Manzanillo. Octubre 30.- Organizar las ventas de los productos de primera necesidad que se comercializan en las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) y de la coorporacion CIMEX en Manzanillo, fue una estrategia que tomó el gobierno local para posibilitar que los núcleos familiares pudieran tener acceso a estos necesarios recursos y evitar las aglomeraciones en estos sitios.
Esta iniciativa que es ordenada por bodegas del comercio y controladas por las libretas de abastecimientos, fue una de las propuestas salidas del pueblo para evitar también la proliferación de los acaparadores y las grandes concentraciones que imposibilitaban a los trabajadores la compra de algún artículo.
Además no se favorecía el correcto cumplimiento de las medidas establecidas por el Ministerio de Salud Pública en el país para evitar los contagios y propagación de la COVID-19. Sobre esta medida hablan los manzanilleros.
Yuslemis Figueredo Fernández cree «que esta es una manera más organizada de estas ventas porque en realidad las aglomeraciones que se creaban eran muy desfavorables. Lo que si me parece es que deben garantizar las ventas de los productos de otra manera que posibilite que todos podamos obtenerlos por equidad, pues hay bodegas que han comprado ya en segundas vueltas algún recurso que en otras todavía no le han dado la posibilidad.
Pero considero una muy buena idea porque los que trabajamos ya sabemos que, al menos tenemos garantizado lo necesario, y que al salir de nuestros centros laborales podemos comprar sin dificultad».
Elvira Frías opina que así «las ventas están muy organizadas, muy buenas y favorece que todos podamos obtener un producto garantizado, así como el trabajo a los grupos de enfrentamiento a los coleros. Además nos permite tener mayor disciplina, y cumplir con las medidas que debemos tener en cuenta para evitar el coronavirus».
José Luis Pineda Figueras cree que esta es «una medida muy inteligente pues de esta forma la población tiene los productos garantizados sin tener que llegar a aquellas colas donde primaban la desorganización y, por supuesto, los coleros».
Por su parte Isidra Mejías Morales dice sentirse «contenta porque en realidad así es mejor, ya está todo organizado, sabemos que tenemos el producto garantizado adentro de la tienda, al que podemos acceder. Yo estoy agradecida con esta oportunidad que nos dan ahora, han pensado en las familias».
Reynaldo Cañadilla Masó, dice que también está agradecido «porque ya todos podemos comprar sin problemas, pues anteriormente cuando no existía esta posibilidad que tenemos ahora, no podíamos adquirir lo que necesitábamos».
Eugenio Sánchez plantea que esta es «una genial idea donde se ven menos las aglomeraciones, hay mayor organización y control. Sugerimos también que para los barrios alejados a la ciudad se tenga en cuenta la posibilidad igual de acercarles estos servicios, porque en muchos de estos lugares viven personas de la tercera edad que se les dificultan llegar hasta las tiendas destinadas.
Por ejemplo, te hablo de una experiencia propia con mis padres que viven en la Vuelta del Caño, ya son adultos mayores y uno de ellos es incapacitado, a veces se les hace difícil poder obtener los beneficios de esta iniciativa que es bien pensada para el pueblo y permite enfrentar la situación que tenemos.
Pero de forma general me siento más tranquilo porque los trabajadores tenemos la seguridad de poder realizar las compras. Igual debemos agradecer la función de la radio de nuestro municipio que nos ha acompañado al brindar la información de los productos que comprarán los clientes de cada bodega y la tienda que le corresponde».
La doctora Iraida Solá Rodríguez dijo que «este sistema que pidió mucho la población cuando las colas eran interminables y el acceso era limitado para los que trabajamos, vino a resolver el problema que teníamos, y como resultado es mayor la cantidad de personas que tienen acceso a estas compras, pero aún así tiene algunas desventajas.
Uno de esos obstáculos es que el consumidor tiene que trasladarse a puntos que están distantes de su sitio de trabajo o de su vivienda. Además estos lugares de ventas tienen un horario en el que el trabajador sigue teniendo desventaja, no es igual que en las bodegas del comercio, que en mi parecer va a resolver mejor la situación porque están abiertas hasta las siete de la noche.
Es una sugerencia que hago, si se realizan estas ventas en nuestras bodegas vamos a tener más posibilidades de adquirir los artículos por esas dos cuestiones, el horario y la distancia, pues todos los pobladores tienen destinado una unidad del comercio que está cerca de su domicilio».
En estas opiniones se repiten las palabras organización, control y garantía, como expresión del agradecimiento que tienen los manzanilleros al ver la posibilidad de enfrentar la actual situación, donde fue necesario poner fin a las grandes colas y a los molestos acaparadores. Quedan muchos formas para enriquecer esta iniciativa que, sin lugar a dudas, llegó en el momento preciso y se convirtió en una decisión a favor del pueblo.