Ana Silvia Rodríguez Abascala, representante cubana ante la Organización de las Naciones Unidas, expresó este viernes que el bloqueo económico, financiero y comercial que el gobierno de Estados Unidos impone a Cuba es contrario a una cultura de la paz.
Rodríguez Abascal, Representante Permanente Alterna, Encargada de Negocios de Cuba ante la ONU, se refirió a este tema durante el Foro de Alto Nivel sobre Cultura de Paz celebrado en la organización mundial. informa la Agencia Cubana de Noticias.
La funcionaria resaltó que la paz es más que la ausencia de la guerra, ya que no puede existir sin desarrollo económico y social, justicia y equidad para todos.
No es posible que exista sin el cumplimiento estricto de los propósitos y principios de la Carta de la ONU y el Derecho Internacional, en particular la prohibición del uso y amenaza del uso de la fuerza, la no injerencia en los asuntos internos, el respeto a la soberanía y la autodeterminación, sostuvo.
La diplomática argumentó que en medio de la pandemia de COVID-19 se continúan aplicando medidas coercitivas unilaterales, y en el caso de Cuba, ha tenido que enfrentar el recrudecimiento sin precedentes del injusto bloqueo impuesto por EE.UU. durante casi seis décadas, lo cual es completamente contrario a la cultura de paz.
Advirtió, según destaca el sitio CubaMinrex, que la actual pandemia ha puesto de manifiesto de manera muy elocuente el injusto orden internacional, la desigualdad al interior y entre los países, el avance del unilateralismo y la falta de solidaridad de las potencias hacia las naciones en desarrollo.
Rodríguez Abascal alegó que en este escenario no puede avanzar una cultura de paz ni avanzar la implementación de la Declaración y Programa de Acción sobre la misma, en particular cuando se aprovecha la pandemia para promover ideas supremacistas, racistas y xenófobas, o acciones que politizan la cuestión de los derechos humanos contra países en desarrollo.
La representante cubana expresó el compromiso de Cuba con la paz, ya que la nación caribeña es signataria y defensora de la Declaración y Programa sobre una Cultura de Paz, y de la Declaración de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, adoptada en 2014 en La Habana, en el marco de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.