Un Congreso para el rescate de la memoria histórica

Foto: Radio Sagua
Foto: Radio Sagua

SANTA CLARA. —Cuando este jueves concluyan los debates y actividades del XXV Congreso Nacional de Historia, desarrollado en Villa Clara entre el 4 y el 7 de diciembre, podrá decirse que se ha dado un paso trascendental en la preservación de nuestra cubanía y la identidad que nos caracteriza.

Ha sido un Congreso diferente, según la mayoría de sus participantes, no solo por la riqueza de los debates desarrollados en centros académicos, aulas, centros de trabajos, e incluso a nivel de barrio, si no por los temas abordados, la mayoría de los cuales tienen que ver con el ser o no ser de la Patria y la Revolución.

La Doctrina Monroe, el pensamiento de Heredia, Martí, Fidel, Mella, Guiteras, Villena, entre otros; o la necesidad del estudio de la historia regional y local, fueron asuntos que ocuparon espacio en los profundos análisis que tuvieron lugar en Santa Clara, Sagua y Remedios, en los que participaron figuras cimera de la cultura cubana como Eduardo Torres Cuevas, Enrique Ubieta, Francisca López Civeira o Alberto Prieto, entre otros.

En los diálogos afloró una verdad incuestionable, ya advertida por Fidel el 10 de octubre de 1968, y es la necesidad del conocimiento profundo de la historia como fuente invaluable para formar valores, más, si se tiene en cuenta los complejos y difíciles momentos en que se debate hoy el futuro de la nación cubana, acechada por enemigos externos y también internos.           

Para la mayoría de los participantes, dedicar esfuerzo para tratar aspectos polémicos de la Historia de Cuba, ha servido para trazar líneas de pensamiento que pueden constituir una ruta estratégica que haga que el país no pierda su esencia y sus raíces, en lo cual, los sistemas nacionales de educación y de la cultura, además de los medios masivos de comunicación, están llamados a desempeñar un rol más activo.

La colonización cultural que pretende imponerse en medio de las grandes limitaciones y carencias materiales que sufre el país, exige la jerarquización del consumo cultural como única manera de enfrentar las actitudes que anidan entre nosotros y que son parte de la construcción de un subconsciente colectivo en el cual muchas veces no están representados los mejores paradigmas, se dijo, con razón, durante el Congreso.

Ante esa dura realidad, no queda otro camino que aferrarse a nuestra historia y a nuestra cultura, que como bien dijera Fidel constituye escudo y espada de la nación.