Profeta en su tierra y mucho, muchísimo más allá, porque es excepcional periodista de la cabeza a los pies, y del lado izquierdo del pecho, sitio donde resguarda las más extraordinarias cualidades que lo hacen un ser humano irrepetible, extremadamente querido por familiares, colegas y amigos.
Cada uno de sus despachos noticiosos lleva la fuerza de lo objetivo e inmediato, para complacer las exigencias informativas en el barrio o la comunidad; en el llano o en la loma. De altos quilates son sus improvisaciones sobre cualquier temática y creo que la natural espontaneidad para contar merece estudiarse en las facultades de periodismo de Cuba.
Dueño de una memoria de prodigio, no lo “cuquee” porque es capaz de “pegarse” hablar con soltura de cualquier temática con el más avezado de los expertos y salir airoso porque es una enciclopedia andante.Martiano eterno y un fidelista permanente, para este hombre el día debía tener más de 24 horas: “Robertico porque el tiempo no alcanza para “buscar” y “disparar” primero y bien por radio.”
Cultiva la perspicacia, elocuencia y el amor por este medio de prensa en una entrañable y tierna relación que ya sobrepasa los 40 años y “aun quedan fuerzas para seguir.”
El desempeño profesional no admite discusiones para calificar el calibre de su obra en un año: sencillamente es siempre de excelencia, porque a sus más de seis décadas, conjuga unos deseos e ímpetu de salir delante de manera envidiable para los más bisoños.
Es un niño grande porque la nobleza e ingenuidad cubren el corazón de bondad y sabiduría que ha compartido conmigo desde que traspasé el umbral de la emisora Radio Granma. En mi crecimiento profesional muchísimo tiene que ver El Hombre Noticia.
En el Día Mundial de la Radio, ¿acaso pensaste que olvidaría tu grandioso desempeño? No señor: a los inmensos se respetan y veneran: El Hombre Noticia es mi padre, profesor, colega y amigo.
Punto final: lo dijeron en la radio y con el sello de: Pedro Enrique Vera Portales.
