En entrevista con la televisora BFMTV, Pepy sostuvo que en esta jornada un 43 por ciento de los trabajadores de la SNCF están acogidos a la huelga, incluidos un 74 por ciento de conductores.
Por esa razón solo circulan uno de cada cinco trenes de alta velocidad, uno de cada tres regionales, y uno de cada seis de los inter-ciudad.
Francia vive hoy la cuarta jornada de paro ferroviario dirigido a rechazar la reforma del sector impulsada por el gobierno.
Para defender sus posiciones, los sindicatos convocaron a hacer huelga dos días de cada cinco, desde el 3 de abril hasta finales de junio, lo que significa 36 jornadas de perturbaciones en el tráfico de trenes.
La movilización se dirige a rechazar específicamente dos cuestiones esenciales planteadas en el proyecto oficial: la apertura a la competencia y el fin de las contrataciones bajo el estatus de trabajador ferroviario.
De acuerdo con los sindicatos, la apertura a la competencia y la transformación de la SNCF abrirían el camino a una futura privatización de esta empresa, considerada durante décadas un modelo del servicio público en Francia.
En cuanto al fin del estatus de trabajador ferroviario, ello implicaría suspender las ventajas salariales y sociales que compensan la dureza de esa labor, por lo cual los empleados no están dispuestos a ceder.
De su lado, el gobierno mantiene su determinación de aplicar la reforma a cualquier precio, tal como lo subrayó la víspera el primer ministro, Edouard Philippe.
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