Manzanillo, Agosto 3.- El reino de las golosinas en nuestra ciudad está de fiesta, el Palacio del dulce en Manzanillo arribó a su primer aniversario, y lo hace con la satisfacción de que su imperio es bien acogido por la calidad de las ofertas que siguen estando en la preferencia de los pobladores de esta urbe y sus visitantes.
A sólo pocos metros del parque central, se encuentra esta institución donde las horas transcurren entre las maniobras de los dulceros, para lograr cada uno de los productos tan demandados por los manzanilleros y foráneos. Su inauguración fue el 26 de Julio de 2019. Esta fue una de las obras que se le regaló al municipio en saludo a los festejos por el Día de la Rebeldía Nacional el año pasado.
Yusdel Castillo Vega, administrador del centro detalla que aquí laboran 18 trabajadores encargados de «una producción diaria de alrederor de 12 a 15 variedades por jornadas. Para que estas elaboraciones no se decaigan la unidad es priorizada por la provincia en el abastecimiento de la materia prima, a pesar de las limitaciones que enfrenta hoy el país.»
Su plantilla de obreros la integran el maestro dulceros, el hornero, los operarios, los cuales son los responsables de la elaboraciónde los dulces, así como los miembros de la parte administrativa y oficinas, encargados de toda la parte organizativa de la entidad.
En sus lujosas vidrieras lo mismo podemos encontrar los dulces con nombres de príncipes como los Romeo y Julieta, acompañados por sus súbditos, los buñuelos bayameses, napolitanas, brazos gitanos de natillas y merengue, piononos de natillas, huevo real de chocolate, pata de cabra, mantecados y las gaceñigas.
El ajetreo en las áreas de este palacio comienza desde muy temprano, la producción inicia a las cuatro de la mañana hasta las cuatro de la tarde, mientras que la venta a la población es por ahora en la nueva fase de recuperación pos-Covid-19, desde las nueve hasta las cinco.
El impacto que ha tenido desde su apertura ha sido positivo en la población. «Esto se debe a la entrega y al esfuerzo de los trabajadores, tanto de los elaboradores como de los que atienden directamente a los clientes, los cuales no se han quejado hasta ahora del trato. Todos por la situación en la que estamos atravesando, tienen ahora más que nunca el empeño de hacer el dulce con mayor calidad y brindar un mejor servicio», expresó Castillo Vega.
«La materia prima complementaria nos la garantizan desde la provincia, la maicena, la manteca, la cobertura de chocolate, el propio chocolate, la leche en polvo, los cuales son productos que no son casuales en nuestro municipio y nos llega de forma semanal», dijo el joven administrador, quien agregó que, » por lo que el compromiso que tienen nuestros dulceros es de producir más».
Durante este tiempo de pandemia donde se lucha contra el nuevo coronavirus Sars-Cov-2, en esta entidad no se detuvo el trabajo. Aquí se garantizó la venta de dulces para la población respondiendo al llamado de las máximas autoridades del territorio.
«Nosotros no pudimos dejar de trabajar porque nuestro compromiso es producir alimentos, y en los primeros días fue cuando más el pueblo lo necesitó, por lo que asumimos nuestra tarea cumpliendo siempre con todas las medidas de prevención y protección relacionadas con la enfermedad», recalcó el administrador.
Uno de sus obreros que le entrega pasión a lo que hace es Daniel Pérez Garcés, el maestro dulcero de este palacio, quien tiene 39 años de experiencia en estas labores. «Yo comencé en esta profesión desde el año 1981, y esto ha sido mi vida durante todo este tiempo».
«Mi jornada laboral comienza prácticamente a las dos de la mañana, pues es a esa hora que salgo de mi casa para dirigirme hacia acá y desde que llego me dedico a producir. Al final cuando veo la aceptación de mis dulces en el pueblo me lleno de alegrías, porque eso para mí es lo más grande, es el mejor premio que puedo recibir», dijo Daniel.
Este dulcero es de poco hablar pero me confesó que durante todo este tiempo de trabajo ha ayudado a la formación de las nuevas generaciones transmitiéndoles sus experiencias y hasta en tiempos pasados, «yo era el que daba las evaluaciones a esos muchachos que comenzaban a aprender», dijo.
«La oportunidad de que los jóvenes aprendan es muy importante, porque este es un oficio lindo. Así ellos pueden seguir aportando y creando otras variedades de dulces», dijo este manzanillero que ha sido estimulado en varias ocasiones por la calidad y entrega como trabajo.
Como dijo este maestro dulcero la satisfacción del pueblo es lo más importante por eso fui en busca de las opiniones de quienes degustaban de las ofertas de la unidad.
Teresa Guerra es una de las clientas manzanilleras más asiduas de este lugar y se declara fanática a los dulces que en el palacio se ofertan. «En esta unidad hacen muy ricas sus golosinas. La prefiero por la calidad de lo que aquí se venden, por eso aprovecho para felicitar a todos los dulceros de este centro y les recomiendo que continúen laborando así porque tienen la aceptación del pueblo. Yo me mantengo comprando mis dulces en esta institución», dijo.
Por su parte, una matancera que cada vez que viaja a esta ciudad, y no puede dejar de disfrutar del sabor de las ofertas de este sitio, es Misleidis Pérez Guerra, ella elogia este servicio. «Cada vez que vengo a Manzanillo siempre compro dulces en este palacio porque tienen muy buena calidad. Felicito a todos sus trabajadores por sus refuerzos y buen trabajo, y les recomiendo que sigan así con ese amor por lo que hacen».
Fotos Eliexer Pelaez Pacheco