
Manzanillo. Junio 12.- El primer trasplante de riñón sin la aplicación de diálisis, con donante vivo, se desarrolló en días anteriores a un paciente procedente de los servicios del hospital provincial clínico quirúrgico docente Celia Sánchez Manduley de esta costera localidad.
Este centro hospitalario no realiza este tipo de cirugías pero sí prepara a los posibles trasplantados, localiza sus donantes y desarrolla todos los exámenes pertinentes antes del procedimiento quirúrgico; compatibilidad, grado de consanguineidad y otros para disminuir las posibilidades de rechazo inmunológico.
Alfredo Pérez Rodríguez de 28 años de edad, residente en el vecino municipio de Yara, ingresó a los servicios de este centro asistencial por mucho decaimiento, al realizarle los estudios oportunos los médicos se dan cuenta que sus niveles de creatinina estaban extremadamente elevados.
Por esta razón lo remiten al servicio de nefrología y es allí donde le diagnostican una insuficiencia renal casi en grado 4, por lo que debía ser atendido en el servicio de urgencia.
Dado la premura del caso los especialistas hablan con la familia para buscar un posible donante entre ellos y es donde su papá Pedro Pérez Arias de 53 años decide ser el donador para salvar a su hijo.

La doctora Tania Estrada Salcedo, especialista de primer grado en nefrología del mencionado centro explica que “el riesgo de rechazo ante este tipo de situación es menor porque el paciente no ha sido sometido a tratamientos con diálisis, lo que asegura la pureza de la sangre al no tener contacto con los medicamentos y otros derivados antes de la cirugía”.
“El riesgo de rechazo inmunológico es mínimo, primero porque el riñón se extrae y en minutos ya está siendo implantado en el receptor y la recuperación también es más rápida debido a la respuesta del organismo”, apuntó la especialista.
A los pacientes no pudimos verlos, porque se encontraban aun en la ciudad de Holguín, donde se realizó el trasplante, pero contactamos vía telefónica con ellos, y el padre nos confesó que “era mi obligación darle un pedazo de mí a mi hijo para que pudiera seguir viviendo sin problema, los médicos me explicaron que con un riñón yo podía hacer una vida normal y libre de complicaciones.”
Por su parte el beneficiado dijo que “es un gusto tener una parte de mi padre dentro de mí”, así confesó con voz emocionada y lleno de la alegría de poder contar con un segmento de la vida de su progenitor y agradecido del personal que al decir de él le devolvió la esperanza y los deseos de vivir.