Pasión por la enfermería

Rivelia, con 30 años de experiencia presta servicios en la Casa de Abuelos de barrio de oro // Foto: Claudia Sánchez
Rivelia, con 30 años de experiencia presta servicios en la Casa de Abuelos de barrio de oro // Foto: Claudia Sánchez

Manzanillo. Junio 3.- Al llegar a la Casa de Abuelos Juan Almeida Bosque ubicada a solo unas cuadras del malecón manzanillero, nos encontramos con Rivelia, una abnegada enfermera que dedica sus días a acompañar, ayudar y ejercer la enfermería con sus «residentes estrellas», como ella los denomina, los adultos mayores que allí pertenecen.

Rivelia Pacheco Méndez, comenzó su trayectoria como enfermera hace más de 30 años. Siempre sintió una vocación especial por el cuidado de los adultos mayores, por lo que decidió especializarse en Geriatría.

«Los ancianos son personas que necesitan mucho cariño y atención», afirma Pacheco Méndez. «Me siento muy feliz de poder brindarles el cuidado que necesitan y hacer que sus días sean más llevaderos».

En la Casa de Abuelos, Rivelia atiende a cerca de 25 ancianos, cada uno con sus propias necesidades y particularidades. Ella se encarga de administrar medicamentos, brindar cuidados de enfermería, acompañarlos en sus actividades diarias y, sobre todo, brindarles afecto.

«Para mí, lo más importante es tratarlos con dignidad y respeto», afirmó. «Son personas que han vivido mucho y tienen mucho que enseñarnos».

Su trabajo no está exento de desafíos, los adultos mayores suelen tener múltiples enfermedades y requieren cuidados especiales. Además, a veces es difícil lidiar con las pérdidas y el deterioro físico y cognitivo de los pacientes.

«Hay días difíciles», reconoce, «pero siempre trato de mantener una actitud positiva y brindarles el mejor cuidado posible».

Rivelia es un ejemplo de la dedicación y el humanismo de las enfermeras cubanas. Su trabajo es esencial para garantizar el bienestar de los adultos mayores, quienes merecen vivir sus últimos años con dignidad y afecto.

El Día de la Enfermera Cubana, se celebra desde el 3 de junio de 1924, en homenaje al natalicio de Victoria Brú, mártir del sector, quién perdió la vida mientras cumplía con su deber en Cienfuegos durante la pandemia de influenza que afectó al mundo entre 1918 y 1919. Hoy reconocemos que la labor es invaluable y contribuye a construir una sociedad más justa e inclusiva.

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