Hay coincidencias en la vida, como la que ha tenido lugar este 23 de junio, que enorgullecen al pueblo cubano. Que en el momento expectante –acontecido en la ONU– de la denuncia de Cuba y la votación del mundo contra el bloqueo, llegue la noticia de que los Reyes de España le otorgaron a Omara Portuondo la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, es razón para el aplauso.
Emociona sabernos compatriotas, tanto de la insigne artista que está en Madrid, como de nuestros diplomáticos, que defienden dignamente la causa del pueblo cubano en Nueva York.
Pocos artistas como Omara han logrado proyectar el acento musical de lo cubano con el alcance universal que la distingue. Pero si en el arte de Omara nos sentimos representados como pueblo, en el discurso del canciller Bruno Rodríguez Parrilla somos igualmente nosotros quienes alentamos la hidalguía de sus palabras.
Es tiempo de celebrar, junto con Omara Portuondo, aquel estribillo inolvidable y suyo: «Por eso yo soy cubana / Y me muero siendo cubana».