Naciones Unidas, 10 may (Prensa Latina) El secretario general de ONU, António Guterres, sigue hoy con profunda preocupación los acontecimientos en materia de seguridad en Jerusalén Oriental, ante el riesgo de desencadenar otra escalada peligrosa que lleve a más violencia y muertes.
Así informó este lunes el vocero del máximo representante de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, y reiteró su llamado a ambas partes de actuar bajo la máxima moderación y detener las confrontaciones.
También informó que el coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en el Medio Oriente, Tor Wennesland, ofreció hoy una actualización al Consejo de Seguridad sobre el panorama en ese territorio palestino ocupado por Israel.
El diplomático noruego trabaja ahora en estrecha colaboración con todas las partes interesadas para restablecer la calma, en tanto su oficina monitorea la situación de cerca, indicó el portavoz.
Asimismo, añadió, el Consejo celebró en la mañana consultas a puertas cerradas sobre estos recientes sucesos, tras los ataques israelíes contra fieles en la mezquita de Al-Aqsa.
La víspera, Guterres publicó una declaración que expresa profunda preocupación por la continua violencia en Jerusalén Oriental ocupada, así como por los posibles desalojos de familias palestinas de sus hogares en los barrios de Sheikh Jarrah y Silwan.
Ante tal escenario, pidió al Gobierno de Tel Aviv que cese las demoliciones y los desalojos, de conformidad con las obligaciones dimanantes de legislaciones internacionales
Igualmente, el diplomático portugués instó a que se mantenga y respete el status quo de los lugares sagrados.
Numerosas naciones del área también condenaron los recientes ataques de militares israelíes contra los palestinos en la mezquita de Al-Aqsa, en Jerusalén Oriental, justo en el mes sagrado del Ramadán.
Desde el pasado viernes en la noche comenzaron las confrontaciones que se extendieron hasta el domingo y dejaron más de 200 heridos, entre ellos varios menores de edad, reportan medios de prensa.
Las fuerzas de Tel Aviv atacaron a fieles musulmanes palestinos en la mezquita de Al-Aqsa, con disparos de balas de goma y granadas aturdidoras, en uno de los lugares más sagrados para los de esa religión.
Esas agresiones se produjeron en medio de la ira por el desalojo de hogares palestinos en la zona de Sheikh Jarrah, de Jerusalén Oriental.
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