Donald Trump podría recibir este lunes un golpe mortal a sus menguantes esfuerzos para revertir su derrota ante el presidente electo, Joe Biden, en los comicios del pasado 3 de noviembre.
La estacada contra Trump vendría del estado de Michigan, que certificaría hoy sus resultados electorales a favor de Biden, mientras que Pensilvania se acerca un paso más para hacerlo en la misma dirección. Trump perdió en ambos estados pendulares, considerados así porque oscilan entre demócratas y republicanos, a diferencia de otros que se decantan tradicionalmente por uno de los dos partidos.
Trump se ha negado a reconocer su derrota en Michigan y Pensilvania, con una batalla legal para anular los resultados allí y en otros estados de todo el país donde los comicios fueron reñidos.
Las esperanzas de Trump de evitar que Biden asuma el cargo el 20 de enero probablemente quedarán sentenciadas si Michigan y Pensilvania certifican sus resultados, confirmando a Biden como el ganador de un total de 36 votos electorales. Biden ya ganó 306 votos electorales, 36 por encima del umbral de los 270 necesarios para entrar en la Casa Blanca. Lo que no está claro es si el proceso en Michigan funcionará como dicta la ley estatal, pues el consejo de escrutinio del estado está dividido en partes iguales entre dos demócratas y dos republicanos, quienes se reunirán hoy para decidir si certifican los resultados.
Biden derrotó a Trump en Michigan por más de 150 mil sufragios, y el consejo está obligado por ley a validar el recuento. Pero un miembro republicano del consejo, Norman Shinkle, ha sugerido en recientes entrevistas con los medios de comunicación que está a favor de retrasar la certificación debido a supuestas irregularidades técnicas, que la campaña de Trump califica de un fraude generalizado.
Si se paraliza el avance de la certificación probablemente llevaría el asunto a los tribunales estatales de apelación, donde se pediría una orden para obligar al consejo a cumplir su función. Si los dos miembros republicanos se negaran, la gobernadora demócrata, Gretchen Whitmer, tiene la autoridad para reemplazarlos.
Hoy es también la fecha límite en Pensilvania para que los condados reporten sus cuentas certificadas a la secretaria de Estado de la entidad, la demócrata Kathy Boockvar, quien probablemente validará los resultados en cuestión de días. Biden ganó por más de 80 mil votos en Pensilvania, donde un intento de la campaña de Trump para retrasar la certificación fue rechazado por un juez federal, al desestimar la demanda porque no estaba en el poder del tribunal violar la Constitución.
Mientras, Trump insiste en sus estériles maniobras legales, Joe Biden ha seguido adelante con sus planes de transición, a pesar de la falta de cooperación del actual gobierno.
Se espera que Biden anuncie mañana las primeras designaciones de su gabinete, pero medios de prensa ya se filtraron algunos nombres, como el de Antony Blinken para la secretaria de Estado, la cancillería estadounidense. Biden asciende así a uno de sus asesores más experimentados y de máxima confianza, un nombramiento que convierte a otro asesor histórico del presidente electo con antecedentes en política exterior, Jake Sullivan, en el principal candidato a ser el jefe de la Seguridad Nacional del país.
Entre tanto, Biden ha elegido a otra veterana diplomática, la afro-norteamericana Linda Thomas-Greenfield, como embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, según informaron los medios de comunicación el domingo. Biden afirmó la semana pasada que había elegido al secretario del Tesoro y que anunciaría el ganador cerca de la festividad del día de Acción de Gracias, el 26 de noviembre. Se cree que la exjefa de la Reserva Federal, Janet Yellen, es la principal candidata.