Sumar ofertas y restar costos con una producción local

 La mejor estrategia ha sido apostar por la elaboración de una base alimentaria que no dependa de importaciones o de la disponibilidad de otros piensos que en el país se destinan a la producción avícola. // Foto: Mailenys Oliva Ferrales
La mejor estrategia ha sido apostar por la elaboración de una base alimentaria que no dependa de importaciones o de la disponibilidad de otros piensos que en el país se destinan a la producción avícola. // Foto: Mailenys Oliva Ferrales

Bayamo, Granma.–Que productos tan demandados por la población como el huevo y la carne de aves lleguen a la tarima con precios asequibles es el principal empeño de un proyecto de desarrollo local que, basado en la producción avícola, lidera con pasión desbordada, desde el año 2021, el campesino Luis Cabrera Carrazana.

Desde su finca Los Hermanos, enclavada en la comunidad rural El Almirante, de Bayamo, municipio cabecera de la oriental provincia de Granma, este asociado a la cooperativa de créditos y servicios Romárico Cordero asegura que el proyecto surgió con el propósito de dar respuesta a un encargo social vinculado con la producción local de alimentos, bajo la premisa de que su rentabilidad no puede basarse en la oferta de productos encarecidos.

«Eso no es ninguna hazaña, solo pretendemos que en la tarima exista un reflejo de ese llamado de país a producir pensando en el pueblo», afirma Luis, con la sensibilidad de un productor que no trabaja para perder, pero que tampoco pretende multiplicar sus ingresos a costa de precios abusivos.

La máxima aspiración es poder seguir incrementando el potencial productivo de la finca Los Hermanos. Foto: Mailenys Oliva Ferrales

SOSTENIBILIDAD Y EFICIENCIA PARA CRECER

Tras su aprobación por el Consejo de la Administración del Poder Popular de Bayamo, en 2021, el proyecto que defiende el productor Luis Cabrera Carrazana –aun cuando se encuentra en su etapa inicial– ha ido creciendo de forma sostenida hasta concretar, desde inicios de este año, y mediante la Empresa Avícola de Granma, las primeras ventas de huevos criollos a escala local, con un precio de 15 pesos la unidad.

«En estos momentos en nuestra pequeña finca, de apenas unas diez hectáreas, contamos con 2 500 aves en piso, de las cuales tenemos destinadas a la producción de huevos unas 500, y el resto se dedica a la ceba y reemplazo», apunta Cabrera Carrazana.

Eso nos permite, agrega, que semanalmente podamos vender con destino a la población entre 800 y 900 huevos; una producción que aunque está lejos de nuestras aspiraciones, ya marca la ruta productiva del proyecto, cuya primera etapa de implementación se extenderá hasta el próximo año 2024.

También en aras de hacer sostenible y rentable un proyecto en el que el alimento animal es indispensable, Luis Cabrera asegura que su mejor estrategia ha sido apostar por la elaboración de una base alimentaria que no dependa de importaciones o de la disponibilidad de otros piensos que en el país se destinan a la producción avícola.

«El alimento animal se produce en esta propia finca, a partir de la contratación que hemos realizado con productores y entidades del territorio que nos suministran varias materias primas como, por ejemplo, la caña que no se emplea en la industria y los desperdicios de la pesca, los cuales procesamos junto al cangre de la yuca, la moringa y las plantas proteicas, hasta obtener un sustento criollo que cubra todos los nutrientes que los animales necesitan», refiere el avezado campesino.

No obstante, Luis Cabrera reconoce que, gracias al estrecho vínculo que el proyecto mantiene con la Empresa Avícola de la provincia, al realizar la compra de los pies de cría también recibe en su finca una entrada del alimento convencional.

«Ahora estamos montando una pequeña fábrica de pienso criollo que en los próximos meses nos debe permitir obtener alrededor de unas cinco toneladas diarias de alimento animal, con lo que disminuiríamos más los costos de producción y reduciríamos la compra de alimento convencional», subraya Cabrera Carrazana.

Asimismo, refiere el productor, otra de las potencialidades con las que cuenta el proyecto en la finca Los Hermanos es la existencia de una nave calentadora dirigida a fomentar el reemplazo de los animales, con el asesoramiento de la Empresa Avícola.

