Una obra inolvidable de la Revolución en Manzanillo (+Fotos)

La Ciudad Pesquera dignificó la vida de los pescadores en Manzanillo //Foto Eliexer Pelaez Pacheco

Manzanillo. Julio 8.- Una de las primeras obras de gran impacto social que Fidel erigió en Cuba luego del triunfo revolucionario de 1959, fue la construcción de la Ciudad Pesquera de Manzanillo comunidad que dejó una gran huella en los hombres de mar de esta ciudad.


Los pescadores tenían condiciones de trabajo y viviendas sumamente precarias, y todos se asentaban en hogares improvisados en los cayos del Golfo Guacanayabo, por lo que ya contar con un hogar totalmente gratis dotado de varias comodidades, transformaba su calidad de vida.

Los pescadores recibieron las viviendas con todas las condiciones dentro menos televisor y refrigerador //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
509 viviendas fueron regaladas a los pescadores //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
Vista aérea de la Ciudad Pesquera de Manzanillo //Foto de internet

Génesis
La construcción de esta comunidad tiene su génesis en una llamada telefónica que el Comandante René Vallejo le hiciera al pescador Porfilio Alard donde le informaba que, el entonces Primer Ministro de Cuba, Fidel Castro estaba realizando un recorrido por la Reforma Agraria y quería reunirse con los pescadores de Manzanillo.


El local del sindicato de pescadores de la ciudad ubicado en la calle Cocal sirvió de escenario para este encuentro donde Fidel indagó sobre las condiciones de trabajo y vida de estos trabajadores. Fue el 24 de junio de 1959 esta cita donde Fidel aprueba la idea de crear para los pescadores manzanilleros una cooperativa, un astillero y construir la primera ciudad pesquera.


Inmediatamente comenzaron las labores constructivas, primero con un cheque de 200 000 pesos que regaló el líder eterno de la Revolución cubana y que prometió aumentar hasta la cifra de los dos millones.


La fecha que señala la fundación de la Ciudad Pesquera de Manzanillo es el 10 de octubre de 1961, en el marco de la conmemoración del Alzamiento de La Demajagua. Ese día Porfilio Alard recibió simbólicamente de manos de Armando Acosta la primera llave en la actual Casa de Cultura, sitio que en esos momentos acogía las ORI (Organizaciones Revolucionarias Integradas), luego vendría Fidel a Manzanillo a realizar el acto oficial.

Esta es la primera casa que se otorgó en la Ciudad Pesquera destinada a Porfirio Alard (Nino Alard) //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Feliz regalo
En un principio debido a las condiciones en que vivían, los pescadores comenzaron a mudarse sin la entrega oficial de la ciudad pesquera. Se erigieron 509 casas y primero se ocuparon unas 314 viviendas, las restantes se entregaron paulatinamente a hijos de pecadores y a 50 familias procedentes de Caimanera en Guantánamo.


Uno de los primeros pescadores en ocupar su morada fue Rafael Almeida Castillo, popularmente conocido como Curi quien recuerda como vino “en bote desde el barrio del Manglar donde radicaba, y vine con mi esposa, algunas ollas y jarros, aunque no era necesario porque las casas las entregaron con sus camas, colchones y cocina. Todas eran muy lindas y yo creo que a mí me tocó la más bella en la calle “A” construída de bloques”.

Rafael Almeida Castillo, (Curi) //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Curi siente un eterno agradecimiento, “contento con la Revolución”. En esta casa creció su familia, “aquí nacieron mis cuatro hijos, dos hembras y dos varones y aquí estoy y estaré hasta que muera”.


Su gratitud viene porque su “mamá pertenecía a la ORI y junto a Nino Alard (Porfilio Alard) recibieron las primeras llaves. Yo me mudé porque en mi casa que era de guano vivíamos 17 personas, pues mis hermanos mayores estaban casados y éramos 12 hermanos, seis hembras y seis varones, todos dormíamos en el mismo cuarto”.

La vivienda de Curi //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
La casa de Curi //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


De los días de la construcción de la ciudad pesquera Curi recuerda que se vivió “un ambiente muy alegre y muchos pescadores hicimos trabajos voluntarios, yo tenía 17 años y venía en mis tiempos libres a ayudar.


Esta es una obra inolvidable pues en el mundo no es común ver a un jefe de Estado que se preocupe tanto por su gente, y enseguida se dedicaron los medios de transporte y de construcción para esta ciudad pesquera”.


Andrés Alard Escalona es el hijo mayor de Porfilio Alard y él tiene gratos recuerdos de esas jornadas en que se levantaban las moradas y cuando se le entregó a los pescadores. “Al quedar ocupadas las viviendas por los pescadores manzanilleros quedaron 110 vacías y en Caimanera desde la base naval de Guantánamo se gestó el asesinato de varios marineros, entonces Celia Sánchez habló con mi papá y ambos decidieron plantearle a Fidel que se les otorgaran a los guantanameros algunas de esas casas y así mismo se hizo”.

