Alberto Sánchez, arte y virtud para la audiencia

Alberto Sánchez, uno de los actores de la radio manzanillera // Foto Marlene Herrera
Alberto Sánchez, uno de los actores de la radio manzanillera // Foto Marlene Herrera

La voz inconfundible irrumpe en el silencio, no importan las ropas que viste ni el personaje que interpreta, sino la virtud y habilidad de dar lo más posible de sí para entrar en el mundo de la belleza artística, como recomendó Stanislavski.

Justo esa es la meta de Alberto Sánchez López, uno de los integrantes del Grupo Dramático de Radio Granma, quien desde hace 35 años crece entre guiones, desdobles e historias con los que conquista el respeto y reconocimiento de la audiencia.

«Llegué a la radio a finales del año 1985 a raíz de una convocatoria, que se hizo para todas las especialidades pero la que dominaba un poco era la actuación, recuerdo las pruebas para integrarme al Grupo dramático como aficionado, y aquí estoy.

Fue una sorpresa total que me convocaran para grabar al otro día, y a la vez una satisfacción porque conocí a quienes ya estaban integrados y a directores como Ramón Andino Luján, José Luis García Barbán, Misael Ramos Rodríguez, Georgina Mendoza, y otros más jóvenes como Héctor Reyna, Eduardo Bertot y Rocles Figueroa.

Con cada libreto y escena fui adquiriendo habilidades y el mayor éxito es sostener la programación dramática de la emisora, con múltiples premios en festivales de base y a nivel nacional, y que continúa haciendo un trabajo meritorio».

Durante la grabación del programa Páginas de la historia // Foto Marlene Herrera
Durante la grabación del programa Páginas de la historia // Foto Marlene Herrera

Aquel primer papel se convirtió en muchos que ha asumido siempre con la mirada en calar en el oyente, desde los infantiles Somos la niñez y Vuelo a la fantasía, el policiaco Caso cerrado, o como el guajiro Viriato en la Estampa campesina del Surcando para el futuro.

«La actuación fue lo que me dió a conocer a través de la señal de la radio manzanillera, y es un compromiso cada día dar mi consagración en pos de que la programación dramática siga estando en el corazón de la audiencia que siempre nos espera».

Los saberes empíricos y el deseo de conectar con el alma humana distinguen a este equipo que Alberto integra; al cual se suman artistas profesionales que aportan sus conocimientos, al igual que algunos especialistas que han impartido talleres de actuación, voz y dicción, incluido el destacado actor manzanillero Miguel Benavides.

«Es bastante el esfuerzo a realizar en cuanto a la preparación; pero es el pueblo ese gran jurado para el que nosotros trabajamos y el que a diario nos evalúa todo lo que hacemos, y si algo no le gusta algo anda mal, por eso tenemos que entregarnos y considerar toda esa retroalimentación que debemos siempre tener con los oyentes».

Lleva Alberto la jovialidad de Viriato en su piel, aquel personaje que diseñó en el papel el destacado Misael Ramos Rodríguez. «He representado muchísimos, tanto de la historia, la cultura, pero ese hombre de campo que tiene sus ocurrencias, que cuenta las anécdotas a su manera, de manera jocosa, pero que educa y representa la pureza de nuestro campesinado, me ha marcado.

Y tengo mucha satisfacción de seguir representándolo, ahora en el Surcando para el futuro; y en cualquier lugar que nos hemos presentado, sobre todo en las cooperativas, las personas piden que haga algo de lo que hace por instinto el guajiro Viriato».

Similar desempeño pero con mayor seriedad, plantea, es la interpretación en el espacio Produce y aporta, de la televisión cubana, donde cual agricultor brinda consejos desde la experiencia para ayudar al campesino a orientar su trabajo.

Sacar un poco la risa a través del humorístico Lo mejor de tu vida, o reeditar los aconteceres de la patria desde Páginas de la historia, con profesionalidad, merece el reconocimiento, ese «premio importante que te puede dar la audiencia, el pueblo para el cual tú trabajas, porque quizás en un concurso o festival no lo puedes recibir, sin embargo el que más vale es el que entrega quien te sigue a diario, y con sus criterios te ayuda a mejorar tu obra».

El horizonte de este actor de la radio manzanillera, quien también está hecho de sueños, sigue abierto como un gran escenario donde se perpetúan entrega y pasión, para que, cuando el telón caiga, siga allí «compartiendo, trabajando y regalando todo lo que podamos sacar de nuestro talento para la audiencia de Manzanillo».