Rajoy comparece ante el Parlamento: La oposición lo emplaza a dimitir por dignidad

El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, a su llegada al Pleno del Congreso extraordinario para debatir sobre la trama Gürtel y la cakja B del PP. Foto: Reuters.
El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, a su llegada al Pleno del Congreso extraordinario para debatir sobre la trama Gürtel y la cakja B del PP. Foto: Reuters.

Las principales fuerzas de la oposición exigieron hoy la renuncia del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, por evadir su responsabilidad ante los escándalos de corrupción que salpican a su formación, el conservador Partido Popular (PP).

En un pleno extraordinario forzado por la mayoría de las agrupaciones representadas en el Congreso de los Diputados, Rajoy volvió este miércoles a eludir cualquier vinculación con las causas de corrupción que sacuden al PP.

Lejos de responder a las numerosas interpelaciones de sus detractores, el mandatario se escudó en la lucha contra el terrorismo y en el conflicto secesionista en Cataluña para omitir la supuesta financiación irregular de la derecha gobernante.

También evitó referirse al caso Gürtel, una de las principales tramas destapadas en este país europeo en décadas sobre una hipotética red de financiaciones, pagos y adjudicaciones ilícitas, que derivaron en una investigación de las cuentas de su formación.

En una imagen inédita en la historia de España, Rajoy testificó el pasado 26 de julio ante el tribunal que juzga ese proceso, que indaga un entramado de contratos amañados entre empresarios y altos cargos de la agrupación conservadora entre 1999 y 2005.

El jefe del Ejecutivo negó en su declaración haber desempeñado papel alguno en la financiación del PP, pese a ser en aquel entonces vicesecretario general y director de campañas electorales.

“Usted no niega los hechos, niega conocerlos. Por lo tanto, es un incompetente por no saber lo que estaba ocurriendo en su partido”, criticó el líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, quien calificó al presidente del mayor responsable político de la corrupción en España.

Iglesias emplazó al gobernante y a su partido a devolver “todo el dinero robado”, aunque será muy difícil que ustedes dejen de hacer lo que siempre han hecho, ironizó.

Advirtió que la coalición de izquierda Unidos Podemos -tercera fuerza en la Cámara baja- trabajará sin descanso para echarlo del Palacio de La Moncloa (sede ejecutiva).

La portavoz parlamentaria del Partido Socialista Obrero Español, Margarita Robles, acusó a Rajoy de ser un presidente bajo sospecha, porque con sus silencios y su falta de explicaciones mostró “connivencia o tolerancia” con la financiación irregular del PP.

Según la representante de la principal fuerza de la oposición, España necesita un estadista creíble, precisamente para afrontar los graves problemas señalados por el mandatario en su intervención.

Robles conminó al líder conservador a asumir responsabilidades políticas y a dimitir por dignidad.

Tras recriminarle su tono arrogante y de superioridad moral, la diputada pidió al jefe del Gobierno no ampararse en el terrorismo y la situación en Cataluña para soslayar los múltiples escándalos de corrupción en sus filas.

Rajoy se va por la tangente

Mariano Rajoy, durante la comparecencia. Foto: Uly Martín.

Mariano Rajoy, durante la comparecencia. Foto: Uly Martín.

Ni una palabra de Gürtel. Era un pleno extraordinario convocado para que el presidente del Gobierno explicara la presunta financiación irregular del PP por la que ya tuvo que declarar ante el tribunal de la Audiencia Nacional. Pero Mariano Rajoy no citó ni una palabra al respecto: ni caja B, ni sobresueldos, ni Bárcenas, ni Correa.

Es más, aprovechó su media hora de intervención —él no tiene límite de tiempo— para reprochar a los grupos de la oposición que sus “prioridades” sean volver a hablar en el Congreso de corrupción —algo de lo que ha dado cuenta “hasta en 52 ocasiones”, aseguró— y no de lucha antiterrorista o el desafío independentista de Catalunya.

“A la vista de los problemas y retos de España, no se entiende la necesidad de celebrar con carácter extraordinario un pleno sobre estos asuntos”, opinó desde la tribuna del hemiciclo. “Son ustedes quienes fijan sus prioridades. Esto es lo que más le preocupa y yo lo respeto, aunque no lo comparta”, ironizó.

Por ello, acusó a los diputados de la oposición de estar “enfermos de sectarismo” y tener un “celo inquisitorial” así como de enmascarar sus verdaderas motivaciones para la petición de esta comparecencia extraordinaria: “cábalas partidistas”. Así, dijo asumir responsabilidad como presidente del Gobierno y se mostró dispuesto a acudir al Congreso tantas veces como se lo soliciten, pero también lamentó que le fuercen a “volver a hablar de lo mismo”.

“Ante la ausencia de un elemento nuevo, la excusa es mi negativa a asumir responsabilidades políticas por haber declarado como testigo ante un tribunal”, consideró. Y dejó claro a la Cámara baja su postura: “Me niego a asumir responsabilidades políticas tal y como ustedes las demandan, porque el concepto de responsabilidad política que ustedes reclaman nada tiene que ver con la Constitución y sí mucho con sus urgencias políticas”, espetó.

No faltó la ironía habitual del presidente al criticar “el insólito desinterés” de la oposición por la “acción” de su “Ejecutivo”. “Debo pensar que lo hacemos tanto acierto que no ejercemos motivos para disfrutar de sus críticas”, bromeó tras incidir en que este pleno trataba sobre cuestiones que afectan no a la Moncloa, sino al PP y “de hace más de 20 años”.

Asimismo, tildó de “pintoresca” la “obsesión” del Congreso por “juzgar” a su formación política. “Sus alianzas les permiten sumar votos para ello, pero su suma de minorías no sirve para enmendar la plana a los españoles” que le avalaron en las urnas. “A la hora de valorar las responsabilidades, es mucho más ecuánime el juicio de los españoles que el de alguna de sus señorías”, zanjó.

 

(Con información de Prensa Latina y el Público)

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