Solo en lo que va de año, explica Luis Cabrera, han pasado por la nave de calentamiento más de 300 pollitos de un día de nacidos, que luego se distribuyen hacia los diferentes tipos de naves: reproducción, ceba y reemplazo del pollo campero.

«En la medida en que el proyecto siga generando ingresos y creciendo, estaremos en condiciones de comprarle a la Empresa Avícola más pollitos de un día de nacido, y cada 15 días darle el proceso de calentamiento, hasta completar la capacidad de los 6 000 pollitos que admite esa nave.

«Es decir, que mensualmente podemos darles ese tratamiento a entre 12 000 y 15 000 aves que se destinarán a otros productores y bases productivas, pero eso dependerá de la cantidad de alimento animal que también seamos capaces de producir», advierte el líder del proyecto.

De esta manera, añade, lograríamos que, paulatinamente, el proyecto fuera sostenible desde el punto de vista productivo y económico, con la producción de huevo y de carne con destino a la población del municipio de Bayamo, a la comunidad rural de El Almirante, y a entidades y bases productivas del territorio.

También, paralelamente, Luis Cabrera –quien dedicó más de una década a la porcicultura– emplea una nave en la reproducción de cerdos, con el objetivo de completar allí, este año, unas 30 reproductoras.

«Hay que aprovechar todas las potencialidades que tiene la finca sin perder de vista que nuestro principal renglón es la producción avícola», remarca.

ANHELOS, DESAFÍOS Y PERSPECTIVAS FUTURAS

A Luis Cabrera Carrazana le brillan los ojos cuando habla del proyecto, o cuando saca, a punta de lápiz, las cuentas que equilibran sus ingresos con los precios justos.

Por ello, dice, su máxima aspiración es poder seguir incrementando el potencial productivo de la finca Los Hermanos, para así lograr sostener la presencia de huevos criollos y de carne de aves en las ferias agropecuarias del municipio de Bayamo.

Sin embargo, aun cuando su proyecto ha contado con el financiamiento que desde el Gobierno respalda a este tipo de emprendimiento económico, el entusiasta campesino ha tenido que lidiar con algunos contratiempos y no pocas limitaciones para adquirir recursos y medios que son necesarios en la producción avícola.

«Por ejemplo, para fortalecer el proyecto con tecnología u otros implementos como bebederos y comederos, que elevan la productividad, aunque contemos con el financiamiento, hoy no existe una vía expedita para realizar importaciones, por lo que requeríamos de una tercera entidad para hacerlo», comenta el productor.

«Este año también quisiéramos poder comprar el techo para una tercera nave, con la que completaríamos las 5 000 gallinas de la primera etapa del proyecto, y con ello lograr llevar a cabo el reemplazo del pollo campero el próximo 2024, y concretar la comercialización de carne con destino a la población», expone.

En tal sentido, para que el proyecto sea sostenible, argumenta Cabrera Carrazana, una parte de la producción tendrá un destino comercial con entidades estatales, mercados y empresas, pero más del 70 % se destinará a la venta en ferias y otros puntos, bajo el precio de conformar precios asequibles para el pueblo.

«Sabemos que nosotros como proyecto no vamos a definir la transformación económica del municipio de Bayamo, pero el objetivo es que otros productores se enamoren y se involucren para crecer, porque el proyecto no solo incluye a la finca Los Hermanos, sino también a otros asociados (en alimento y producción avícola) hasta alcanzar la cifra de 12 000 aves», subraya.

Además, dice, nos queda mucho por hacer, porque el proyecto tiene una mirada social, pues a pesar de haber realizado donaciones a instituciones de Salud, también pretendemos ayudar a personas vulnerables y de la tercera edad, e incluso queremos crear una casita infantil para madres trabajadoras de la comunidad.

Tal propósito incluye varias etapas que se llevarán a cabo en los primeros cinco años, un periodo en el que, según enfatiza Luis Cabrera, no se puede renunciar a enfrentar la inflación con producciones locales que permitan sumar ofertas y restar costos.

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