Un trabajo por cuenta propia lleno de amor (+Fotos)

Marina es una cuentapropista comprometida con su labor llena de amor //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
Marina es una cuentapropista comprometida con su labor llena de amor //Foto Eliexer Pelaez Pacheco

Manzanillo. Febrero 12.- Una de las manzanilleras que realiza el trabajo por cuenta propia llena de orgullo, satisfacción y amor es Marina Grant González, jubilada del sector de la educación que no ha podido apartarse de su profesión, a la que tanta pasión le entregó.


Marina hoy es cuidadora de niños, y su hogar lo ha convertido en una casita de juegos con el nombre Las marinitas, hoy símbolo y referencia en el municipio por los logros que esta entregada mujer alcanza con los pequeños de padres trabajadores necesitados de su atención. Fue una experiencia casual la que le motivó su inserción en este mundo del trabajo por cuenta.


«Fue una pequeña que siempre andaba con su mamá que era trabajadora social quien se encontraba laborando aquí en la comunidad, y por no tener quien se la cuidara siempre la llevaba a cuestas para todas partes donde ella debía ejercer su función.

Marina Grant González // Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Un día yo estaba sola en mi casa porque había fallecido mi mamá y sentada en el portal le pregunté a la muchacha porque siempre andaba con su niña, y ella me explicó sus motivos, por lo que por voluntad propia me ofrecí para cuidarla, y en todo este proceso ya la pequeña se ha convertido en mi nieta y se ha ganado un espacio especial para mi familia».


En la actualidad ella tiene 12 niños bajo su cuidado y el de su nuera Xiomara quien le brinda un apoyo esencial para esta función. Las edades de estos pequeños oscilan entre lo dos y seis años que ya se despiden de este hogar una vez que comienzan el preescolar.


La alegría inunda este espacio en cada jornada donde los infantes aprenden de los juegos, comparten con su «tía Marina» los cuentos, se adueñan de los roles que deben ir desempeñando a su edad y que los preparan para la vida, realizan gimnasia y hasta aprenden de la historia y los mártires de nuestro país, por eso en un pequeño sitial del patio hay una mesita donde no faltan las flores para el Héroe Nacional de Cuba, José Martí.

La «tía Marina» comparte muchos cuentos con los infantes //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
En esta casita hay un espacio para los héroes mártires de la Patria y no faltan las flores para el Apóstol de Cuba José Martí //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
Pequeños de la casita de juego Las marinitas //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
Marina cuenta con el apoyo y la ayuda de su nuera Xiomara contratada para esta función //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
Su nuera Xiomara ha sido un apoyo esencial //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Marina siente una satisfacción tan grande por su labor que al preguntarle sus ojitos se llenan de un brillo especial que encantan. «Este es un trabajo divino donde hay que tener mucho amor, vocación, porque no soy maestra titular de la primera infancia, pues mi especialidad fue otra, pero me siento más que maestra de esta edad que es la más linda, porque los ayuda a prepararlos para un preescolar que sea fructífero, y tengo esa gran satisfacción porque, por suerte, los niños que han salido de aquí son reconocidos en los seminternados.


A mí me da una alegría inmensa que cuando las solicitudes llegan a la oficina de la primera infancia siempre soy reconocida, pues trabajé muchos años en círculos infantiles y en las escuelas de la educación especial, que fue la que acabó de completar mi vida como educadora», manifestó Grant González.


Ahora su casa y su patio por la actual situación epidemiológica que enfrentamos se transformaron para el cumplimiento estricto de las medidas higiénico sanitarias establecidas por la COVID-19 porque el cuidado de estos infantes es esencial. «Yo soy muy atendida porque por suerte tengo muchos hijos de padres médicos, de personal que trabajan en higiene y epidemiología, tengo profesores que además siempre me están orientando.


Cada día establezco mayores rigores en esto, como por ejemplo, a la entrada tengo un paso podálico donde los niños tienen que limpiarse sus zapatos, mantengo el agua jabonosa, tengo siempre un cartel puesto en la puerta de mi casa aclarando todas las situaciones, y los niños deben traer los tapabocas necesarios para su protección.

Los padres de los pequeños que tengo son cirujanos, estomatólogos y de otras ramas que tienen que laborar, por eso mantenemos este servicio con todo el cuidado y rigor posible.


Por lo tanto todas las medidas aquí en mi casa son extremas, los niños no sólo se lavan las manitos al entrar, en el patio que es donde realizo mi actividad ellos tienen sus toallas, servilletas, jarros, cucharas, platos, todo lo necesario para su higiene personal, además no me falta el cloro, el jabón, aquí tenemos ese compromiso grande con que no se enferme ningún niño, ni contagiarnos nosotros, y algo fundamental, a la vivienda no accede nadie, los padres saben que tienen que despedir a sus pequeños en la puerta, ellos se lo entregan a mi nuera, y todo lo manipulamos nosotros», detalló.

