Real Madrid y Barcelona quedaron solos hoy en la propuesta Superliga europea de fútbol una vez que Atlético de Madrid y los tres clubes italianos confirmaron su renuncia a la polémica competición.
Apenas 48 horas duró un proyecto que, desde su mismo anuncio, despertó el creciente rechazo de la comunidad internacional, unida a través de aficionados, equipos, federaciones e incluso gobiernos de los países implicados.
Los primeros elencos en saltar del barco fueron los seis clubes ingleses -Liverpool, Totenham, Chelsea, Arsenal, Manchester City y Manchester United-, que renunciaron de manera conjunta este martes, en un movimiento celebrado hasta por el primer ministro británico, Boris Johnson.
Posteriormente, cada una de las tres entidades italianas -Inter, Milán y Juventus- abandonaron la frustrada iniciativa, seguidos por el conjunto rojiblanco de la capital española, según el anuncio que realizó la institución temprano este miércoles.
‘El Atlético de Madrid tomó la decisión el pasado lunes de sumarse a este proyecto atendiendo a unas circunstancias que a día de hoy ya no se dan’, reza el comunicado del actual líder de la Liga española.
Con la salida de los ‘colchoneros’, solo quedan dentro del proyecto dos peces pesados del fútbol mundial, Real Madrid y Barcelona, pero desde posiciones diferentes.
El cuadro blanco a todas luces será el último en salirse de la Superliga, toda vez que su presidente, Florentino Pérez, es también el gestor y principal defensor de la iniciativa.
El club azulgrana, en tanto, se mostró abierto a todos los escenarios, aunque su nuevo ejecutivo, Joan Laporta, aún no se pronuncia al respecto.
‘De momento estamos en la Superliga, ahora vendrán días de conversaciones y seguramente negociaciones de todas las partes’, expresaron fuentes del equipo.
Con esta realidad, es solo cuestión de horas que oficialmente muera una competición que vino a remover los cimientos de la élite del fútbol mundial, pero a la vez estimuló acciones de unidad y solidaridad en todo el planeta en favor de los menos favorecidos.
Si bien aún es pronto para realizar un análisis profundo de las consecuencias de los sucesos de los últimos dos días, se puede dilucidar que la frustrada Superliga constituyó un llamado de atención para los organismos que conducen los destinos del más universal de los deportes.