Una sonrisa de quinceañera por los derechos

Cuando parecía que ya no habría oportunidad al anhelo de usar el elegante vestido, de danzar el vals que da la bienvenida a la edad en que las mariposas alzan el vuelo y dejan la huella de luz para otra etapa de la vida, Yoannia recibió un nuevo abrazo de la patria.

Llegaron ellos a darle un nuevo color a su mundo, y el sueño de las 15 primaveras se convirtió en la realidad más feliz de sus días, en el festejo a la oportunidad que la obra social cubana otorga en preclara manifestación de justicia y respeto a los derechos más elementales del ser humano.

Hasta el pequeño y deslucido espacio donde Yoannia Moreno León convive con sus cinco hermanos menores, su padre y abuela enferma, en la comunidad del Recreo, llegó la trabajadora social que representa uno de los más nobles programas de la Revolución, y se hizo realidad el milagro.

“Tras una intervención comunitaria levantamos las problemáticas sociales de la comunidad, y profundizamos en Yoannia, se hizo la caracterización del caso social, dado por las condiciones en las que vive esa familia”, refiere Deisis García Conde, subdirectora de asistencia social y prevención en esta localidad.

Y porque en los corazones de quienes habitan este caimán sobra el afecto y desde sus profundas raíces crece el humanismo y se asienta en cada acto que ejecutan sus instituciones, desde el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y la Asamblea Municipal del Poder Popular se aunaron esfuerzos para verle sonreír.

“Fue un trabajo multifactorial, y nosotros de conjunto con los trabajadores sociales la acogimos como si fuera nuestra hija y fue un placer verla disfrutar de aquel día y cuando le entregamos una valija con recursos como ropas, zapatos, productos de aseo; después le damos seguimiento a su comportamiento a través de la escuela, psicopedagogos, psicólogos”, detalla Moreno León.

“En su caso específico hemos realizado cuatro acciones de dinámicas familiares para tratar de menguar la disfuncionalidad de la familia, y continuamente la trabajadora social constata su evolución en todos los ámbitos, que cumpla con sus deberes estudiantiles, su higiene, y la situación escolar de sus hermanos; al padre se le busca un vínculo laboral y la abuela recibirá una protección económica excepcional porque pese a su enfermedad es quien está al cuidado de los niños”.

Unos 1043 núcleos familiares del municipio de Manzanillo reciben protección del gobierno revolucionario con una prestación económica, al amparo de leyes que están refrendadas en la Constitución de la República, como garantía del “goce y el ejercicio irrenunciable, imprescriptible, indivisible, universal e interdependiente de los derechos humanos”.

Otros 717 hogares se favorecen con los alimentos que a precios módicos se expenden para sus habitantes en los 12 mercados comunitarios dispersos por toda la geografía municipal, en aras de proveerles de aquellos productos a los que por sus bajos ingresos económicos no tienen acceso.

A su vez, superan las 800 personas de esta localidad las que han sido amparadas con la entrega de artículos de primer orden como camas, colchones, avituallamiento, ropas, calzado, medios de cocción, que se otorgan por la asistencia social en dependencia de su disponibilidad en las tiendas de comercio.

Damaris Riera Martín, directora de Trabajo y seguridad social en Manzanillo, asegura que “partiendo de lo que establece hoy la Ley 105 del Sistema de seguridad y asistencia social, desde acá estamos encargados de garantizar la protección adecuada tanto a trabajadores, a los ancianos sin recursos ni amparo y a cualquier persona no apta para trabajar que carezca de familiares obligados en condiciones de prestar ayuda”.

“Por ello, desde la sensibilidad humana y la justicia que caracteriza a la Revolución nos toca cumplir con esa máxima martiana para el bien de todos, para no permitir que alguien se quede desamparado”.

A lo que agrega Deisis García que “a partir de ser madre, cubana, y que desde que me comencé a formar en esta Revolución he visto cómo tratamos de ayudar a las personas menos favorecidas, es gratificante saber que estamos ayudando a niños que mañana serán hombres y mujeres de bien, es lo que nos impulsa a seguir contribuyendo a esta sociedad de derechos y amor”.

Como ellas, Yoannia no olvidará la sesión agotadora de maquillajes, cambios de vestidos, y flash que eternizaron las imágenes de su sueño hecho realidad por esta obra que concede valor supremo a la dignidad y a la formación y futuro de sus hijos.