
El funcionamiento del Combinado Pesquero es todo un engranaje, donde además de pescadores, patrones, técnicos y procesadores, se insertan los electricistas, quienes garantizan el buen funcionamiento de sistemas eléctricos, tanto en embarcaciones como en la industria. Las limitaciones en la adquisición de piezas y las crecientes dificultades económicas han requerido de la innovación de algunos de sus obreros entre los que destaca Wilfredo Ramírez Céspedes, quien labora en la Empresa Pesquera Industrial de Granma Epigran, como electricista naval.
Ramírez Céspedes se convirtió en el primer granmense en recibir el Premio de mayor impacto económico y/o social que otorga la Asociación de Innovadores y Racionalizadores ANIR en Cuba.
“Yo provengo de Astigol, donde estuve 32 años. Primeramente me hice electricista automotor, luego entré a trabajar a la empresa de Astigol y ahí me gradué de electricista naval y los compañeros de capacitación me buscaron para hacerme técnico en sistemas eléctricos y también soy técnico en sistemas eléctricos industriales”.
“El trabajo consiste en reparar todo lo que es el sistema eléctrico naval de las embarcaciones, porque sin la electricidad las embarcaciones no pueden pescar. En primer lugar, en las horas nocturnas los camaroneros y otras embarcaciones pescan y ellos tienen que tener su luminaria al día.
“Además, las embarcaciones tienen un sistema de señalización, también tiene un sistema de luces de navegación que es muy importante, sin ellos no pueden navegar porque mediante él se localiza la embarcación que rumbo lleva”.
“Las embarcaciones tienen un sistema de revisión y de reparación; es bastante unido el trabajo entre el pescador y nosotros, porque nosotros casi siempre tratamos de que lo que hagamos en el barco sea al servicio del pescador, o sea, que él se sienta contento con lo que nosotros le hacemos”.
“Uno que es la factibilidad de empleo del plástico reforzado con fibra de vidrio en la electricidad naval y la industrial y el otro tiene que ver con el sistema eléctrico de las lanchas PESCASUR. Bueno, el primer trabajo es algo muy bonito porque en las embarcaciones anteriormente todo el sistema eléctrico era de bronce, que es el metal exquisito para la construcción naval.
“Al no existir la entrada de esos elementos, pues bueno, se dedicaron a hacerlos de madera, de metal y se compraron de PVC, pero ningún material de estos es bueno para la construcción naval porque se deterioran muy fácil. Entonces con la entrada del plástico reforzado con fibra de vidrio nos dimos la tarea de tratar de hacer todo lo que podamos de ese material, que es un material muy bueno, muy duradero, no provoca oxidación y por eso hemos estado haciendo casi todas las cosas de fibra de vidrio. Cajas de batería, pantallas de luces de situación, cajas de conexiones, canales eléctricos, ya está aplicado.
“Hace siete años que se está aplicando. El resultado de ese trabajo viene desde Astigol. Y el segundo trabajo es unas lanchas que vinieron de Corea encargadas de hacer la pesca del pepino de mar y que ahora están siendo utilizadas en otros menesteres.
“Por ejemplo, están siendo utilizadas en la pesca del ostión, en maniobras marítimas. Entonces ellas venían sin sistema eléctrico. Para poderlas llevar a ese tipo de trabajo le hicieron un sistema eléctrico, pero no idóneo, sin protección ni eléctrica ni ambiental”.
“Y ese es el trabajo, diseñar, elaborar y montar un sistema eléctrico para esas lanchas.”
Buscar soluciones y poner su granito de arena desde el puesto que ocupa para contribuir a cumplir los planes de captura y procesamiento en Epigran es un compromiso de quienes allí laboran, entre los que está el electricista naval Wilfredo Ramírez Céspedes, quien ha sido galardonado además con cinco Sellos Forjadores del Futuro, la Medalla Abel Santa María Cuadrado, y la Orden Julio Antonio Mella.