Al Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, cuyo legado de patriotismo, dignidad e independencia iniciado en La Demajagua, continúa ante las apetencias imperiales convocándonos a defender la libertad conquistada, rindió tributo, al cumplirse 202 años de su natalicio este 18 de abril, una representación de santiagueros en nombre del pueblo de Cuba.
Para quien nos sigue inspirando desde aquel 10 de octubre de 1868, en que proclamó la libertad a sus esclavos y emprendió esta Revolución que continúa adelante, fue depositada una ofrenda floral dedicada por los cubanos en el monumento funerario que lo eterniza, junto a los fundadores de la nación, José Martí, Mariana Grajales y Fidel, en el cementerio patrimonial Santa Ifigenia.
No en vano diría el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz: «hoy nosotros, los revolucionarios de esta generación, nuestro pueblo revolucionario puede sentir esa íntima y profunda satisfacción de estarles rindiendo a Céspedes, a los luchadores por nuestra independencia (…) ¡el tributo de un pueblo que recogió los frutos de sus sacrificios…!».
Símbolo del espíritu de combate y dignidad de los cubanos de hoy, Céspedes no sólo apreció que con la independencia de la Isla sería más libre América, sino que su visión antimperialista le permitió denunciar la temprana ambición del gobierno de Estados Unidos, que siempre nos había despreciado, de «apoderarse de Cuba sin complicaciones peligrosas para su nación».
Si bien al caer en desigual enfrentamiento frente a una patrulla española en la Sierra Maestra, aún no había arribado a los 55 años de edad, su corta, pero infatigable vida, fue suficiente para dejarnos el ejemplo y ese ideario del cual su frase: «La unión y el patriotismo son nuestros baluartes y bajo su amparo seremos invencibles», cobra extraordinaria vigencia en este 8vo. Congreso del Partido.