La Cancillería de Rusia transmitió a los embajadores de Alemania, Dinamarca y Suecia su consternación por que se haya excluido a Moscú de la investigación del sabotaje sufrido por los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2 a finales de septiembre, y advirtió que no reconocerá los resultados en esas condiciones.
Según un comunicado publicado este jueves, los jefes de las misiones diplomáticas de estos países fueron convocados Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, donde se les trasladó la perplejidad de Moscú ante “la falta de respuesta oficial al llamamiento” hecho el 5 de octubre por el primer ministro, Mijaíl Mishustin.
El jefe del Gobierno ruso solicitó a los líderes europeos que representantes de los departamentos competentes de Rusia y de la empresa Gazprom participen en la investigación llevada a cabo por Berlín, Copenhague y Estocolmo.
Al mismo tiempo, Moscú señaló que ahora “está saliendo a la luz información sobre la implicación de otros países, incluido Estados Unidos, en la indagación”.
“En el caso de que se niegue a los expertos rusos el acceso a las investigaciones en curso, Moscú asumirá que los países en cuestión tienen algo que ocultar o que están encubriendo a los autores de estos actos terroristas”, señaló la Cancillería.
“Por supuesto, Rusia no reconocerá los pseudoresultados de una investigación de este tipo si no participan expertos rusos”, añadió.
La primera ministra de Suecia, Magdalena Andersson, afirmó el lunes que su país no compartirá con las autoridades rusas ni con la empresa estatal Gazprom los resultados de su investigación sobre lo ocurrido en los gasoductos Nord Stream.
“En Suecia, nuestras investigaciones preliminares son confidenciales, y eso, por supuesto, también se aplica en este caso”, declaró.
La investigación de la escena del crimen por parte de Suecia encontró evidencias de detonaciones, y los fiscales sospechan que se trató de un sabotaje. Moscú solicitó al Gobierno sueco participar en la investigación, pero Estocolmo rechazó la propuesta.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, afirmó que los hechos ocurrieron en una zona controlada por los servicios secretos de EE.UU.
Por su parte, la Inteligencia de Rusia aseguró que dispone de materiales que indican una huella occidental en la organización y ejecución de las explosiones.