¿Qué pasa con la producción de alimentos en Cuba? (+ Video)

Manuel Santiago Sobrino Martínez comentó sobre la situaicón de la Industria Alimentaria. // Foto: Cubadebate

En su intervención en la Mesa Redonda, Manuel Santiago Sobrino Martínez, ministro de la Industria Alimentaria, reconoció que la producción de alimentos, su comercialización y los precios son algunos de los temas que más preocupan a los cubanos y que tienen una alta incidencia en su calidad de vida.

Según el plan de desarrollo del país hasta 2030, este sector es estratégico para Cuba; sin embargo, la industria no escapa de la actual situación económica del país, agravada por el impacto del bloqueo económico, comercial y financiero.

El aumento de los precios en el mercado internacional en los últimos años y la guerra en Europa también han incidido en los precios de los alimentos en Cuba. Por ejemplo, el costo de una tonelada de pollo en Cuba es ahora de 1 300 000 dólares, mientras que hace un año costaba 900 mil. El aceite supera los dos dólares por litro y la soya, una materia prima ampliamente utilizada en la industria, cuesta 640 dólares por tonelada.

La disponibilidad de energía eléctrica también ha afectado la productividad de la industria y ha repercutido en los niveles de actividad. «Además, no escapamos del impacto del cambio climático. En los primeros meses del año, la sequía ha disminuido la producción de leche en unos 38 millones de litros. No decimos que la baja producción de leche sea solo por la sequía, sabemos que hay muchas cosas que tenemos que mejorar. La sequía también ha afectado la producción acuícola debido a la disminución del nivel de un grupo importante de embalses», explicó el ministro.

En otro momento del programa, el ministro señaló que los nuevos actores económicos han dinamizado el sector. En el país, hay 844 micro, pequeñas y medianas empresas privadas, de las cuales 144 se dedican a la panadería y repostería, 194 a la producción de productos cárnicos, 188 a la producción de conservas y 92 a los productos lácteos.

Además, en Cuba hay más de 350 mini-industrias, principalmente en la agricultura y en AZCUBA. «Todo este entramado crea una competencia por las materias primas disponibles en el país en el cual la industria nacional no tiene ventajas», señaló Sobrino Martínez.

El ministro informó que desde el año pasado se han introducido cambios en la comercialización agropecuaria, estableciendo que la contratación de productos agropecuarios por parte de la industria sea de productor a productor. «Este es un tema que la industria alimentaria no ha sabido aprovechar correctamente. Hoy en día, nos están afectando los niveles de leche y carne que se contratan con los productores. Hay que cambiar la mentalidad, los conceptos de negocios y las estructuras de dirección, y apoyarse en la comunicación y la informatización», agregó.

Para hacer frente a esta compleja situación, el ministro destacó la implementación de la Ley de Soberanía Alimentaria, Seguridad Alimentaria y Nutricional, la cual cuenta con las herramientas necesarias para el Ministerio de la Alimentaria y otros actores que intervienen en la producción de alimentos. «Sabemos que mientras los cubanos no vean todos estos cambios reflejados en su mesa, van a dudar de todos estos conceptos, pero hay voluntad gubernamental para revertir esta situación», afirmó.

Por su parte, Jesús Lorenzo Rodríguez Mendoza, director de investigaciones de la industria alimentaria, comentó que a medida que la situación económica se complica, la actividad científico-técnica gana mayor relevancia. «En estos 46 años, hemos desarrollado 700 productos. Nuestra principal misión es proporcionar herramientas a todos los transformadores de alimentos, desde la composición nutricional del producto hasta la ejecución de los procesos tecnológicos y los equipos más eficientes a utilizar».

El Instituto también implementa proyectos de investigación, como el de producción de harina, y ofrece capacitación a los productores locales. «No se trata de producir alimentos por producir, sino de producir alimentos que satisfagan la demanda de esa población en términos de cantidad de proteínas, grasas, etc.», explicó. El director agregó que se han realizado varios cursos, de los cuales se han graduado unas 200 personas, y que están trabajando en 16 asesorías tecnológicas, además de otras a nivel local.

Posteriormente, dijo, el Ministerio organizó y se realizaron tres talleres territoriales.

Sobre los proyectos de mayor impacto en los territorios, destacó los municipios a los que se le prestaron una atención diferenciada por indicación y del Consejo de Ministros como Puerto Padre y Los Palacios.

