Pachy: los talentosos dedos de la síntesis musical caribeña

Foto tomda del perfil de Edgardo Hinginio

He dicho varias veces que es el más noble músico con gran talento que he conocido. También podría decir que es el artista más noble con el cual he podido conversar.

En nuestra tierra oriental de Cuba, específicamente en la región de Bayamo y Manzanillo, no han nacido reyes ni príncipes por herencia, pero es una zona donde todos los días nacen hombres y mujeres poseedores de una nobleza infinita; Pachy es uno de ellos.

Siempre se ha dicho que los grandes artistas son grandes hombres y mujeres, no podía ser diferente. Para aglutinar elementos culturales diversos, sintetizarlos y llevarlos a una nueva dimensión en un proceso creativo se ha de tener —como decía Schiller— estirpe mayúscula divina y —como añado yo— humana.

Crear y conducir por tantos años una agrupación musical de probada calidad, que cultiva géneros de la música tradicional y popular cubana es un triunfo. En el legado de la Orquesta Típica Original de Manzanillo está la grandeza de Pachy, como protagonista creador, capaz de agrupar en su pensamiento y llevar al pentagrama, elementos de ritmos caribeños de la extensa zona de las costas desde Colombia hasta México, y también, desde las pequeñas islas del Caribe sobre la costa de Venezuela hasta Jamaica y unirla con la criollez de la música oriental de la conga, el son, la guaracha y el bolero. El resultado es el ritmo inconfundible de la Original de Manzanillo.

A veces en el arte no es suficiente la apropiación técnica directa de los elementos representativos del género, basta que en el estilo de la creación se encuentre el espíritu de la manifestación artística que se recrea. Y la música de la Original es una muestra de simbiosis de símbolos y expresiones caribeñas donde Cuba es el centro.

Soy amigo de Pachy. Mi amistad con él es por la cultura que defendemos, pero en los espacios en que coincidimos he compartido su saludo amable, su gentileza y su forma llana de asumir los problemas que siempre nos acompañan. No soy amigo suyo por compartir con él experiencias musicales, ni por ser coetáneos ni criado en Manzanillo, soy amigo de él porque es un hombre grande y talentoso, y admirarlo y conocerlo, —aunque sea de lejos, a veces—, es disfrutar de su amistad. También porque Pachy es amigo de todos y todos los admiradores de su música son sus amigos.

Hondamente recuerdo sus palabras en medio de dificultades, siempre su vergüenza de hombre bueno, comprometido con la razón lo ha acompañado. Jamás he escuchado una queja de su parte ni una expresión fuera del tiempo y el lugar que le pertenece defender.

Wilfredo Salvador Naranjo Verdecia (Pachy), felicidades por la nobleza de sus grandes aptitudes para el piano. Dios y la vida les han dado el ingenio de la creación de la música, y les han dado, también, el genio de la nobleza. Doble talento concedido por Dios y la vida sólo a elegidos. Y usted, amigo mío, es un elegido, por la grandeza musical para sintetizar elementos de la música caribeña en nuestra música cubana, por aportar elementos de nuestra música manzanillera a la música universal y por ser el hombre noble que es.

Por Edgardo Hinginio (tomado de Facebook)