A 151 años de la gesta heroica protagonizada Carlos Manuel de Céspedes en el Ingenio Demajagua, cuando el Padre de la Patria le dió la libertad a sus esclavos y los llamó al combate, los cubanos de hoy llevamos adelante ese legado patriótico y ratificamos que no defraudaremos las conquistas alcanzadas a partir de ese grito de independencia.
Muchas han sido las batallas que junto a nuestros líderes hemos librado en las diferentes trincheras de combate y jamás la retirada o rendición ha estado en la mente de la mayoría de los cubanos, fieles soldados de la revolución y con el compromiso de que, si el enemigo osara agredirnos nos levantaríamos en pie de lucha para defender este pedazo de tierra.
A los cubanos cada vez que llega la fecha del diez de octubre nos parece escuchar el repiquetear de la campana en ese Altar sagrado de la patria cuando el patriota Bayamés, la utilizó en mensaje de rebeldía para llamar a sus esclavos al combate en defensa de Cuba y contra del colonialismo español.
El 10 de Octubre del año 1868 no fue un día cualquiera para los hombres de ese entonces que en la finca Demajagua, en Manzanillo, estaban prestos a iniciar su jornada laboral y aportar al desarrollo de la contienda cañera, los sorprende el amanecer ajenos al importante suceso que estaba a punto de acontecer.
El hecho histórico dejó para nosotros los cubanos de hoy enseñanzas muy positivas que enaltecen el actuar y disposición de Carlos Manuel de Céspedes, no en vano nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, expresó en varias oportunidades de que, ¨en Cuba solo ha habido una Revolución: la que comenzó Carlos Manuel de Céspedes el 10 de Octubre de 1868, y que nuestro pueblo lleva en estos instantes».
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