“Se analizaron las potencialidades en la producción de alimentos y la posibilidad de lograr, de una forma u otra, la transformación de esos alimentos en productos terminados. Además, se actualizó la evaluación de la composición porque hay que chequear los aportes nutricionales de lo que hoy se produce”.

Rodríguez Mendoza habló sobre la utilización de los subproductos de la industria de alimentos, una práctica que se lleva a cabo en todo el mundo.

“Impacta en el medio ambiente que usted no aproveche un alimento que puede convertirse en otro con altos niveles de proteína. Dos ejemplos son el suero lácteo y la elaboración de embutidos con la sangre, productos inclusive que tienen un destino para determinadas enfermedades anémicas”.

Actualmente, a partir de las circunstancias que hay con el tema de la azúcar, desde el Ministerio están trabajando junto a AZCUBA, a partir de diferentes corrientes de procesos intermedios dentro de la industria azucarera, para utilizarlos como endulzante en la elaboración.

El presidente del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria, Emerio González Lorenzo, explicó que el pasado año hicieron una transformación y se dividieron en grupos. Uno de ellos atiende la actividad agroalimentaria que es el que se dedica a la fuente de materia prima fundamental de productos de agricultura, lácteos, cárnicos, conserva y café; otro grupo de la pesca. 

“El grupo nuestro abarca 24 actividades y tiene 25 empresas. Dentro de las tareas del grupo empresarial está la de garantizar la harina de trigo, a través de la Empresa Nacional Molinera que se dedica a la actividad de producción y distribución de harina de trigo y además, la levadura y otras materias prima para la producción de pan que va con destino a la canasta básica y otros consumos”.

El directivo recordó que este es un producto de primera necesidad y básico en la alimentación de todos los cubanos. A mediados de 2022 empezaron con una situación muy crítica en el aseguramiento del trigo y en los primeros seis meses de este año se ha agudizado. 

“Por ejemplo, para garantizar una estabilidad en la producción de harina y los consumos tradicionales en un mes hay que comprar tres barcos de trigo que cuestan unos 35 millones de dólares”.

En el 2023 solo han logrado comprar cuatro barcos de trigo, un rublo afectado en el mundo y que ha subido considerablemente el precio. “Ese aumento en los costos también tiene un impacto en la disponibilidad en los mercados. Además, es un producto que ha estado muy afectado en las operaciones de compra por el tema del bloqueo”.

Por ejemplo, dijo, el barco que arribó recientemente a Cienfuegos estuvo más de 60 días para cargar en el puerto de origen, y eso tiene costo adicional en operación. “Hemos logrado contratar harina en países del área y en muchas ocasiones navieras que radican en esos países no aceptan venir a Cuba y tenemos que buscar barcos de otros orígenes y mandarlos a esos lugares y eso lógicamente tiene un costo”.

Otro ejemplo de las afectaciones del bloqueo es en el tema de las piezas de repuestos. “Tenemos cuatro molinos, hemos tenido disponibilidad de financiamiento, le hemos pagado a los proveedores de piezas de repuestos y los bancos donde ellos trabajan no nos han aceptado el pago. Hay que buscar otras alternativas”.

Si bien luego de 25 días llegó el barco de Trigo a Santiago de Cuba e intentaron arrancar ese mismo día el molino, no lo lograron y todavía no se ha podido estabilizar la producción de harina de trigo. La zona más afectada es el oriente del país: Las Tunas, Granma, Guantánamo y Santiago. 

“El gobierno no renuncia a mantener la producción de pan y a partir de la situación se tomaron varias acciones como la búsqueda de harina y trigo en regiones cercanas para lograr mejor tiempo de arribo”.

Según el directivo, para los próximos meses hay dos barcos de harina de trigo contratadas, “no un volumen grande, pero está pronosticado también el arribo de dos barcos de trigo. Con eso está garantizando julio y para agosto estamos trabajando en el tema de la contratación”.

Asimismo, reconoció que en esta etapa no le han podido entregar harina a la Cadena Cubana del Pan y hay varios actores económicos que han importado un nivel de harina y han participado en este encadenamiento productivo”. Además, estos encadenamientos también están dando resultados con la industria confitera.

