Un grito del alma es la poesía

Marlen Moreno Sosa la poesía es un grito del alma // Foto Denia Fleitas

Dos miradas jóvenes a un canto universal literario confluyen en este homenaje al género que, cada 21 de marzo, llega junto a la primavera, y se renueva, como expresión artística de la belleza a través de la palabra. Sujeta a la cadencia del verso, o en libertad, desprovista de conexiones rítmicas, métricas y acentos, es ella un canto a la verdad.

En voces diversas, está la poesía: “un acto de catarsis, un desdoblamiento del alma, una sacudida. El revelar mi universo interior, cosmovisivo, mis penas, mis dolores, mis angustias, por la ciudad que amo, la noche, los amigos, por el amor y la espera”.

Así la describe Marlen Moreno Sosa, a sus 42 años de edad, quien tuvo “como incentivo inicial el estudio de la carrera de Español-Literatura, que motivó la pasión por las letras y el mundo de la poesía. Mis profesores, las clases, fueron el escenario de estímulo a empezar a escribir mis primeros versos, cuando era estudiante, aproximadamente en el año 1992, que quedaron engavetados”.

“También sirvió como estímulo el pertenecer a un pequeño grupo literario que hicimos en Manzanillo, y que algunos de los aficionados le llamamos Angeluz, grupo literario que integramos el poeta Ángel Chang, Javier Toledano, entre otros, y yo, quienes nos reuníamos para hacer tertulias literarias”.

Y aunque aquellos primeros atisbos permanecieron en el anonimato, una vez egresada e incorporada al colectivo del Centro de promoción para la cultura literaria Manuel Navarro Luna, “rodeada de amigos, poetas y amantes de la poesía, y especialmente influenciada por Ángel Larramendi”, comenzó su andar lírico marcado por los versos del César Vallejo universal de Trilce.

“Escribo la poesía por las noches en esos ratos en que uno está en calma y donde hay un desdoblamiento del alma, y trato de mandarla también por impulsos de amigos a concursos provinciales, municipales y eventos literarios en los que he probado suerte, y me ha acompañado. Por ejemplo en los concursos provinciales Raúl Podio de Media Luna, en el Ángel Pena, y el Juan Francisco Sariol convocado el año anterior por nuestro centro”.

“Es tal su sacudida, que llega la poesía como acto de catarsis. Es el yo interior mío y el yo interior por la humanidad, por las cosas que nos rodean, las preocupaciones sociales, por las caídas humanas que tenemos a veces las personas. Es poder decir a través de la palabra todo lo que no decimos en otros espacios; y el verso es el escenario propicio para exponer nuestras preocupaciones, dolores, nuestras miserias”.

“Por ahí se enrumba mi poesía. La ciudad, sobre todo, es uno de los temas principales: la ciudad, la mía, que hinca, duele, que amo y que a diario construimos los manzanilleros; y con ella, el mar, la noche, el amor, la espera”.

De rasgo joven, libre, como los bríos de sus 31 años, es la que emerge de José Ángel Valdor Illana, con apenas dos años en este mundo de creación, a su decir: “un poeta muy joven que empezó tarde en la poesía”.

Joven poeta José Ángel Valdor Illana // Foto Denia Fleitas
Joven poeta José Ángel Valdor Illana // Foto Denia Fleitas

“Es ella la manera de desdoblarse, de decir lo que no expresamos con la garganta, cuando estoy molesto, triste; esa manera de desenfado del escritor, que me ha traído varios logros en concursos nacionales e internacionales como la mención y premio colateral en el Viña Joven, el premio de la Asociación de Escritores de Asturias con el poema Madre teje la noche entre sus manos, en República Dominicana, y en certámenes provinciales como el Ángel Pena”.

“Pero los premios significan mucho para el que empieza porque te da alegrías, ánimos, impulsos, pero no dice todo del escritor; porque escribir es lo fundamental, y lo que hago es porque me gusta, apegado a las esencias de tantos grandes del género como Vallejo, y Navarro Luna, que ha significado mucho para mí e incide en mi escritura; en mi vínculo con este mundo complejo”.

Seducciones y reflejos vienen aparejados a los versos, eterna chispa encendida, pues “mientras exista esa ciudad habrá motivos”, como asegura Marlen. “Mientras haya preocupaciones humanas, hay que seguir haciendo poesía, que es un grito del alma”.

“Y mientras estén esas preocupaciones sociales, humanas, habrá que hacer poesía. Mas, el mundo necesita un poco más de poesía para ser mejor, para que seamos mejores seres humanos”.

“Por tanto, si es una ambición humana corregir lo que somos sobre la tierra, sobre el mundo, tener fe en el mejoramiento humano que propuso Martí; entonces la poesía, inevitablemente, es un grito que tiene que continuar, un estímulo, un incentivo, para la existencia de materia poética, poetas, y poesía”.