El Presidente de la República destacó que los resultados que cada semana se examinan junto a expertos y científicos demuestran las fortalezas de los protocolos cubanos en el tratamiento de la COVID-19. Durante la jornada también sesionó el grupo temporal de trabajo para la prevención y control de la enfermedad, donde se enfatizó en la importancia de redoblar los esfuerzos en La Habana para evitar la aparición de nuevos brotes.
Al realizar un nuevo intercambio con expertos y científicos que han enfrentado directamente a la COVID-19 en el país, el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, reiteró este jueves la utilidad de estos encuentros de trabajo, donde los resultados que cada semana se examinan demuestran las fortalezas de los protocolos cubanos en el tratamiento de la enfermedad.
De manera especial el Jefe de Estado destacó los esfuerzos que se han realizado en la atención a la población pediátrica, donde el principal éxito ha sido que no ha fallecido ningún niño o adolescente, quienes desde el primer momento de la epidemia tuvieron un seguimiento diferenciado.
Al comentar respecto a la favorable evolución de la letalidad de la enfermedad en Cuba, otro de los temas ampliamente analizado durante este nuevo encuentro con sede en el Palacio de la Revolución, el mandatario señaló que en los últimos 38 días hemos lamentado la muerte de tres personas y ninguna en los diez más recientes.
A su vez –subrayó- sigue disminuyendo la cantidad de pacientes que pasan a un estado crítico o grave, los cuales en su mayoría permanecen ya poco tiempo en esa condición. “Eso también demuestra la robustez de los protocolos que se han utilizado”, enfatizó.
Díaz-Canel manifestó también su certeza de que, según han ido transcurriendo los días y al incorporar la experiencia adquirida por las brigadas médicas que van regresando de enfrentar la epidemia en otras naciones, se podrá disponer de mejores protocolos de trabajo en todos los escenarios, fundamentalmente en el funcionamiento de las terapias intensivas.
PROTOCOLOS QUE SALVAN VIDAS
Justamente sobre la evolución de algunos de estos protocolos aplicados en la Mayor de las Antillas se analizó en la agenda vespertina de trabajo, donde también estuvo presente el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz.
El primero de ellos fue presentado por la doctora Lissette López González, jefa del Grupo Nacional de Pediatría del Ministerio de Salud Pública, quien actualizó acerca de la manera en que se ha comportado la COVID-19 en los niños y adolescentes.
Detalló que hasta el momento se han confirmado 274 pacientes positivos al nuevo coronavirus en edades pediátricas, lo cual representa el 11,3% del total de casos diagnosticados en el país. El 92% de ellos –aseguró- ya se encuentra de alta en sus hogares. De manera general, dijo, la mayor cantidad de contagiados sigue siendo del sexo masculino, con un 55%, y se ha podido comprobar que la incidencia aumenta en las edades comprendidas entre 15 y 18 años.
Refirió que teniendo en cuenta la evolución clínica de cada uno de esos pacientes se han ido realizando las modificaciones pertinentes en los diferentes protocolos de tratamiento.
En el transcurso de estos meses –valoró- se ha evidenciado la importancia del trabajo de la atención primaria de salud, cuyos sistemas de vigilancia se han convertido en una fortaleza en la detección de niños y adolescentes contagiados. “La prevención es la mejor manera de enfrentar esta epidemia”, acotó.
Por otra parte, la Jefa del Grupo Nacional de Pediatría del Ministerio de Salud Pública comentó también que desde el pasado mes de abril, cuando surgió la alerta mundial sobre el Síndrome Inflamatorio Multisistémico, inmediatamente se comenzó a prestar atención al tema en el país, llevando a cabo un profundo sistema de vigilancia.
Hasta la fecha –manifestó- solo se han diagnosticado en Cuba dos pacientes con esa enfermedad y, aunque ambos presentaron complicaciones severas, la respuesta a los tratamientos aplicados fue favorable y ya se encuentran recuperados, con un estricto seguimiento para evitar posibles secuelas.
El protocolo cubano diseñado para estos casos, así como la constante supervisión de equipos multidisciplinarios de trabajo, permitieron sortear satisfactoriamente las numerosas complicaciones que en ellos llegaron a presentarse, apuntó.
Otro de los asuntos evaluados estuvo relacionado con la experiencia que ha ido dejando en el país la labor en los servicios de cuidados intensivos dedicados a la atención de pacientes con la COVID-19. Esos resultados, explicó la doctora Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública, fueron presentados en un taller interactivo para la generalización de dichas experiencias, lo cual permitió valorar, además, elementos que pueden ser incluidos en los planes de estudio de las especialidades asociadas a esta área.
Del total de 2 399 pacientes confirmados al momento de realizar el estudio, puntualizó que solo habían ingresado en los servicios de cuidados intensivos 172, para un 7,1%; lamentablemente fallecieron 86 personas. De ese total, especificó, 67 se reportaron en estado crítico y 105 graves.
La validación de un protocolo único a nivel nacional para el tratamiento a estos pacientes, consideró, permitió además disminuir la letalidad en el país con relación a las Américas y también al resto del mundo. En estos momentos –aseveró- la letalidad ha descendido progresivamente hasta 3,58, lo cual ha sido posible gracias al aprendizaje que hemos adquirido en estos meses, de conjunto con la incorporación de terapias y productos innovadores en el tratamiento.