Respecto a la producción de bebidas alcohólicas, González Lorenzo explicó que la disminución de la producción azucarera en Cuba ha impactado de manera negativa en el sector. No obstante, señaló las medidas aprobadas para AZCUBA se han convertido en una oportunidad de revertir la situación.

“Con la dirección de AZCUBA hacemos un chequeo sistemático de los procesos productivos y hasta la fecha hemos logrado extraer más de dos millones de cajas de ron, que permitirán recuperar las producciones. Entre julio y agosto, por ejemplo, entregaremos cifras similares a las que comercializamos en 2019, alrededor de 400 000 cajas de ron”, dijo. Añadió que se favorecerá la producción de otros líquidos como el vinagre y el vino seco.

Según González Lorenzo, se ha identificado la calidad de las mezclas de alcohol de los centrales. “Hoy estamos precisando qué mezclas alcohólicas debemos pasar por la destilería de Cuba Ron, para mejorarlas, y qué mezclas no lo necesitan. Algunas provincias no tienen buen criterio del ron que estamos haciendo, y tenemos que respaldar la calidad de esa bebida identitaria”, reconoció.

De acuicultura, Ley de Pesca y pescadores

Acuicultura en Camagüey. Foto: Tomada de Radio Nuevitas.

Sobre la situación de la pesca, la viceministra de la Industria Alimentaria Midalys Naranjo Blanco, comenzó su intervención aclarando que, aunque Cuba es un país rodeado de mar, sus aguas no poseen los niveles de peces necesarios para satisfacer la demanda de la población.

La viceministra recordó en entre los años 1976 y 1990 la mayor de las Antillas poseía una flota pesquera que operaba en aguas internacionales y aportaba buena parte del pescado que se consumía en el país (alrededor de 100 000 toneladas anuales). Sin embargo, a partir del año 1992 esa flota debió retirarse gradualmente de las aguas internacionales, lo cual afectó la disponibilidad del alimento en Cuba.

Por otra parte, entre 1986 y 2009, el país importaba alrededor de 33 000 toneladas de productos pesqueros, actividad que no es posible mantener en la actualidad, por los niveles de financiamiento que exige.

A raíz de esa situación, se está potenciando la acuicultura en Cuba, con un programa donde se incluyen todas las provincias del país. Entre los cultivos, se desarrolla el extensivo, porque la acuicultura intensiva demanda volúmenes de pienso de los que no se dispone en la actualidad.

El cultivo de ciprínidos (lo que se conoce comúnmente como tenca) es uno de los más practicados, aunque demora alrededor de 18 meses para lograr un pescado de talla comercial.  Naranjo Blanco afirmó que se trabaja en incrementar la producción de alevines y se busca sembrar la mayor cantidad posible de embalses.

“En esta actividad existen nuevos actores económicos. Tenemos, por ejemplo, 485 productores privados con alrededor de 1 546 hectáreas sembradas”, dijo la viceministra.

Entre los inconvenientes que sufre la acuicultura, mencionó los efectos del cambio climático (sobre todo la sequía y las intensas lluvias), el tiempo que debe esperarse para tener un pescado con características comercializables y el déficit de artes de pesca sufrido hasta el momento. En ese último aspecto, informó que han entrado al país varios implementos que posibilitarán que en todos los embalses se pueda pescar paulatinamente.

Naranjo Blanco también se refirió a la Ley de Pesca, aprobada en 2019, en la cual se ha estado trabajando, en aras de flexibilizarla.

“Cuando se aprobó la Ley de Pesca, se realizó un proceso de discusión en las comunidades pesqueras, de donde salieron planteamientos que hemos considerado, a través de un grupo de trabajo temporal creado por el gobierno”, explicó la viceministra.

En ese sentido, se ejecutó una revisión de las normas jurídicas que soportan la ley y se elaboraron propuestas que potencian el desarrollo de la actividad pesquera, las cuales fueron presentadas y aprobadas por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.

