones que dan respuesta a las metas y criterios que repercuten de manera directa en el cumplimiento de los objetivos estratégicos del sector de la salud, a mediano y largo plazo, así como los objetivos de desarrollo sostenible.
Son prioridades para este año el aseguramiento del cumplimiento de las políticas y lineamientos aprobados para el sector y los objetivos de trabajo del Ministerio de Salud Pública, en correspondencia con el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030.
De igual manera, se prestará máxima atención y seguimiento al fortalecimiento de las actividades de la higiene, la epidemiología y la microbiología, unido al sistema de vigilancia, para el control y seguimiento de la actual pandemia y otras enfermedades trasmisibles y no trasmisibles; garantizando de esta manera la estabilidad de la situación epidemiológica del país en el actual contexto internacional, así como el fortalecimiento y resolutividad del Programa del Médico y la Enfermera de la Familia, esferas que constituyen el pilar y el bastión de la salud de nuestro pueblo.
El perfeccionamiento de la política y trabajo con los cuadros, unido a garantizar la calidad de los servicios, en correspondencia con los principios y valores de la salud pública cubana, es otro de los elementos que hay que priorizar.
La disponibilidad y aseguramiento de medicamentos, tecnologías médicas y de los servicios farmacéuticos, que garanticen el funcionamiento del sistema de salud, así como la consolidación del Programa de Medicina Natural y Tradicional, son elementos en los que se debe enfatizar.
El proceso de formación y superación de profesionales y técnicos del Sistema Nacional de Salud son la fuente para el sostén y desarrollo del trabajo en nuestra esfera de actuación, asegurando la labor política ideológica y ética de los futuros técnicos y profesionales, por lo que ha de continuar su perfeccionamiento sistemático, mediante el proceso docente educativo de pre- y posgrado, la preparación profesoral, la formación doctoral y la superación profesional a todos los niveles.
En estos momentos, cobra importancia vital para nuestro sistema garantizar el desarrollo de la estrategia de informatización del sector de la salud, con sistemas de información de calidad, interoperables y portables, desde la base hasta el nivel central, y la consolidación de la estrategia de comunicación e información veraz, oportuna y sistemática a los trabajadores del sistema y el pueblo en general.
En el orden económico, es de suma importancia asegurar el cumplimiento de la exportación de servicios, los ingresos y los compromisos de la colaboración internacional. Así como la ejecución del programa inversionista, de reparación, mantenimiento y recuperación de la infraestructura, el equipamiento médico y no médico, el mobiliario clínico y no clínico, donde es muy importante la disminución de los gastos a lo estrictamente necesario, a partir del cumplimiento del programa por la eficiencia, el perfeccionamiento de las acciones para elevar el control interno, el enfrentamiento a las manifestaciones de indisciplinas, ilegalidades y corrupción.
El Sistema Nacional de Salud ratifica, en este momento, que la unidad e integración, es el elemento que debe prevalecer en el desempeño de sus profesionales, técnicos y trabajadores en general. Por adversa que sea la situación, se resarcirá y saldrá victorioso de la actual contingencia epidemiológica y continuará cumpliendo sus objetivos de trabajo y prioridades, para mantener los logros alcanzados y superar las expectativas en medio de la actual situación coyuntural y de recrudecimiento, como nunca antes, del bloqueo del gobierno norteamericano.
La salud pública cubana cuenta con su ejército de batas blancas, integrados por todos los trabajadores de la salud que están allí donde el deber los llama, cumpliendo con la Patria, con el legado del Comandante en Jefe, la Revolución y el Socialismo.
“…No es posible el desánimo cuando se tiene enfrente el heroísmo, no de una persona o de un grupo, sino de una nación entera. Y ese heroísmo nos hala constantemente, nos inspira a dar más, a hacer más, a sentir vergüenza cuando el cuerpo nos pide un descanso.”
Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez Presidente de la República de Cuba, (7 de diciembre de 2020)