Andrés Alard Escalona //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Andrés ayudaba a su padre en las labores de la pesca y tenía 13 años cuando le otorgaron la llave de la vivienda. Ese día estaba feliz pues abandonaba el Mégano, un cayo donde vivían en mala situación y “al llegar a la nueva casa me quedé impresionado, le pregunto a mi madre si era para nosotros y al contestarme que sí no lo podía creer, lloré.


Mi papá estaba contento y siempre mostró su agradecimiento y sentido de pertenencia con su cuidad pesquera. Tanto que le propusieron para el retiro vivir en La Habana y él no aceptó diciendo que se quedaba con sus pescadores aquí en Manzanillo hasta que murió”.


Pero este manzanillero de 70 años también trae a su memoria algunas anécdotas de su padre, quien fue el primer director del combinado pesquero que luego se creó a pocos metros de la ciudad pesquera para darle ocupación laboral a sus habitantes. Entre esas remembranzas el habla de cómo Nino Alard logró que el Benny Moré le cantara a los pescadores en una tarima improvisada en el centro comercial de la comunidad.


“Eso fue en el año 1962 porque su empresa había ganado la emulación. Yo estaba estudiando en la escuela de la pesca y vine a su presentación. El Benny le pidió a mi papá dedicarle unas palabras a los pescadores y les dijo: Les traigo una canción que se las compuse a ustedes los pescadores A la bahía de Manzanillo, y hasta donó dinero para la compra o reparación de barcos.”

En está área se improvisó una tarima para que cantara Jenny Moré a los pescadores //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


La comunidad
Esta primera obra de la Revolución en Manzanillo no sólo contó con la ejecución de las viviendas ni de la mencionada cooperativa pesquera que luego se convirtió en un combinado, así como el astillero. También se le levantó un centro comercial, panadería, entidad gastronómica, áreas para la atención de la salud pública, tiendas, salones de belleza, entre otros.


Pero uno de los más importantes es sin dudas el centro escolar que lleva el nombre del alfabetizador Manuel Ascunce Domenech, ahora un combinado educativo, que acoge una escuela primaria y otra de la enseñanza especial, así como una secundaria básica.

Centro escolar Manuel Ascunce Domenech //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Allí ha laborado 43 años de su vida Lázara Reyes Legón, maestra de primaria quien ya está próxima a su jubilación. Ella conoce muy bien la historia de la institución. “Esta fue la primera obra de la Revolución para los hijos de los pescadores y para ellos mismos. Aquí es donde las nuevas generaciones reciben la formación inicial que los prepara para la vida.


Siento gran satisfacción de ser parte de los docentes de esta escuela, además de ver que puedo enseñar a leer y a escribir a todos los niños de la ciudad pesquera que crecen y después que pasan por nuestras manos se convierten en médicos, deportistas y profesionales gracias a nosotros que somos los que les damos el querer, el saber y la educación”.

Lázara Reyes Legón //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
José Ernesto Hernández Cuello //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


José Ernesto Hernández Cuello es el director de la secundaria básica y asegura que ellos garantizan “la formación vocacional con los adolescentes. Acá tenemos la ventaja de contar con una escuela de la pesca en nuestra comunidad con la cual mantenemos buenas relaciones para realizar la orientación vocacional, mediante un proceso directo encaminado para lograr la continuidad de estudio y que ellos también se interesen por seguir los pasos de sus padres, familia y abuelos.


Igualmente trabajamos para la orientación hacia el preuniversitario donde se pueden formar como profesionales de otras ramas de las ciencias exactas, sociales y médicas”.

María Ester Verdecia Lastre //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


La licenciada María Ester Verdecia Lastre es la directora de la unidad que atiende a los niños con necesidades especiales y dice que “es un logro contar con una escuela de este tipo de educación en la comunidad ya que aquí atendemos a estudiantes con diferentes discapacidades, dígase la intelectual leve, moderada, y además se le brinda atención diferenciada a los niños ambulatorios en sus casas que no pueden asistir a la escuela.


La comunidad tiene confianza en nuestros educadores y agradece mucho que ya no tienen que recorrer grandes distancias para llevar a sus hijos a otras instituciones similares en la ciudad de Manzanillo, así como con la atención que les brindamos a sus niños”.


Tiendas de la ciudad pesquera de Manzanillo //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
Centro comercial de la comunidad //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Gratitud
Gracias es la palabra que más se repite en la voz de los fundadores de la ciudad pesquera, porque es la gratitud de ver un cambio importante en sus vidas. Este regalo de Fidel dignificó la vida de los pescadores manzanilleros quienes hoy transmiten a las nuevas generaciones el mensaje de cuidar y amar a esta Revolución.

Las viviendas de la ciudad pesquera de Manzanillo //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
Los pescadores cambiaron su forma de vida //Foto Eliexer Pelaez Pacheco