El Real Madrid ganó sufriendo, a pesar del marcador final, ante un Alavés valiente que perdonó en la segunda parte el empate para acabar siendo goleado. Los últimos dos tantos en los seis minutos finales corrieron por Isco y Nacho que maquillaron un flojo partido de los de Zinedine Zidane. Los blancos siguen líderes aunque bajo sospecha de que simulan con resultados un juego que no convence.
Los blancos tacharon otra fecha del calendario a la espera de compromisos de más calado que exijan su mejor versión, algo que no ofreció contra el conjunto vitoriano. Su verdadera prueba de fuego llegará en seis días en el derbi madrileño contra el Atlético, tras visitar el próximo miércoles Leganés.
Se llevaron los tres puntos bajo ese runrún del Bernabéu cuando no está contento con el juego de su equipo, sobre todo en una segunda parte donde el Alavés le perdió el respeto y tuvo suficientes ocasiones para empatar. A seis minutos del final, el coliseo blanco respiró tranquilo con el gol de Isco que acababa con la resistencia del equipo de Mauricio Pellegrino, falto de instinto asesino.
El 3-0 final no refleja lo que sufrió el Real Madrid
Karim Benzema, el jugador más en forma de la BBC, abrió el camino del triunfo a la media hora de juego en una jugada no exenta de polémica al estar el francés en fuera de juego en el inicio de la combinación con Carvajal que acabaría en el primer tanto del Real Madrid.
El equipo blanco saldó sin alardes el envite que le planteó un Alavés que afrontó el choque en el Bernabéu sin complejos e intentando incomodar al equipo blanco desde el inicio con un centro del campo que desactivó a Isco y sobre todo a un Modric que no tuvo su día. El croata acabó siendo sustituido por Kovacic en la segunda parte al ser incapaz de manejar el ataque blanco.
Zidane recurrió a las rotaciones y sacó un once con una defensa en la que Varane y Pepe formaron en el eje de la defensa y Nacho y Danilo ocuparon los laterales. El planteamiento se le desmontó a los diez minutos cuando el central francés tuvo que retirarse lesionado y obligó al técnico a dar entrada a Carvajal en el campo.
La providencial entrada de Carvajal para deshacer el empate inicial
Echando mano del no hay mal que por bien no venga, la presencia del canterano sobre el césped acabó con uno de los problemas que estaba sufriendo el Real Madrid en el inicio del choque: la falta de enganche entre el centro del campo y la delantera.
El Alavés presionó bien a Isco y Modric en el centro del campo, desactivando la medular blanca y dejando los ataques blancos en manos de acciones individuales de un Cristiano Ronaldo que, una vez más, pensó más en su estadística personal que en el bien del equipo. Suyo fue el primer disparo entre los tres palos del Real Madrid cuando se cumplía el minuto 26.
Dos minutos antes, Kiko Casilla, que hizo que nadie en el Bernabeu se acordara de Keylor Navas, evitó que Feddal rematara de cabeza una falta lanzada por Ibai en la mejor ocasión de los alaveses en la primera parte. No fue la única ocasión en la que Ibai intentó sorprender al portero blanco, que tuvo bastante trabajo en los balones aéreos, sobre todo en el inicio de la segunda parte.
Gareth Bale tuvo la ocasión de sentenciar el partido cuando el primer tiempo llegaba a su fin en una contra iniciada por Cristiano Ronaldo en la que el galés remató fuera tras recibir de Danilo.
El error de Bale podría haber evitado todo el sufrimiento que pasó el Real Madrid en el inicio del segundo tiempo. Sin nada que perder, el Alavés se fue en busca del empate con descaro y tuvo tres buenas ocasiones para igualar el partido en el primer cuarto de hora de la reanudación. La más clara, un disparo de Edgar completamente libre de marca que salió desviado.
El partido era un ir y venir de un lado al otro del campo. El Real Madrid seguía sin controlar el centro del campo, lo que obligó a Zinedine Zidane a poner sobre el campo a un jugador de contención como Mateo Kovacic en lugar de un Luka Modric desdibujado que jugó uno de sus peores partidos con la camiseta blanca.
