Un Código de justicia, humanismo y amor

En Manzanillo continúa el proceso de consulta popular del nuevo Código de las familias, como parte del ejercicio democrático en el que el pueblo construye con sus criterios la norma jurídica que velará por las garantías de justicia para todo el entramado social y familiar de la Cuba presente y futura.

El Máster en Ciencias de Derecho Civil y Familia, juez profesional Ulises Díaz Castro valora que este «es un Código muy novedoso, moderno, multidisciplinario, que hace hincapié en todos los miembros de la familia».

¿Cuál es la urgencia de establecer una nueva norma legal en relación a la familia?

«El Código de las familias vigente ya data de 1975, ya requería de una transformación porque la realidad social en Cuba a cambiado mucho y la ley tiene que parecerse a la realidad, a los cambios sociales; deben ir una al lado de la otra porque si no, no regula lo que acontece.

«Por eso esta propuesta se ajusta mucho a la familia cubana actual, que ya no es la tradicional, hay muchos tipos de ellas y por eso la nueva ley es plural como lo es la familia cubana».

¿Cuáles son las novedades de ese Código en debate?

«Entre las tantas novedades del proyecto citemos que desaparece la llamada patria potestad como concepto antiguo, y hoy se incluye la responsabilidad parental porque la responsabilidad a veces recae no sólo en los padres sino en otros miembros afines; esta es mucho más amplia que la Patria potestad y recoge deberes y derechos de los padres con los hijos, y de quién cumpla la función del cuidado del menor.

«También los abuelos, se reconoce su relación con los nietos y el derecho de comunicarse con ellos; teniendo en cuenta el envejecimiento poblacional del país se distingue la autonomía del adulto mayor.

«Se establece la figura del cuidador que es muy importante para las atenciones a ancianos y discapacitados, porque a través de un contrato se legitima su trabajo, y la posibilidad de beneficios como los bienes de quienes dispongan de ese régimen.

«También condena la violencia intrafamiliar e intradomiciliar, lo que eleva su grado de justeza como garantía de seguridad y protección de cada persona».

El Máster en Ciencias jurídicas Ulises Díaz Castro es juez manzanillero del Tribunal municipal, con más de 35 años de ejercicio // Foto Denia Fleitas Rosales (Imagen de Archivo)

¿En ello radica el carácter revolucionario de esta disposición jurídica?

«Este Código es revolucionario ciertamente, porque está en consonancia con el tiempo que vivimos y la realidad social del país en este momento. Y por ello se lleva a consulta popular para que el pueblo conozca a fondo la legislación y aporte todo lo que le pueda enriquecer, al agregar o suprimir elementos, y que resalta que es una ley del pueblo y para él, para fortalecer la familia cubana como célula fundamental de la sociedad.

«Además, a los operadores del derecho que debemos aplicar las leyes no sólo facilita el trabajo, sino que ofrece alternativas con la inclusión de soluciones para que los conflictos se solucionen con la mejor administración de justicia».

«El sistema de justicia es único en Cuba, ya tenemos experiencias positivas como las Salas y Tribunales de Familia que tienen un trecho de trabajo amplio que ha permitido velar por el bien general junto a equipos multidisciplinarios, donde confluyen la psicología, sociología, pediatría, demografía, en combinación con el derecho para darle mayor amplitud y estudio a esta materia familiar».

Al referirse al valor que este profesional del derecho concede a la letra del Código de las familias, insiste en que «como soy juez me permite tener un instrumento eficaz para resolver los conflictos que se sometan a la consideración del derecho; solucionarlos con la mejor administración de justicia, más efectiva, justa, humana, más revolucionaria.

«Y como cubano me siento orgulloso porque es un Código de afectos, de amor, cariño, estrecha los lazos familiares, la solidaridad y unidad, el humanismo, valores universales, y la dignidad del ser humano por encima de todo, y como valor supremo de la norma y consolida el Estado socialista de derecho como establece la Constitución, con todos y para el bien de todos como escribió el Apóstol».