Una “Salvadora” de las Heroínas del Trabajo en Manzanillo. (+fotos)

La Empresa Pesquera Industrial de Granma (Epigran) Ándrés Luján Vázquez” es una de las más privilegiadas en el costero territorio granmense de Manzanillo, porque en su plantilla cuenta con tres Heroínas del Trabajo de la República de Cuba. Los resultados a tantos esfuerzos y sacrificios de las mujeres de este reconocido centro a nivel nacional, avalan tan alto estímulo.

Esta es la razón por la que el colectivo de Epigran se llenara de alegría este viernes con la  bienvenida a Salvadora López Rivero, una de las miembros de la triada más importante de la industria manzanillera, en cuanto a logros en la productividad del trabajo.

Salvadora López Rivero confiesa a radio Granma digital que inició sus labores proletarias en Epigran en 1976 y desde entonces ha obtenido la distinción Aracelio Iglesias, y las medallas Lázaro Peña en todos sus grados, además del reconocimiento de un colectivo que la sabe vanguardia en el orden productivo y moral.

Salvadora López Rivero, Heroína del Trabajo
Salvadora López Rivero, Heroína del Trabajo

Aunque se ha desempeñado en otras funciones a lo largo de su vida laboral Salvadora ahora trabaja  como reguladora de peso en la línea de camarón y las horas dedicadas al trabajo le hicieron merecer tan alto galardón de ser heroína. “Recibir esta condición, dice, es algo emocionante para mí. No me lo esperaba porque, en los 42 años de labores que llevo nunca había merecido un estímulo tan grande. Ahora la responsabilidad que tengo es más grande en mi colectivo de trabajo y en mi empresa, porque  al recibir esta medalla, que no la obtiene cualquier mujer, la recibo con mucho entusiasmo y mucho trabajo para seguir aportando por mi Manzanillo, mi provincia Granma y mi país”.

Emocionada se le veía en el recibimiento del cual ella declaró “esto ha sido muy grande para mi, he recibido atenciones y felicitaciones del sindicato, de las administraciones a nivel nacional y aquí en mi centro de trabajo, esto ha sido los más grande que se le puede dar a una heroína del trabajo”.

“Desde el día 26 de abril he tenido muchas emociones, pero esta ha sido la más grande, la de  mi empresa, donde nací y seguiré luchando hasta el final de mi vida. Yo estaba muy emocionada, lloré tanto por el cariño de todos que vi en ese recibimiento y con las palabras que han dicho los representantes de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), el partido (PCC), el sindicato, la administración, que me dejaron emocionada, esto ha sido lo más maravilloso que me han dado en todo el recorrido”.

Salvadora es de trascendencia pesquera, pues sus familiares son amantes del arte de la pesca, por eso a ella le gusta todo lo relacionado con el mar y se siente muy bien con sus dos familias, la biológica, y la que la vida le ha dado, al estar rodeada de compañeros que se dedican a procesar los productos marinos.

“Soy hija de pescadores, aquí estoy con  mi familia, porque ella me lo ha dado todo, sin el apoyo de mi familia no hubiera conquistado nada. Además soy privilegiada porque tengo otra familia más grande que es el colectivo de mi empresa.  Esta condición no me lo he ganado yo sola, sino que lo conquisté con el esfuerzo y los logros de mis trabajadores, porque tengo un colectivo que  es vanguardia, de donde han salido también otras dos Heroínas del trabajo más, ahora somos tres que  tiene el municipio y la provincia. Un colectivo joven que está llegando y hay muchos jóvenes con entusiasmo en la industria”.

Las 3 Heroinas del Trabajo de Epigran-Salvadora en el centro entre María Ortega y Sara Alarcón
Las 3 Heroinas del Trabajo de Epigran-Salvadora en el centro entre María Ortega y Sara Alarcón

Ahora Salvadora se une a Sara Rosales Alarcón y María Ortega García, las otras dos heroínas del trabajo con que cuenta Epigran, mujeres fieles, llenas de humildad que lo ofrecen todo  con sus valerosas manos que llenan de honor a una empresa referente nacional por sus logros.

Pero este no fue el único recibimiento que tuvo la heroína Salvadora, pues otro tan vibrante como el que le hicieron sus colegas de labor le esperaba en su casa con la gente del barrio. Bautizado por una intensa lluvia tuvo su esplendor a pesar de los inconvenientes que la naturaleza quiso imprimirle al momento que para ella no pudo ser mejor. “¡Hay, maravilloso!, Mi familia, mis cederistas, mis federadas que me esperaron también bajo esta lluvia que no impidió el recibimiento, todo fue maravilloso, otro momento lleno de emociones” confesó Salvadora llena de dicha con la modestia que le caracteriza.