Universidad, protagonista de la Tarea Vida

Foto tomada del perfil Facebook de Maikel José Ortiz
Foto tomada del perfil Facebook de Maikel José Ortiz

En la carrera ecológica, el hombre precisa tomar la delantera para ganarle al apresurado cambio climático, que resulta de su actuar inconsecuente con el medio ambiente desde generaciones pasadas.

Sortear obstáculos, traspasar barreras, cambiar mentalidades y actuaciones respecto a una inminente destrucción de lo que hoy conocemos como planeta, conlleva a sobreponerse a la pasividad y accionar conscientemente para adaptarnos a las nuevas condiciones del medio que habitamos y minimizar los riesgos para la salud.

Mitigar los efectos del cambio climático desde el actuar consciente mueve a los jóvenes universitarios // Foto de Maikel Ortiz/ Facebook

Sobre tal desafío, identificado por el gobierno de Cuba y la definición de un plan puesto en práctica a nivel nacional, en la ciudad del Golfo de Guacanayabo específicamente con las ideas renovadoras del pensamiento científico desde la Universidad de Granma (UdG), conversamos con la Doctora en Ciencias pedagógicas Susel Noemí Alejandre Jiménez, presidenta de la Cátedra de Medio Ambiente de la institución académica.

Doctora, ¿a qué denominamos en nuestro país Tarea Vida, y por qué se le identifica de esa singular forma?

«La Tarea Vida es un plan del Estado cubano para el enfrentamiento al cambio climático, y se le denomina de esa forma porque es una acción de impostergable cumplimiento; o sea, estamos hablando de algo que no puede esperar al día de mañana, porque de ello depende la supervivencia de todos los seres humanos, incluyendo principalmente los que se encuentran en asentamientos costeros vulnerables de nuestra nación».

¿Qué implica para ustedes como profesionales de las ciencias pedagógicas ser entes activos por la protección del medio ambiente desde Manzanillo, uno de los territorios del país en riesgo debido a la probable elevación de los niveles del mar?

«Atendiendo a que a la Universidad le toca un papel preponderante en estas cuestiones relacionadas con el cambio climático, puesto que tiene un radio de acción en toda la provincia de Granma, una zona salinizada; el campus Blas Roca Calderío y sus facultades realizan un accionar desde la educación ambiental comunitaria con enfoque pedagógico, como institución con alcance científico-tecnológico para transformar las comunidades aledañas a la zona costera.

De ello, la vital importancia de sus diferentes facultades y de los centros universitarios municipales desde Manzanillo hasta Pilón, para influir en función de la adaptación y mitigación del cambio climático.

El proyecto Costa Viva en su actuar cotidiano como parte de la Tarea Vida// Foto Cátedra de Medio Ambiente UdG/ Facebook

No se concibe una universidad en momentos actuales que no transforme positivamente el entorno, desde la educación ambiental, el conocimiento, la extensión de acciones para elevar la percepción de riesgo entre los habitantes de dichas áreas y que sea resiliente a los cambios y a la inminencia de desastres de carácter hidrometeorológicos, que nos pueden estar afectando principalmente en esta temporada de junio a noviembre».

¿Cuáles son las principales acciones que despliegan desde el campus Blas Roca y la Cátedra de medio ambiente de la UdG, en función de contribuir a esa resiliencia y toma de conciencia de los habitantes de estas zonas?

«Partimos de que la Cátedra está integrada por nueve centros universitarios municipales donde existe un gestor de medio ambiente, al igual que en las facultades del Campus; todos están imbricados en el actuar desde la educación ambiental, para alcanzar la elevación de la percepción del riesgo, el manejo sostenible de la biodiversidad sobretodo la marino costera, el derecho ambiental y enfoque de género, la seguridad alimentaria, la restauración paisajística.

Desde las facultades de Educación Básica y Media tenemos dos proyectos de investigación, uno del departamento de Biología-Geografía: Educación comunitaria ambiental y para la salud en función de mitigar los efectos del calentamiento global en zonas costeras de Manzanillo, de tipo empresarial y en fase de conclusión de conjunto con Flora y fauna.

Además, La educación ambiental para el desarrollo sostenible, de la carrera de Ciencias Naturales, proyecto de carácter institucional que actúa sobre todo a 500 metros de la línea costera hacia dentro e involucra a todos los organismos de la Administración central del Estado que se encuentran en ese radio de acción, fundamentalmente las instituciones educativas, aunque también se afianzan en la Empresa Pesquera Industrial de Granma y en el Parque zoológico Bartolomé Masó».

