Vocación primera

Foto: Roberto Mesa
Foto: Roberto Mesa

Compartir una mañana con ellas y ellos es comprobar que las atenciones en salud llevan la vocación de la sensibilidad y la pasión, el esmero y la profesionalidad por defender la vida de sus semejantes sin reparar en días y horas, en limitaciones o carencias a las que imponen pecho, desvelo y acciones.

Este es el gran equipo, la familia de enfermeras y enfermeros (631 en total, de ellos 214 hombres) del Hospital Provincial Clínico, Quirúrgico y Docente Celia Sánchez Manduley, de esta ciudad que, hace unas horas, pasaron revista a lo hecho en 2024.

Ninguna (o) rehuyó a lo que quedó por mejorar: disciplina, la participación en investigaciones, los aportes a la docencia, pero también es digno resaltar que, con todo y lo que pueda señalarse en contra, juntos elevaron el índice de satisfacción de pacientes y acompañantes hasta el 96,4 por ciento. «Y eso hay que cuidarlo y subirlo», como expuso la licenciada Eliset Pacheco Moreno, líder del staff.

Las intervenciones auscultaron las mejores experiencias y prácticas de lo cotidiano, la labor en equipo, la consagración y la unidad entre experimentados y nuevos, de los que orgullosa habló la seño Cari Pérez Pérez, alma del Cuerpo de Guardia y más de 30 años de servicio en su expediente.

Foto: Roberto Mesa

La licenciada Kenia Jiménez Espinosa se plantó para hacer notar la responsabilidad y el desafío que significa cada sala o instalación del Celia. Y lo dice ella, desde la altura de ser la bujía del corazón del hospital: la Central de Esterilización, unidad que ahorró el año anterior (de conjunto con la sala de hemodiálisis, otra área decisiva) más de ¡423 millones de pesos! por concepto de reusar los recursos y medios hospitalarios que se puedan.

«A veces mi equipo se minimiza y, entonces, yo vivo estimulándolo porque si existe personal indispensable en nuestro sector es el mío: la consagración nos distingue y así continuaremos», refirió Jiménez Espinosa.

PILARES

Cuatro esencias posee la profesión de enfermería: asistencia, docencia, investigación y gerencia. Cada una es pilar para ofrecer un mejor servicio y formar a profesionales cada vez más preparados.

Así lo sienten Saylí y Amelia, dos de las recientes adquisiciones del equipo. La primera pertenece a la Unidad de Cuidados Intensivos; la otra a la de Intermedios.

Sayli se graduará como especialista en marzo, «y le agradezco a mis profes cada enseñanza. Claro, las carencias golpean, pero a la enfermería tenemos que ponerle el corazón. Hay que ubicarse en el lugar del paciente como si fuera un familiar nuestro.»

Similar criterio tiene Amelia, una muchacha que desea continuar escalando peldaños para ascender en los aprendizajes. «Sí, me gusta mi profesión y mi desempeño.»

Al final la ovación fue para los integrantes de los servicios de la Central de Esterilización, el Cuerpo de Guardia, la Unidad de Hemodiálisis, la de Cuidados Intermedios e Intensivos (UCI) como los más sobresalientes en 2024.

La seño Kenia Acosta Pérez, jefa de la UCI desborda orgullo al mencionar que «logramos salvar a 60 de las 62 maternas críticas que recibimos el año pasado, un programa priorizado. Sí, nos gusta trabajar bajo presión. La felicidad es incomparable cuando le arrebatas una vida a la muerte.»

EPÍLOGO

Por primera vez estuve en una reunión resumen de ellas, y ellos. Son la familia del Departamento de Enfermería del Hospital Provincial Clínico, Quirúrgico y Docente Celia Sánchez Manduley, de Manzanillo.

Día a día, enfermeras y enfermeros, sensibilidad y pasión al centro del alma, rubrican que el arte de cuidar es, para todos, vocación primera.

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