La higiene es esencial en esta casita de juego //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
La higiene es esencial en esta casita de juego //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
Sus niños tienen todo lo necesario para su protección y cuidado //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
En su puerta siempre está la información necesaria para los padres //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Durante el año pasado Marina tuvo una experiencia muy bonita que hoy comparte con nosotros, sobre los días en que se cumplía con el estricto distanciamiento social y que su patio quedó desocupado al enfrentar la pandemia. «Eso fue muy triste porque cuando yo vi aquel patio vacío en verdad me afectó emocionalmente y sentí nostalgia por mis niños.


Ver ese lugar así, el que siempre lo pongo tan lindo lleno de mártires y adornos, entonces me dediqué a buscar materiales e hice alfombras, pelotas, una pecera con cartón para que los niños se diviertan y un juego tragabolas, o sea me dediqué a confeccionar los medios de enseñanza que necesitaba».

Algunos de los medios de enseñanzas que confección Marina en el tiempo estricto del distanciamiento social cuando su patio se quedó vacío y que hoy utiliza en su labor //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Esta cuentapropista es muy preocupada por sus deberes, «constantemente estoy al tanto por el pago de mis impuestos a la Oficina Nacional de la Administración Tributaria (ONAT), por las visitas de inspección de higiene y epidemiología, por cumplir con todo, y creo que hasta ahora he tenido ese compromiso con el deber».


Hoy Marina tiene muchos agradecimientos que transmitir, «a la comunidad que tanto coopera conmigo, y a mi divina familia que es maravillosa, todos los miembros familiar me ayudan, y eso es algo que me reconforta y me da deseos cada día de trabajar. Es algo lindo que toda mi familia y los vecinos estén atentos de la labor que realizamos en este hogar».


De cómo surgió el nombre de esta casita de juego me confesó, «fue una mamá, de la que ya no tengo aquí sus niños, quien le puso Las marinitas, y eso lo llevamos siempre con el orgullo y el cariño de recordarlo siempre», señaló.


Antes de despedirme esta valerosa mujer aprovechó la oportunidad para enviar un mensaje a los manzanilleros y en especial para los cuenta propistas, «que sigamos cumpliendo con todas las medidas, que no salgamos tanto a las calles sólo cuando tengamos la necesidad, hay que cuidarse mucho, usar siempre la mascarilla, respetar el distanciamiento, ni realizar visitas a nadie, y finalmente para todo Manzanillo y toda Cuba que nos protejamos, que cuidemos nuestras familias, que es lo más importante que tenemos».


Marina es una persona tan comprometida con esta sociedad que su vida se enriquece con una trayectoria moral heredada del espíritu revolucionario y combativo de su hogar. Tiene además un aporte especial con la comunidad al ser presidenta de su Comité de Defensa de la Revolución (CDR), es la secretaria del bloque de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), y ella misma confiesa que se siente «orgullosa de ser también dirigente de base de estas dos organizaciones».


Su trabajo como cuenta propia es tan responsable y con importantes frutos, que hasta la FMC y la Casa de Orientación a la mujer y la familia la ubican como referencia, y le han solicitado su apoyo para transmitir la experincia o otros trabajadores por cuenta propia que puedan brindar más a la sociedad. Marina es un fiel ejemplo a seguir, por eso siempre permanecerá en el corazón de estos pequeños y sus familiares.


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5 comentarios en “Un trabajo por cuenta propia lleno de amor (+Fotos)

  1. Grandioso el trabajo de Marina, mi niña se cuido ahí y ya tiene 9 años, ahora me encuentro en Venezuela de misión y mi niño dasielito asiste a su casita y tengo la satisfacción de saber que está bien cuidado por su tía Marina

    1. En verdad es digno de admirar el trabajo de Marina, soy testigo del amor y del cuidado que ella le ha entregado a tus niños.

  2. Felicitaciones a Marina, a quien tuve el placer de conocer en casa de su hermana Maria, otra mujer que, dos veces jubilada, se mantiene activa en la docencia universitaria y fiel a su formación de Makarenko. Y felicitaciones a la autora del reportaje, que debería tener una divulgación nacional por su relevancia y ejemplo. Salydos

    1. Gracias colega por sus palabras, es gratificante recibir un elogio así de reconocidísimo periodista de Prensa Latina. Marina es una educadora por excelencia, y está rodeada de una maravillosa familia de la cuál ya soy casi parte de ella por los vínculos de amistad que nos unen y los cariños que nos hemos profesado.

  3. Orgullosa de que sea mi abuela, yo soy testigo de su entrega y cariño a la formación de cada infante que tiene el privilegio de compartir en este jardín de la infancia: Las marinitas

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