Modric jugó uno de sus peores encuentros como madridista
Con el partido sin nadie que lo domara, el Real Madrid fue un manojo de nervios ante el empuje de su rival, que lo intentó mientras vio opciones de conseguir tablas. El balón le quemaba en los pies a los blancos cuando lo tenían, incapaces de hacerse con la posesión para rebajar las revoluciones del juego de los vitorianos. El Bernabeu se impacientaba ante la desidia de su equipo.
No fue hasta que quedaban seis minutos cuando el Bernabeu respiró tranquilo. Isco acabó con la resistencia alavesa al culminar con un golazo un pase de Cristiano Ronaldo y Nacho redondeó el marcador tres minutos después al recoger el rechace del travesaño en un libre directo de Bale y batir a Pacheco.
Datos del Real Madrid – Alavés
Real Madrid: Casilla; Danilo, Varane (Carvajal, m.10), Pepe, Nacho; Kroos, Modric (Kovacic, m.68), Isco; Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema (Lucas Vázquez, m.81).
Alavés: Pacheco; Ely, Laguardia, Feddal, Theo; Manu García, Camarasa (Santos, m.83), Edgar (Katai, m.75), Toquero, Ibai (Romero, m.69) y Deyverson.
Goles: 1-0, m.31: Benzema. 2-0, m.85: Isco. 3-0, m.88: Nacho.
Árbitro: José María Sánchez Martínez (Comité Murciano). Amonestó a Ely y Manu García por el Alavés.
Incidencias: encuentro correspondiente a la 29a jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 76.875 espectadores. Se rindió homenaje a una leyenda del madridismo, Juanito, 25 años después de su fallecimiento.
(Con información de La Vanguardia)
Sin Messi el Barcelona gana fácil 1-4 al Granada
Un marcador amplio, fruto de un intenso trabajo, permitió al Barça mantener vivo el sueño de conquistar su tercera liga consecutiva. Su triunfo en Granada le permite seguir a dos puntos del Real Madrid con un partido más. Un resultado logrado sin mucha brillantez, pero gracias a la superioridad indiscutible sobre el césped. El Barça también sabe ganar sin Messi.
Granada fue la plaza elegida por Luis Enrique para recuperar su esquema clásico, el 4-3-3, muchas semanas después de revolucionar a su equipo con el 3-4-3. Quizás pensando en la eliminatoria ante la Juventus o quizás obligado por las ausencias, muchas y de mucho peso. El técnico optó por ajustar tácticamente a los suyos. Lo más destacable fue el regreso de Rafinha al interior y la sorprendente presencia de André Gomes como extremo derecho.
Rafinha se lesionó al cuarto de hora y dejó su lugar a Alcácer
Pero la lesión del hispanobrasileño, su ojito derecho, al cuarto de hora del partido obligó al técnico a darle una vuelta a su once, situando a Gomes en el interior y desplazando a Alcácer a la derecha, en otra de las novedades de la noche nazarí. Cumplió el valenciano en una posición tan nueva para él, asociándose bien y ocupando la banda.
La primera parte fue un auténtico duelo al sol entre Luis Suárez y Ochoa. Cual vaqueros, en plena calle, mirándose a los ojos y con las manos en las cartucheras. Precioso el cruce de disparos. El portero comenzó fuerte, avanzando con paso fuerte en este particular duelo, desbaratando una y otra vez los disparos del uruguayo, que se desesperaba y empezaba a sangrar.
El duelo entre Suárez y Ochoa
No lucía demasiado el Barça, pero llegaba mucho y con peligro al área del Granada con una salida de balón más fluida de lo esperado con Mascherano y Mathieu como iniciadores. Con Messi y Piqué descansando en Barcelona, Luis Enrique optó por dar también descanso de inicio a Iniesta, así que la circulación del balón fuera más que correcta tuvo su mérito. Claro que con un Busquets a un nivel excelso siempre es más fácil.
El duelo entre Ochoa y Suárez continuaba, ayudado el mexicano por Jaime Latre, que decidió no señalar penalti tras un placaje de Lombán a Suárez que se hubiera colado en el top ten de la Superbowl. El criterio a la hora de amonestar del colegiado también distó mucho de lo ideal, nefasta la labor del aragonés. Pero nadie como Luis Suárez para rebelarse contra las injusticias. El uruguayo, con apenas una bala en el tambor, fue capaz de acertar el blanco cuando Latre ya se disponía a señalar el descanso. Un pase genial de Jordi Alba lo transformó Suárez en gol con una vaselina. La superioridad del Barça se traducía justamente en el marcador.
