Solidaridad con rostro de mujer

Desde la Federación de Mujeres Cubanas esta manzanillera ha sido protagonista de la solidaridad en virtud de los más vulnerables // Foto Cortesía de la entrevistada

«La solidaridad con las personas que me rodean y estar presente en cada tarea de la Revolución son mi máxima, que me llevan a estar en el lugar donde se me necesite», comenta al otro lado del teléfono esta mujer que tiene en sí la vitalidad y energía de un alma joven.

Como si no bastaran los 38 años de trabajo como dirigente de base de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en la ciudad de Manzanillo, el más de año y medio de pandemia ha gestado su vínculo con quienes más necesiten de su apoyo.

A aquella primera cita de Xiomara González Beritán con la faena organizativa de la cola en el punto de venta El Viajero le sucedieron las charlas de orientación, los mensajes de aliento y cuidado de la salud ante la peligrosidad del virus, la atención a los más vulnerables del barrio.

«Hemos hecho de todo, no tenemos límites si se trata de ayudar y más a los ancianos, a los que se visitan a diario y a quienes siento como familia; y se ha conquistado su afecto y su apego incondicional a la obra porque en medio de este proceso no se sienten solos y muchos como Elda Brisuela, de 87 años, y Matilde Pérez, de 83, afirman que estarán integradas a la FMC hasta la muerte».

El principio de “si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano”, de Martin Luther King, habita en esta ama de casa del reparto Caymari con 54 años.

«Ayudar a los demás nos engrandece y si les salva, pues también nis salva» asegura Xiomara González Beritán// Foto Cortesía de la entrevistada

«Este tiempo ha sido de valía y enseñanza, al ver cómo estamos viviendo y precisamos de mucha humanidad; la unión es lo que más necesitamos, que nos unamos y comprendamos más, que seamos como hermanos aunque mantengamos distancia.

«Así cada vez que doy el paso al frente me siento más y más revolucionaria, en esta guerra sin armas contra una pandemia en la que depende de cada uno salvar a todos.

«La experiencia nos fortalece y convida a seguir haciendo por el bien común, y aunque me siento satisfecha estoy segura que nos falta todavía por hacer, porque esta Revolución está en nuestras manos y las mujeres le sostendremos con sacrificio y amor».

Xiomara, secretaria del bloque 93 de la organizacion en esta ciudad costera oriental, es una luz de esperanza que como Abdala sana desde dentro para luego expandirse al mundo.

En su condicion de mujer acentúa tener «el privilegio de ser protagonista en todas las tareas, porque sin ella, sin nosotras, no existe nada, somos el sostén del país, y es cierto que implica sacrificio y exponerse al peligro pero nosotras no tenemos miedo, el altruismo es como una vocación.

«Donde haya una mujer, federada, manzanillera, granmense, cubana, en cualquier parte dando su mano amiga y su cariño sanador, palpita el alma fuerte y solidaria de nuestra Revolución, porque, como alguien dijo, nosotros tenemos que ser el cambio que queremos ver en el mundo”.