Manzanillo. Enero 22.- La soberana decisión de Jesús Menéndez Larrondo, líder azucarero, de defender la libertad y derecho del obrero, convocó a los manzanilleros en esta mañana para evocar su legado imperecedero, a 73 años de su vil asesinato en el andén de la terminal de ferrocarril de esta ciudad costera.
A los pies del Monumento Nacional que guarda la imagen del General de las Cañas, con la frente en alto como la bandera de la estrella solitaria que allí le acompaña, una pequeña representación de trabajadores revalidó su voluntad de contribuir al avance económico de la nación, en honor al legado del incansable luchador.
Cual símbolo de la continuidad de sus ideas, latente en las nuevas y experimentadas generaciones, Alexander Specht Céspedes, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Manzanillo, y José Enrique Remón Domínguez, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, depositaron una ofrenda floral ante el conjunto escultórico que le eterniza.
Menéndez “aún sigue vivo en el corazón de los azucareros granmenses que, inmersos en el desarrollo de la zafra 2020-2021, ratificamos el compromiso de cumplir, enfrentando no pocos desafíos y adversidades”, expuso Maydelín Aguilera Romero, secretaria general del buró provincial del sindicato azucarero en Granma; por su legado “tenemos la responsabilidad de hacer avanzar nuestra economía, cumpliendo los planes de producción de azúcar, sus derivados y la siembra de caña para garantizar la próxima contienda, y firmes en el propósito de defender la Revolución por encima de todas las cosas”.
Cual seguidor del ejemplo y consagración a la faena de cortar caña, como machetero hace 30 años en una de las brigadas del central Enidio Díaz Machado, de Campechuela, Luis Paneque Rivas fue condecorado con la Orden Lázaro Peña de Primer Grado, que a sus 63 años representa “un compromiso grande, porque se logró tratando de andar lo mejor posible y dedicándose al trabajo, y siendo un impulso para a siempre dar más”.
En alegoría a la convicción de Menéndez Larrondo, cuya emblemática frase que pronunciara momentos antes de su asesinato a traición: “Si, soy comunista”, está rubricada en el Conjunto escultórico manzanillero, cinco féminas ingresaron a las filas del PCC en la jornada.
Como se significó en la cita, aunque le arrebataron el privilegio de ver las conquistas de la Revolución y los logros en materia de derechos del obrero, a cuya defensa consagró su vida, tal como dijo el poeta. ¿Quién vio caer a Jesús? Nadie lo viera, ni aún su asesino. Quedó en pie, rodeado de cañas insurrectas, de cañas coléricas; y ahora grita, resuena, no se detiene…”
viva el general de las cañas