Manzanillo. Octubre 7.- Desde que Cuba comenzó la noble y humana acción de ayudar a todos los pueblos del mundo que necesitan de la solidaridad médica nuestra, llevando salud a los más pobres y marginados, se han escrito grandes páginas de valor y entrega de quienes forman parte del glorioso ejército de las batas blancas, que más que brindar salud van a esas latitudes a consagrar humildad y amor a sus pacientes.
Uno de ellos es el doctor Yainer Pelaez Campos, especialista en Medicina General Integral (MGI), quien no sólo entregró sus conocimientos, sino que también fue a ofrecer su corazón. Salió de Cuba para su segunda misión en la hermana República Bolivariana de Venezuela desde diciembre del 2015, y ya con el deber cumplido está en casa disfrutando de sus merecidas vacaciones junto a su familia, para luego incorporarse a brindar sus servicios en cualquier institución de la salud cubana.
«Desde ese año me desempeñé como cuadro directivo de la misión en varios estados del país, fui responsable de algunos Centros de Diagnóstico Integral (CDI), y de ahí asumí la responsabilidad de jefe de misión en diferentes estados. Al regresar ya con la misión cumplida me encontraba en el estado Bolívar, la entidad federal más grande de Venezuela»
Durante los últimos tiempos de su colaboración Yainer se enfrentó junto a sus colegas a la actual pandemia de la COVID-19, un nuevo escenario que cambió toda la rutina de las atenciones médicas en Venezuela. «Realmente desde el comienzo de la pandemia de la COVID se complejizó la tarea que desempeñamos en esa hermana nación», dijo.
Por eso este talentoso médico valora el accionar del personal de la salud cubana en esa hermana nación. «La actitud de los médicos que brindamos nuestros servicios en situaciones tan complejas es digna de reconocer, por el altruismo, la entrega, la dedicación, la incondicionalidad, el alto espíritu de humanismo, sensibilidad y solidaridad. Creo que no existen palabras para describir tan noble labor que realizamos los galenos cubanos», destacó el doctor Peláez.
En su trabajo solidario este profesional recibió la Orden Manuel Piar en su Primera clase, distinción que otorga el pueblo de Guayana del estado de Bolívar donde concluyó su misión. El estímulo le llegó por el incansable batallar frente al coronavirus, al frente de la Primera Brigada del Contingente Ernesto Che Guevara, laborando intensamente en Santa Elena de Wuairen, un lugar fronterizo con Brasil. De todo este tiempo este médico manzanillero tiene algunas historias que recordar.
«Anécdotas son muchas para contar, pero relamente la más vivida para mí fue la de ser el jefe de ese Primer Contingente especial que llevó el nombre del Guerrillero Heroico que trabajó en las fronteras del país. Personalmente me tocó la de Brasil en la recepción y atención a venezolanos repatriados y enfermos de la COVID, la tarea más difícil que he desempeñado en mi vida como profesional de la salud y como cuadro», agregó Yainer.
Muchos fueron los acicates para motivarlo en cada jornada a desempeñar su tarea mejor, pero sin dudas fue la familia la mayor inspiradora de su entrega pues le brindaba aliento desde la distancia.
«Estar lejos de mi familia mis hijos, mis padres, abuelos y hermanos, realmente ha sido lo más difícil. El amor de la parentela es lo más importante, ellos son la fuerza que me mueve e inspira a entregarlo todo por una causa tan justa y tan noble como esta que desempeñé, para ellos todo mi amor».
-¿Sentiste miedo enfrentar directamente la Covid?
– «Sí, creo que todos hemos sentido miedo alguna vez, es difícil y complejo, pero nos sobreponemos siempre que sabemos que cientos de vidas dependen de nosotros, no hay mayor satisfacción que la de tratar y recuperar a los pacientes que lo necesitan».
El doctor Yainer Peláez pronto recibirá el homenaje del colectivo de su centro de trabajo, el policlínico número tres René Vallejo Ortiz, donde se desempeña como médico especialista en MGI. Este médico quien llegó a ser vicedirector de asistencia médica de esta institución de salud, es muy admirado y querido por sus colegas debido a la pasión y entrega con que se dedica a su humilde profesión.
Digno reconocimiento a quién se dedicó por completo al trabajo en la frontera, pero no sólo eso es ejemplo y líder ante su colectivo, tuve el gran honor de trabajar junto al equipo que formó y enseñó un verdadero Revolucionario de estos tiempos.