A cinco años de la desaparición física del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, late en los corazones de jóvenes, estudiantes, trabajadores y de todo un pueblo que está estrechamente ligado a sus ideas y accionar.
En una jornada que torna gris por las inclemencias del tiempo y de las almas que lamentan el deceso insospechado de un líder que trabajó para hacer de Cuba un país soberano, culto y de igualdad plena, el pueblo de Bayamo se reunió en esta mañana en la primera Plaza de la Revolución para rendir merecido homenaje al Comandante.
En ceremonia de las banderas donde se izaron solemnemente los estandartes de Céspedes y la cubana, fueron evocadas las ideas y pensamiento de un gigante que posicionó en el mundo a nuestra pequeña isla como potencia deportiva y médica.
Ante las figuras de bronce que perpetúan las imágenes de Carlos Manuel de Céspedes y Perucho Figueredo, se depositaron sendas ofrendas adornadas con flores blancas y rojas en representación de la paz, pureza, fuerza y unidad del pueblo cubano. Al acto de respeto y tributo, se unieron líderes políticos y gubernamentales de la provincia y Bayamo con la entrega de la flor del compromiso y la lealtad a los padres fundadores de la patria.
En la ceremonia dedicada al gigante que nunca muere, el historiador y escritor Aldo Daniel Naranjo Tamayo, dialogó sobre el estrecho vínculo de Fidel con Granma y los bayameses, ponderó su indiscutible liderazgo, excepcional inteligencia, visión, astucia política, humanismo y entrega desmedida a su país.
Hoy a cinco años del paso de Fidel a la inmortalidad, los agradecidos se comprometen y trabajan en pos de salvaguardar las conquistas de la Revolución, luchan para mantener soberana la patria, llevar al mundo esperanza y bienestar, perpetuar con acciones el legado del eterno Comandante, del Fidel de pueblo, de las victorias y las ideas.