Al que no le gustaba nada lo que estaba viendo era a Lucas Alcaraz, agobiado por la situación de su equipo en la clasificación, que no estaba en condiciones de regalar punto alguno. Ni siquiera contra el Barça. El técnico intentó a agitar a su equipo con la entrada de Boga antes del inicio del segundo tiempo y a fe que lo consiguió.
El francés tardó cinco minutos en reivindicarse. Recibió un pase preciso de Pereira en profundidad, se plantó solo ante Ter Stegen y empató el choque con la ayuda del poste derecho. El portero del Barça no había tocado el balón hasta ese momento y seguía sin hacerlo. Una ocasión fue suficiente para que el Granada empatara, un mal que sigue persiguiendo al conjunto azulgrana.
Boga revolucionó al Granada en cinco minutos
En ese momento, la palabra ambición desapareció del diccionario nazarí. El Granada dio un paso atrás y se dejó encerrar por un Barça igual de necesitado de puntos que su rival tras el triunfo del Madrid. El equipo azulgrana volvía a pisar el área de Ochoa con asiduidad, aunque con menos clarividencia que en el primer tiempo.
Neymar, señalado como líder del equipo en ausencia de Messi, méritos ha hecho más que de sobras para ponerse la corona, percutía por la esquina izquierda sin descanso, pero la finalización seguía dándole la espalda. Con todos los focos apuntando al brasileño, nadie percibió la irrupción del elemento sorpresa de la noche.
En pleno acoso azulgrana, Suárez, habitual receptor, se disfrazó de asistente, y puso un pase alto en profundidad que recogió un menudo jugador vestido del Barça. No era otro que Paco Alcácer, infalible ante Ochoa como en sus mejores tiempos. El delantero valenciano devolvía la confianza de Luis Enrique como mejor sabe, marcando un gol que no tenía precio. El abrazo entre el técnico y Unzué así lo certificó.
El tramo final del choque daba margen para que el Granada soñara con una nueva gesta. Al Barça le tocaba asumir el mando, alargar las posesiones y evitar riesgos. Un mensaje que no pareció entender Mathieu, el único azulgrana que dio trabajo a Ter Stegen. Pero la expulsión de Uche y el casi inmediato tanto de Rakitic sentenció el partido. Neymar acabó rubricando la goleada tras un buen pase de Alcácer, el hombre del partido.
El Barça tiñó La Alhambra de azulgrana por una noche con un triunfo que le permite seguir soñando con culminar la casi eterna persecución del líder.
Datos del Barcelona – Granada
Granada CF: Ochoa; Foulquier, Saunier, Lombán, Gastón Silva (Isaac Cuenca, m.77), Héctor; Uche, Angban (Boga, m.46), Wakaso; Andreas Pereira y Kravets (Adrián Ramos, m.55).
FC Barcelona: Ter Stegen; Sergi Roberto, Mascherano, Mathieu, Jordi Alba; Sergio Busquets, Rakitic (Aleñá, 86’), Rafinha (Paco Alcácer, m.17); Andre Gomes (Iniesta, m.67), Neymar y Luis Suárez.
Goles: 0-1, m.44: Luis Suárez. 1-1, m.50: Boga. 1-2, m.63: Paco Alcácer. 1-3, m.83: Rakitic.
Árbitro: Santiago Latre (C. Aragonés). Expulsó al segundo entrenador del Granada, Jesús Cañadas (m.69) y por doble amarilla al local Uche (m.82). Mostró cartulina amarilla al local Lombán, y a los visitantes Sergi Roberto, Jordi Alba y Rakitic.
Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo novena jornada de la Liga Santander disputado en el Estadio Nuevo Los Cármenes ante unos 19.000 espectadores. Antes del partido se guardó un minuto de silencio por el reciente fallecimiento del socio y accionista del Granada José Jorge Arboleda.
(Con información de La Vanguardia)