Manzanillo. Febrero 9.- El jovencito de 16 años Luis Carlos Ramírez Arzuaga nunca imaginó sentir la inmensa alegría que tuvo este sábado, de poder mostrar algo de lo que ha aprendido en su carrera de zootecnia y veterinaria, a la directora y a los demás pequeños del hogar para niños sin amparo familiar de Manzanillo, donde él vive.
La vivencia la tuvo el adolescente en una actividad especial que organizó el campesino Yusnel Tornés Peña en su propia finca Los Panchos, enclavada en la comunidad de Pueblo Nuevo, donde estos pequeños recibieron una donación realizada por el productor en una fiesta llena de emociones.
Luis Carlos, que estudia el segundo año de su profesión en el Instituto Politécnico Agropecuario (IPA) Enrique Vilar de Manzanillo, visiblemente emocionado y con lágrimas en los ojos dijo que la experiencia le “elevó el orgullo” al ver como su mamá adoptiva Lourdes, la directora del hogar, pudo ver los conocimientos adquiridos por él.
“Esta actividad me pareció una acción maravillosa ya que pude interactuar, gracias al campesino, con diferentes animales de las especies que estoy estudiando. Vi cómo los tratan y el tipo de alimentación que lleva cada uno de ellos”, dijo el muchacho.
“Este vínculo con el productor me pareció muy bueno porque actividades como estas me ayudan a aprender más sobre mi carrera, y así podré tener una base para realizar en un futuro mi trabajo”, afirmó.
Los niños del hogar sin amparo familiar tuvieron la oportunidad de montar a caballo, recorrer la finca, hacer preguntas, jugar en las áreas de la entidad y hasta degustar del sabor del jugo de la caña de azúcar, cantar y bailar.
La máster en ciencias pedagógicas Lourdes Vega Hernández, máxima responsable de la casa especializada en la atención a estos infantes, dijo que la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Paquito Rosales, a la que pertenece el campesino que preparó la actividad, les abastece “de hortalizas, granos, viandas y varios alimentos que ellos producen. Estamos contentos que nuestros niños estén aquí compartiendo con los cooperativistas, enseñándoles su trabajo”.
Vania Salgado Campos, subdirectora del hogar dijo que esta actividad “ha tenido en nuestros niños un impacto muy bonito porque ellos se han sentido felices con lo que han realizado aquí. Acciones como estas les ayuda a compartir con la sociedad y les aporta para su vida futura, como por ejemplo a Luis Carlos, que pudo refrescar aquí los conocimientos de su carrera”.
Para Yusnel es una alegría ver cómo los infantes disfrutaron el momento. Él también jugó con ellos, les arrancó sonrisas, les enseñó lo que producía y cómo atender a los animales. “Los invité aquí porque quise que comieran conmigo lo que produzco, y que tuvieran un contacto directo con la naturaleza. Ellos lo agradecieron mucho porque salieron de la rutina de su hogar.”
“Exhorto a los demás campesinos a dar una atención diferenciada como ésta a esos pequeños que en ocasiones carecen del afecto de una familia, de la guía de los principales progenitores. Es muy bonito traerlos a nuestras fincas para que tengan una mejor calidad de vida”, expuso el labriego.
Especialmente invitados a esta cita estuvieron también los niños de la escuela especial Manuel Ascunce Domenech, centro enclavado en la ciudad Pesquera, quienes compartieron los conocimientos adquiridos en el círculo de interés que apadrina este campesino bajo el nombre Proyecto de grupo Técnicas Básicas Agropecuarias.