Participación en preparación metodológica en centro docente manzanillero // Foto Cortesía de la entrevistada

¿Qué iniciativas directas ejecutan ambos proyectos?

«Estamos hablando en primer lugar de las intervenciones comunitarias, que se desarrollan sobre todo en el consejo popular 6, con las visitas al barrio por la Administración gubernamental municipal; labores de higienizacion de la zona costera sobre todo recogida de desechos sólidos, plásticos no biodegradables, faena de impacto que se ha desarrollado durante dos años de manera continua por el proyecto Costa Viva.

También la participación en preparaciones metodológicas que se realizan en los colectivos de las escuelas primarias José Antonio Saco, José de la Luz y Caballero, 4 de abril, en las secundarias Manuel Ascunce, 4 de abril, Hermanos Martínez, el preuniversitario Fermín Valdés Domínguez, ubicados en el área del proyecto Costa Viva y otros de la Cátedra de medio ambiente.

La higienizacion del litoral costero formó parte del actuar del contingente Victoria de Girón// Foto Arnaldo Pérez/ Facebook

Tuvo un rol importante el contingente Victoria de Girón, creado para el enfrentamiento a la Covid-19, pues se involucraron además en el manejo integrado de la zona costera y el apoyo a misiones agrícolas encaminadas a la seguridad alimentaria, en cumplimiento de la cuarta acción de la Tarea Vida.

En este sentido, también podemos mencionar los proyectos extensionistas Toma mi mano, Ecodeporte + vida, Renacer diferente, el de animación sociocultural La cuarta Lucía, que desde el enfoque de género trabaja la dimensión ambiental».

¿Cuánto ha influido y hasta dónde llega el alcance de este despliegue en cada una de las comunidades?

«Los estudios de percepción de riesgo que hemos venido realizando han permitido comprobar que se ha elevado el nivel de conocimientos, vital para comprender, poder sensibilizarse ante los problemas ambientales y lograr una transformación positiva.

Se ha constatado a partir de la inserción en reuniones de padres, en actividades desarrolladas junto a los estudiantes, en los premios que ha obtenido la Cátedra: al Mérito Científico como resultado de mayor impacto al medio ambiente en 2018, el provincial al proyecto Costa Viva en 2019, al resultado ya aplicado de mayor contribución a la protección del medio ambiente en Cuba, reconocimientos a partir del prestigio ganado en el gobierno municipal y provincial; el de Medio Ambiente en 2020 y el Energy Globe 2020 internacional; también, el ser miembros de dos Redes Iberoamericanas para estos temas.

Dichos resultados avalan el funcionamiento y evidencian cuánto se ha podido transformar a partir de que las personas adopten una cultura ambiental acorde a la necesidades de hoy; ha sido este desempeño enfático en cómo insertar a la vida cotidiana las cinco acciones y 11 tareas claves de este proyecto estatal».

La universidad es un factor primordial en el desarrollo local, enfocado a lograr armonía con el medio ambiente, ¿existe conciencia de ello?

«Si existe, todo lo relacionado con el cambio climático es importantísimo en momentos actuales, de cara al desarrollo local. Si se quiere cumplir con las 17 metas del desarrollo sostenible no podemos obviar la número 13, acción por el clima.

Toda vez que se emprenden acciones de restauración paisajística, para la seguridad alimentaria, mitigar la degradación del componente arbóreo, la conservación de la fauna, de proyectos con ecosistemas costeros e implementación de energías renovables con énfasis en biodigestores, la producción de ganado ovino, estamos hablando de cuestiones claves que tienen una connotación económica.

Hoy el paradigma hacia la sostenibilidad es tener esa armonía entre los gobiernos locales y la Universidad como principal centro científico-tecnológico y sobretodo humanista; y todo proyecto que de ella nazca debe tener ese enfoque local en función de lograr un mejoramiento de las condiciones materiales de vida que no afecten al medio ambiente».

¿Cuáles pudiera referir como tareas pendientes de la Cátedra y de Manzanillo relativo a la Tarea Vida?

«Como elemento esencial nos corresponde incidir aún más en comunidades asociadas a El palmar y Guasimal, proyectado para la próxima etapa.

Considero que falta mucho por hacer, porque el cambio climático no es una utopía es una realidad que no tiene solución y las posibles alternativas son la mitigación y la adaptación. Nos toca adaptarnos, ajustar nuestra cotidianeidad a ello y, especialmente, aportar a esa elevación de la cultura ambiental de los pobladores manzanilleros, para que tengamos una ciudad más limpia, más próspera y más sostenible, en cuanto a la utilización de los recursos naturales, y a su preservación en aras de lograr también mejor estilo de salud y proteger la vida».

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