El ministro de relaciones exteriores de Alemania, Heiko Maas, calificó las amenazas de sanciones del gobierno de Donald Trump contra el gasoducto Nord Stream 2, como una falta de respeto a la soberanía de la Unión Europea (UE).
Maas consideró además que la administración estadounidense irrespeta el derecho de la UE a decidir de manera independiente dónde y cómo recibir la energía.
“La política energética europea se hace en Europa y no en Washington. Rechazamos las sanciones extraterritoriales», remarcó Maas, en una declaración divulgada por el Ministerio de Exteriores alemán.
Maas confirmó que el Gobierno de Angela Mekel realizó en las últimas semanas numerosas negociaciones con las autoridades de Estados Unidos ante el aparente endurecimiento de la ley de la nación norteña en materia de protección de la seguridad energética.
Según el jefe de la diplomacia alemana, Berlín dejó claro a Washington lo inapropiado de que en un entorno de socios como los son ambos lados del Atlántico, unos utilicen sanciones contra los otros.
El jefe de la Asociación Empresarial Alemana para el Este, Oliver Hermes, también valoró las amenazas estadounidenses de imponer sanciones a compañías europeas asociadas a la construcción del gasoducto ruso Nord Stream 2, como una injerencia sin precedentes en la soberanía energética de la UE.
Para Hermes, esa interferencia muestra el increíblemente bajo nivel de las relaciones entre Estados Unidos y la UE, pues de repente y sin consultas con sus aliados, la administración de Trump pone en riesgo de restricciones a unas 120 empresas de 12 países europeos.
Hermes alertó que peligran inversiones por 12 mil millones de dólares, además de que los consumidores de la Unión Europea deberán estar preparados para pagar hasta cuatro mil millones de euros adicionales al año, por un déficit de suministro, en caso de que el bloque renuncie al gasoducto ruso Nord Stream 2.
El jefe de la asociación empresarial que representa los intereses de las compañías alemanas en Europa del Este y el espacio postsoviético, acusó a Estados Unidos de atentar contra la libre y honesta competencia, y de usar las sanciones sin limitaciones, para hacer valer sus intereses económicos.
Hermes comentó que la UE no puede hacer otra cosa que reaccionar con cautela a ese intento de extorsión, y reclamó a la dirigencia del bloque rechazar todos los ataques a su soberanía desde fuera y presentar rápidamente un paquete de medidas severas.
El dirigente empresarial alemán remarcó que Europa necesita un escudo eficaz para proteger a las compañías afectadas por las sanciones estadounidenses, recordó que las sanciones de la UE contra Rusia hicieron que el comercio entre Moscú y Berlín pierda cada año casi 20 mil millones de dólares, y estimó que las nuevas restricciones son absolutamente inaceptables.
Ayer, el secretario de Estado, Mike Pompeo, anunció que Estados Unidos planea extender las represalias contra la construcción del gasoducto Nord Stream 2, en virtud de la Ley para Contrarrestar a los Adversarios a través de sanciones.
Pompeo afirmó que es una advertencia para que las empresas europeas implicadas salgan ya de estos proyectos o enfrenten las consecuencias, pues supuestamente el Nord Stream 2 no es un emprendimiento comercial, sino una herramienta con la que Moscú procura explotar y expandir la dependencia del Viejo Continente del suministro de hidrocarburos rusos.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, denunció hoy que Washington continúa con la burda política de restricciones y sanciones de toda clase, en un intento de forzar a los europeos a que compren el gas estadounidense, más caro, sobre unas condiciones menos ventajosas.
Impulsado por una alianza de empresas de Rusia, Alemania, Austria, Francia y los Países Bajos, el Nord Stream 2, conectará los territorios ruso y alemán por el fondo del mar Báltico.
Se trata de infraestructura concebida para diversificar las rutas del suministro del gas ruso a Europa y elevar la seguridad energética, al constar de dos ramales para transportar hasta 55 mil millones de metros cúbicos del llamado oro azul.
La construcción fue suspendida en diciembre de 2019 después de que Washington amenazara con sanciones a la empresa suiza Allseas, que realizaba las obras.
De los mil 230 kilómetros del Nord Stream 2, faltan por construir actualmente menos de 160 kilómetros.