Entre las modificaciones destacan las siguientes:

  • Crear condiciones paulatinamente en todos los territorios para la venta mayorista y minorista de insumos (artes de pesca, medios de protección, entre otros).
  • Brindar servicios de construcción y reparación de embarcaciones, a partir de los insumos disponibles en los mercados mayoristas habilitados en las entidades especializadas.
  • Permitir por un plazo de dos años la pesca comercial en los meses de agosto a enero en las áreas declaradas como zonas de preferente uso turístico, estamos hablando de dos zonas en el norte de la Isla de la Juventud y la zona aledaña a Cayo Jutía.
  • Modificación del área de navegación tres C. Actualmente estaba aprobado navegar hasta las 12 millas. Pero en diferentes meses del año no se puede, y de ahí parte la propuesta de hacer una modificación para que los pescadores puedan operar durante todo el año, siempre teniendo en cuenta las condiciones y características de sus embarcaciones.
  • Incrementar la potencia de los motores hasta sesenta caballos.
  • Revisar los planes de manejo de las áreas protegidas, de conjunto con todos los actores del territorio.
  • Declarar las bases de pesca como puerto pesquero de interés local.
  • Realizar la comercialización del pescado, aplicando los conceptos de venta de precios por acuerdo a todos los productos y actores económicos.

A partir de esa última medida, que ya se está aplicando, se aprobó la Resolución 52 en octubre de 2022, donde se plantea que el pescador comercial no está obligado a poseer un contrato con una entidad estatal y puede comercializar directamente sus productos. Ello, según Naranjo Blanco, ha propiciado un incremento de la venta de licencias comerciales no estatales, llegando a 4 042 licencias al cierre de mayo, cifra muy superior a 2022.

“Las medidas anteriores están en fase de implementación y en los próximos meses deben permitir un nivel superior en la flexibilización de la actividad pesquera. Estamos seguros de que serán bien acogidas por nuestros pescadores”, dijo la viceministra.

Situación de la canasta básica y otros productos de interés

En la Mesa Redonda se mencionó la situación de varios productos de la canasta básica. Foto: Mincin.

Sobre los productos que componen la canasta básica y su situación actual hizo un resumen el ministro de la Industria Alimentaria.

Reconoció que existen desafíos en cuanto al envasado, inocuidad y calidad de los alimentos. Al referirse al pan, dijo que, además de los problemas de materia prima, en la calidad de ese producto influye el descontrol en lugares donde no se ha puesto la suficiente exigencia.

También presenta una situación compleja la leche en polvo. “Aunque en determinadas zonas, como las provincias centrales, hay buena producción de leche, para asegurar el consumo del país dependemos de pequeñas importaciones desde América Latina y el Caribe, que hoy no satisfacen la demanda”, señaló.

Sobrino Martínez mencionó que existe una deuda de un mes con respecto al aceite, pero hoy se encuentra en el país un barco con inventario suficiente para satisfacer la demanda durante dos meses, por lo que en los próximos días podrá comenzar la distribución de aceite a la población.

La compota, que al inicio de año presentó una situación difícil, ya cuenta con materias primas para su elaboración y actualmente está en proceso de distribución, por lo que en los próximos meses debe haber estabilidad en cuanto a ese producto, dijo el ministro.

Con respecto al café, señaló que se está completando el de la canasta básica de mayo, que es para el que existe garantía de materia prima nacional. “La producción de café, de ahora en adelante, dependerá de que podamos importarlo, porque la producción nacional no podrá cubrir estos meses”, aseguró.

El pollo de la canasta básica comenzará estos días su distribución para una parte de la población. El ministro afirmó que existe garantía de que en los meses de julio y agosto mejore la distribución de ese producto en la canasta familiar normada.

En relación a otros cárnicos, en los próximos días debe arribar a puerto cubano un barco con materias primas e inventario para dos meses, destinado a la producción de alimentos como el picadillo y la jamonada.

Con los derivados de la soya el panorama es complejo, por el déficit del producto en el mercado internacional, por lo que se trabaja en una solución oportuna, afirmó el ministro.

Sobrino Martínez señaló que hay un programa conducido por el Gobierno que busca mejorar la situación en el verano, con respecto a productos como la cerveza, el refresco, el helado y las confituras.

En estos días se pondrán en funcionamiento más de cinco inversiones con cap  ital extranjero y dos con capital nacional, que deben mejorar el escenario. Entre ellas, destacan una fábrica de galletas, confituras y café; así como otra de cerveza, en el Mariel; una fábrica de confituras en Caibarién, Villa Clara; la puesta en marcha de la fábrica de chocolate Baracoa; la ampliación de la producción de la cerveza Bucanero; entre otras.

Esos esfuerzos son muestra de que el Minal no renuncia al desarrollo y, a pesar de los obstáculos, pretende ofrecer mayor protección alimentaria al pueblo, concluyó el titular.