La vocación participativa de los escritores y artistas cubanos se expresa hoy en sus contribuciones a las impostergables transformaciones comunitarias, al salto de calidad que se espera en el sistema institucional de la cultura y de los medios de comunicación, y al enfrentamiento a los intentos de recolonización que pretenden fracturar el modelo de sociedad que la inmensa mayoría de los cubanos ha decidido libremente edificar.
En el aniversario 61 de la Uneac, fundada el 22 de agosto de 1961, las prioridades se articulan en programas coordinados por las cinco asociaciones que integran la organización –Escritores, Artistas de la Plástica, Músicos, Artistas Escénicos, y Cine, Radio y Televisión– sus comités y filiales provinciales y las comisiones permanentes de trabajo que aportan ideas y propuestas en los ámbitos de la educación, la enseñanza artística, los medios de comunicación, el patrimonio, el trabajo social comunitario, las industrias culturales, la lucha antirracista y la equidad de género.
Estas acciones no hacen más que confirmar, como ha dicho Luis Morlote, presidente de la Uneac, el compromiso de los escritores y artistas con la tradición histórica revolucionaria del movimiento intelectual, con las máximas calidades en la creación y su incidencia en el clima espiritual de la nación.
Bajo esos principios tendrá lugar este lunes la velada conmemorativa en la sede nacional, cuando se rinda homenaje al fundador de la organización, el poeta Nicolás Guillén, y se celebre el advenimiento del nuevo aniversario con música cubana.
Como memoria viva, plenamente vigente, está el llamado de Fidel en la clausura del Primer Congreso de la Uneac: «La obra de todos nosotros es el porvenir. Y el porvenir es mucho más importante que el presente, y los frutos de ese porvenir serán mucho más importantes que nosotros».