Manzanillo. Septiembre 14.- Un arduo trabajo con especial sentido de pertenencia llevan adelante los trabajadores del telecentro municipal Golfovisión de esta costera localidad que ya arribó a sus 13 años desde su primera salida al aire el 8 de septiembre de 2004.
Ideado por el invicto comandante en jefe Fidel Castro Ruz en su afán de llevarle a cada cubano y cubana una cultura general integral cada vez mayor, fue el primer telecentro comunitario que abriera sus puertas en la mayor de las Antillas.
En uno de los patrimoniales inmuebles, ubicado entre las arterias Villuendas y Sariol, fueron hechas las primeras imágenes en movimiento que darían vida a la teledifusión municipal en el país para estar más cerca a la realidad de los pobladores de este terruño.
“La gente quería escuchar noticias locales, por lo general, los noticieros nacionales no hablan de lo que ocurre en un municipio, y está demostrado por la audiencia que tiene nuestro canal desde su apertura”, así comenta orgulloso de pertenecer a este consagrado colectivo el joven periodista Eliexer Peláez Pacheco.
“No tuve la dicha de ser fundador, aunque me hubiese encantado haber formado parte de aquellos que con mucho valor enfrentaron por primera vez las cámaras en aquel entonces y los que formaron parte de todo un equipo de realización, porque a pesar de que somos pocos los que visualiza el público en cada transmisión hay involucrada gran cantidad de profesionales que hacen posible que la señal llegue hasta la casa de los telerreceptores”.
“Falta mucho por hacer pero el capital humano y los deseos están que es lo más importante, nuestra mayor alegría es la satisfacción de los televidentes. Ahora estamos en pleno proceso de reparación, cuando esto termine el pueblo podrá ver una señal con mejor calidad y disfrutara de una televisión de primer mundo”.
Reinier Olivera uno de los camarógrafos que permite la calidad y la excelencia en la imagen que recepta los golfeños expresa su sentir hacia la labor que realiza,” es un trabajo prácticamente anónimo, porque las persona no te ven pero reconocen la eficacia de la imagen”.
“Muchos piensan que la televisión es la persona que ven en pantalla y ya pero no es así todo el equipo de realización hace posible que salga con la mejor calidad posible, incluso en momentos difíciles cuando hay rupturas en la técnica que utilizamos somos los técnicos los que resolvemos todo par que el televidente continúe disfrutando nuestra transmisión.
Con los años Golfovisión ha experimentado cambios de todo tipo, ha modificado la estructura de programación y sus horarios, ha cambiado varias veces de sede, renovado su tecnología, los recursos humanos y ha enfrentado las más adversas circunstancias causantes, en ocasiones, del silencio audiovisual.
Pero el sueño de Fidel sigue estando ahí junto a los manzanilleros y manzanilleras que cada tarde esperan con ansias la programación de este canal comunitario, y sobre todo el noticiero para verse en el televisor o ver alguna persona conocida.
El Comandante le dio la oportunidad no solo a los golfeños de una televisión local sino que abrió la posibilidad a muchos profesionales de descubrir el medio y enamorarse de él, de dar todo su empeño y corazón a este tipo de arte que llega a lo más profundo de las personas que lo disfrutan.
Un colectivo que se apasiona y no renuncia a la idea de contar en imágenes y sonidos la historia de Manzanillo, de su gente las tradiciones y la realidad que enfrenta cada amanecer este pueblo de liseta y son.
Cuando ya esté lista su nueva sede que será una de las más modernas en el país, tocará a sus protagonistas realizar a la altura del legado del invicto Fidel, que es promover las mejores expresiones de la creación manzanillera, sin apartarse de la verdad ni los sueños.
Muchas felicidades al colectivo que día a día se han crecido para llevar a nuestro pueblo la imágen del acontecer de la ciudad, he sido testigo de las condiciones con que han asumido las transmisiones en este tiempo de reparación de su sede y realmente ha sido una labor intensa y difícil recompensada solo por el amor que le profesa su pueblo.