Manzanillo. Diciembre 21.- La música hace hoy la reverencia en esta porción del oriente cubano, la Súper Charanga de Cuba está de fiesta por los 58 años que pulsan el sueño de vivir con la pasión de hacer vibrar de emociones al bailador y embellecer el panorama sonoro de una isla musical por excelencia.
Decir Original de Manzanillo es desencadenar el ritmo emergido de la más pura tradición, despertar las sensaciones guardadas entre cuerdas, vientos y percusión que, en armonía, fundan un símbolo cultural insigne de esta tierra.
Sus canciones provocan bailar con cubanía, a un compás que concede al son dimensiones únicas y se agencia para sí el sabor que le hace tan popular como cubana.
De Traviesos y Típicos quedan los recuerdos en una historia de más de medio siglo que guarda legados imborrables, nombres que de sólo pensarlos hacen fluir la riqueza y profesionalidad de esta genuina orquesta de pueblo en cuya sonoridad el son crece.
Oírle es recorrido único por un mundo de cadencias que advierten la sagacidad del compositor y el identitario apego a aquello que salva y defiende lo autóctono, la efervescente fibra del músico que a sabiendas de un mundo a su alrededor apuesta por el suyo, el propio, el que le vió nacer y echar raíces que atan más que lazos de sangre, raíces de una vocación manzanillera por convicción.
De la Original de Manzanillo el Maestro de Juventudes, el Premio Nacional de Música Wilfredo Pachy Naranjo, el guía legendario que invoca lo profundo para seguir dando la orden con su inigualable destreza al piano.
Identidad es ella y su música toda, conquista para el bailador, su pueblo y una cultura que se prestigia con sus 58 años de tocar y sonar a la hora que le llamen, porque ella es el son.