Diversas han sido las lecciones que han dejado estos complejos meses de enfrentamiento a la COVID-19, entre las cuales Morales Suárez acentuó la discusión colectiva en tiempo real de los casos; la anticipación en la toma de decisiones clínicas y terapéuticas; la incorporación temprana de productos innovadores y la reorganización de los servicios.
Resaltó también el modo de actuación de los equipos multiprofesionales de las Unidades de Cuidados Intensivos, lo que permitió mantener la vitalidad en la atención a los pacientes y que no se manifestara un colapso del personal de salud en estas áreas de trabajo.
Como un elemento esencial consideró las experiencias que han aportado las brigadas Henry Reeve, que han posibilitado ampliar nuestros protocolos y ajustarlos a las características de la enfermedad para un mejor enfrentamiento.
Asociado a ello, el Presidente Díaz-Canel recordó varias de las ideas transmitidas por los colaboradores que concluyeron recientemente su misión en Lombardía y que pueden ser aplicadas en nuestro país en diferentes momentos. A partir de ellas, dijo, no solo es posible perfeccionar nuestros protocolos de tratamiento y maneras de actuar, sino también la preparación del personal de la salud.
Más adelante, se presentó una actualización acerca del estado de diferentes proyectos de ventiladores pulmonares que se construyen en Cuba y que se espera puedan ser empleados en las Unidades de Cuidados Intensivos. Según se detalló, los prototipos han sido sometidos a diversas pruebas exigidas por las normas internacionales y ya se trabaja en la implementación de las mejoras recomendadas.
Al respecto, el Jefe de Estado acentuó la manera en que se ha llevado a cabo el desarrollo de esos equipos electromédicos, prácticamente diseñados en tiempo record. Además de fortalecer las Unidades de Cuidados Intensivos, constituyen una importante fuente de sustitución de importaciones y pueden convertirse incluso en líneas exportables para el país.
EL CONTROL DE LA EPIDEMIA DEPENDE DE TODOS
Como resulta frecuente en este tipo de intercambios, Raúl Guinovart Díaz, decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, presentó la actualización de la gráfica de los pronósticos en el comportamiento de los casos activos.
Comentó que, si bien se continúa apreciando un control de la epidemia en el país tras 120 días de ser detectados los primeros pacientes positivos a la COVID-19, la situación que en las últimas jornadas se ha manifestado en los municipios capitalinos de Centro Habana y Cerro ha conducido a un incremento de la curva de casos activos.
En tal sentido, llamó la atención sobre la importancia de atender con prontitud y sistematicidad la ocurrencia de estos pequeños brotes, cuyo control depende en gran medida de la manera responsable en que se comporte la población de esas zonas.
La Habana, refirió, tuvo el mayor pico de contagios un poco más tarde que el resto del país. De la misma forma que existen personas vulnerables por sus condiciones de edad y salud, expuso, hay zonas geográficas vulnerables que están asociadas no solo a factores epidemiológicos, sino también socioeconómicos, culturales, demográficos y otros.
Los primeros eventos de notoriedad que se produjeron en la capital fueron en instituciones cerradas que originaron una gran cantidad de casos, recordó, sin embargo, en los últimos tiempos se están produciendo eventos comunitarios, los cuales son más complejos de tratar pues no basta con el apoyo del Ministerio de Salud Pública y de las autoridades gubernamentales de la provincia, sino que es necesaria la cooperación de las personas.
Si la población no coopera con el cumplimiento de medidas básicas que se han planteado desde un primer momento, como el uso del nasobuco, el distanciamiento físico y el lavado frecuente de las manos, por solo citar algunas, son mayores las probabilidades de que ocurra un incremento de los casos. “Si queremos lograr un control efectivo de la epidemia en pocos días, entonces todos debemos cooperar”, subrayó.
Tomando en cuenta justamente esos preceptos, al final de la tarde sesionó el grupo temporal de trabajo para la prevención y el control del nuevo coronavirus que encabezan el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; el vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa; y el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, donde rindieron cuenta las autoridades de Matanzas, el municipio especial Isla de la Juventud y La Habana.
Los dos primeros territorios, según explicaron, transitan con estabilidad por la segunda fase de la etapa de recuperación de la COVID-19 y en ellos se implementan las medidas correspondientes a los más diversos escenarios.
Respecto a La Habana, el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, comentó que es donde se concentra la mayor cifra de personas ingresadas y de casos activos. En los últimos 15 días, actualizó, la tasa de incidencia por cada 100 000 habitantes ha ido ascendiendo, comportamiento que también se manifiesta al cierre del miércoles, cuando con 3,47 resulta discretamente superior a la de la anterior jornada.
Según dio a conocer la vicegobernadora habanera, Yanet Hernández Pérez, con el propósito de detener los contagios, que en las últimas dos semanas han ascendido a 74, se llevan a cabo acciones de reforzamiento en áreas y grupos vulnerables de los municipios de mayor complejidad epidemiológica.
En la totalidad de las áreas restringidas, afirmó, se realizan test rápidos y pruebas PCR a todo el universo poblacional y se han aislado los núcleos familiares para evitar la movilidad de las personas. Precisó que a estas zonas se continúan acercando los servicios de primera necesidad.
“La cooperación de todos los habaneros es imprescindible para que podamos contener finalmente la epidemia”, concluyó.